sábado, noviembre 19, 2011

Jornada de cabreo

Dicen que hoy es la jornada de reflexión. Esta mañana, sábado. hemos iniciado el día como todos los sábados: un buen desayuno. Tostadas recién hechas, mantequilla, mermelada de varias clases, zumo de naranja, café con leche. La mejor comida del día sábados y domingos es el desayuno. Sin prisas, con ganas de charlar.

Hoy he terminado haciendo un llamamiento de a las barricadas a los parapetos, todo ello porque, viniendo a cuento, mi marido y yo -ahora solos por mor de un pájaro flamenco llamado Erasmus- nos hemos puesto a reflexionar, que es lo que nos piden los políticos que hagamos en un día como hoy.

Lo lógico, claro. La culpa es mía, porque he empezado yo, con el chistecito de que gane quien gane las elecciones, gobernará Merkel. Y ahí la he liado. Que para qué sirven unas elecciones si al final es Bruselas (o la cancillería alemana) quien pone al jefe de gobierno, jefe de gobierno que en la última semana, por dos veces, resulta ser un tipo egresado de las filas de Goldman & Sachs. Para más información véase Inside Job, no tiene desperdicio.

Así que hemos empezado por ahí: los tipos que han provocado todo esto son los que nos gobiernan. Paradójico, ¿no? Esto es como la homeopatía: lo que te provoca el mal te cura, pero en lugar de en dosis infinitesimales, a lo bestia.

Continuamos con el tema del euro, las prestaciones sociales, la deuda. ¿Por qué países con unas coberturas sociales muy superiores a las nuestras no tienen nuestros mismos problemas? Mi marido, con ese espíritu didáctico que le caracteriza, ha empezado a desgranar motivos: menor población, una política fiscal más seria,  menor endeudamiento ... Vale, y encima no están en la zona euro. Aquí me ha empezado a salir la vena anti europea, que desconocía tenerla.

Sólo recuerdo dos ocasiones en mi vida en que se me han saltado las lágrimas por motivos políticos. No, una de ellas no fue el Sábado de Gloria, ese día se me quedó la cara paralizada de incredulidad. Fue en 1982, cuando ETA pm anunció el abandono de las armas. La otra fue en 1985, cuando se firmó el acta de adhesión a la CEE, algo que parecía imposible sólo diez años antes.

Y ya ha llovido. Lo suficiente como para que pertenecer a la CEE no me parezca una bicoca, que lo fué durante muchos años por aquello de las transferencias para ponernos a un nivel decente. Mientras nos llovía pasta para hacer autovías y ave's, fuimos desmantelando la industria siderúrgica, la naval, la minera, tiramos las vacas al mar -como si fueran toros de Denia-, arrancamos vides, dejamos miles de hectáreas en barbecho ... todo porque Europa no lo exigía.

Así que nos quedamos sin industria pesada y casi sin agricultura ni ganadería. En este país es un ejercicio de fé ser agricultor, ya no sólo por las restricciones de la PAC, sino por unas condiciones que hacen que la vida rural sea muy poco atractiva. Nada queda de qué descansada vida de Fray Luis de León.

Bueno, pues eso, que las ayudas de convergencia comunitarias no fueron a cambio de nada, pero se suponía que las renuncias fueron por un bien mayor que, como ahora se ha revelado, fueron un mal mayor, avivado por la codicia de los ricos y el cortoplacismo de los políticos.

Todo ello aliñado con unas obligaciones estatales incomprensibles para el resto del mundo, como la pasta gansa que se lleva la iglesia católica por no sé qué. Una iglesia que además de llevárselo crudo te monta un pollo cuando le viene en gana, siempre alentada y jaleada por la derecha más ultramontana.

Ahí desbarré, lo confieso. Aseguré airadamente que sí yo, gobierno, le pagaba al año decenas de miles de millones a una organización me iba a montar manifestaciones en la calle, amos anda, me iba a estar chupando hasta que dijera basta. (casi sic, fui algo más obscena)

Porque, seamos serios, aquí la izquierda sólo lo es para temas sociales -que no es poco- pero para temas económicos, como mucho es derecha europea.

Así que el desayuno acabó como el rosario de la aurora: mi marido, que con los años se ha derechizado por aquello del pragmatismo y el fatalismo (qué otra cosa se puede hacer) en temas económicos -afortunadamente no en los sociales- llamando a la cordura, y yo casi gritando aquello de "si los curas y monjas supieran la paliza que les vamos a dar ..."


martes, octubre 04, 2011

Apaga y vámonos

Necesito una buena noticia. Una pequeñita, es igual. Cuando leo la prensa ya ni se me ponen los pelos de punta. Como dice el refrán, tós calvos.

Las cajas nacionalizadas han pagado a los que las arruinaron unas cantidades que mi mente es incapaz de abarcar. Pero no pasa nada. Ahí están los alicantinos y gallegos descojonándose de los imbéciles que pagan sus impuestos, porque no les queda más remedio. Visto lo visto, yo me declaro en rebeldía fiscal. Que paguen ellos.
Mientras tanto, MAFO, dice que son lo peor de lo peor, aunque durante el tiempo que emplearon en darse créditos al 0% y otras muestras de contabilidad y gestión creativas, el Banco de España no hizo nada. NADA.
Bueno, sí, alguna que otra advertencia: "Niño, no te subas ahí que te vas a pegar un morrón". En lugar de quitarse la zapatilla y darle al niño una buena tunda.

Desde la vuelta vacacional, por ejemplo, el califato en el que habito vive en perpetua perplejidad. En sólo un par de meses pasamos de ser la envidia del mundo mundial (Camps, dixit) a la ruina más absoluta. Nos enteramos que suben el 150% la tasa de basura en la ciudad de Valencia, mientras que ocho directivos de la Empresa Metropolitana de Tratamiento de Residuos cobran 111.000 euritos de nada al año. Pero bueno, el consuelo es que hay otros 80 empleados que sólo cobran 55.000.

Al mismo tiempo, las eléctricas están hasta los mismísimos de que las administraciones públicas no paguen el recibo de la luz y ante la amenaza de corte de suministro sale Rita Barberá, armada con un bolso de LV, y se lía a bolsazos con esos codiciosos. Ella, que nunca jamás ha embargado una nómina o una cuenta corriente por el impago de, señores, una multa de tráfico.
Hay gente humilde que cobra menos que esos 111.000 euros, con unas responsabilidades mucho mayores. Por ejemplo, 87.000 euros anuales cobra el director del aeropuerto de Castellón. Sí, riánse, riánse. Él también se está partiendo, pero de nosotros, cacho idiotas.

Qué decir de la cúpula saqueadora de la CAM, que no han dejado piedra sobre piedra. Y otras grandes ocurrencias de nuestro querido ex presidente: La Ciudad de la Luz, Mundo Ilusión, la Ciudad de las Lenguas ... Si Zaplana se inventó Terra Mítica -otra joya- y la Ciudad de las Artes y las Ciencias -un pozo sin fondo- el curita no iba a ser menos.

No tenemos para pagar la luz, pero venga Fórmula 1, caballitos de príncipes de opereta en el Cauce, edificios emblématicos -la madre que los parió- sin terminar para una semana de tenis. Y menos mal que llegó  la crisis, porque a estas alturas tendríamos rascacielos en toda la fachada marítima.

Las empresas, quitando Mercadona y la Ford, todas pequeñas, intentan sobrevivir las que pueden ante los impagos de las administraciones públicas. Vamos a ver, sino pagan a Unión Fenosa, que mira que es potente, ¿van a pagar a un mindudi con media docena de empleados?
Los que cobran de Canal 9 triplican en número a los que cobra, por ejemplo, de Antena 3 o Tele 5, con la pequeña diferencia de cobertura territorial, ingresos publicitarios y audiencia. No hablo de la calidad de la programación, porque va pareja.

Lástima que Azcona y Berlanga ya no estén, porque cogen la historia y nos regalan un peliculón como es debido.

sábado, agosto 27, 2011

sábado, julio 23, 2011

Los prejuicios


Miro las fotos de los atentados de Oslo en la web de El País. Un enlace en la parte inferior me dirige a una noticia titulada “La pista islamista”. Me quedo perpleja, pero pincho en enlace. Me encuentro con un “lo sentimos, la página ya no existe”.
Es lo que tiene internet, que puedes borrar  -o al menos intentarlo- las meteduras de pata. Eso que Orwell –casi da miedo nombrarlo después de saber que el autor de la barbarie lo tenía como autor de cabecera- imaginó en 1984, sólo que ahora es posible sin necesidad de imprimir de nuevo los periódicos. Pero son descuidados y van dejando por ahí enlaces delatores.

domingo, julio 17, 2011

No estoy pa ná

Sí, ya sé, tengo esto abandonado. Tengo muy buenos propósitos: ordenar los armarios, leer ese libro que me regalaron, llevar las alfombras a limpiar, arreglar el bajo de esos pantalones que se ha descosido... Algunos, a la fuerza ahorcan, los ejecuto. Pero otros ... es que, ¿de qué voy a escribir? ¿de los resultados electorales de hace dos meses? ¿del 15-M? ¿de Paquito Camps y esos trajes que se los pagó él (todos) y que ahora resulta que sí, que se los regalaron, pero como presidente del PP y no de un gobierno autonómico?, ¿de Mourinho? ¿de los mercados, la deuda soberana y la prima de riesgo? ¿de Murdoch y la villanía que supone espiar los teléfonos de víctimas de delitos y otras abominaciones? ¿de la cara de Cameron? ¿del embarazo de Carla Bruni? ¿de la ruptura de David Bisbal? ¿del lío que se está montando con la nueva ley de residuos? ¿de Paco Cascos más viejo y acanallado de lo que le recuerdo tomando posesión con un tercio de los votos? ¿de IU absteniéndose en Extremadura? ¿del hundimiento de Argentina en la Copa América de fútbol? ¿de la humillación de USA en la Copa Davis después de construir una pista ultrarrápida para sacar ventaja sobre las ratas de tierra? ¿de ....
Pues sí, de todo eso se me ha pasado por la cabeza escribir, pero el calor me hace perezosa. ¿Y que voy a decir que no se haya dicho  ya? Las neuronas prefieren dormitar ante este calor propio de un baño turco.
Y lo único que me apetece es una cerveza bien fría (una cristal helada, como en conversaciones en la catedral) y amodorrarme.

sábado, junio 11, 2011

¡La madre que me parió!

Andaba trasteando en el blogger y me percato que han puesto una aplicación de estadísticas. Así que, curiosona que soy, me meto en la página y veo que una de las entradas más vistas en la última semana corresponde a 2007. Coño, ya ha llovido, sobre todo en Andalucía ... A lo que iba. Dicha entrada va titulada "Una chica encantadora". Como no recuerdo a qué chica se refería, entro en el postio y veo que está dedicado a ¡Carme Chacón!.
Pero eso no es lo curioso. Lo curioso se desplega en una colección de comentarios marujiles que hace cuatro años no tenían desperdicio, que había olvidado y que ahora recuerdo: la agitada vida sentimental de la ex candidata in pectore a candidata por el PSOE para el año próximo. Aquí recupero el enlace, para que puedan curiosear. Es que hay mucho morbo, pero mucho.

Hasta los huevos II

¿Dónde estaba el 15-M el 22-M? Porque desde luego en los resultados electorales no se ha visto. Bueno, aquí, en el califato, se notó un poquito con la subida de votos de Compromís. Pero en el resto ... o votaron todos como locos por el PP o, francamente, no me lo explico.
No me explico no sólo como Gallardón -que al parecer no le cae bien a nadie y a los que menos a su propio partido- haya vuelto a ganar sin tener que ponerse más gomina. No entiendo que el cinturón rojo de Madrid -o de Barcelona- se haya vuelto azul gaviota. No entiendo -esto lo que menos- que IU se dedique a dar alcaldías al PP. ¡Joder, si son cuatro y el cabo! Pero hay que ver lo bien que danpolculo.
Al hilo de las reflexiones de Mara Jade -acertadísimas- quiero resaltar la sustancial mejora de Compromís en estas elecciones. La muy políticamente incorrecta Mónica Oltra ha seguido fielmente las recomendaciones de la Loca Academia de Vaders y los resultados están a la vista: ha llamado la atención, se ha centrado en lo importante y ha dicho las cosas por su nombre.
Tiene un objetivo, no le interesa liderar su coalición, pero es una mosca cojonera que ha conseguido que a su grupo se le escuche y, a pesar de su peculiar forma de protestar, se le respete.
Hace un par de días comentabamos entre amigas que los resultados electorales daban miedo. No miedo por el arrollador triunfo de la carcundia más abyecta. Miedo porque les habían votado. Miedo de los votantes que prefieren -y me refiero a esto que conozco- incompetencia y manoligeraparallenarmibolsilloyeldelosamigos.
Y seguiremos teniendo F1 y preciosos caballos montando por multimillonarios herederos y graciasadios que la America's Cup ha vuelto a San Francisco, de dónde nunca debió salir, para bien de las arcas públicas. Todavía me sonrojo del ridículo.
Así que menos asamblea y más votos en dónde cuentan que estamos entrando en una época ominosa y no sé yo cuanto durará.

domingo, junio 05, 2011

Aviso a mi dilecto amigo PCB

¡Detesto el nuevo diseño! No hay manera de hacer un comentario. Al menos yo. He intentado miriadas de veces participar en el debate de su post sobre más vale una retirada a tiempo, y me chulea de mala manera. Ea, se va a quedar con las ganas.

domingo, abril 24, 2011

Hasta los huevos

Cualquier estudiante de primero de Económicas sabe que los impuestos indirectos son básicamente injustos. El rico paga el mismo impuesto que el pobre, o que el de medio pelo, por una barra de pan, un litro de gasolina o un paquete de tabaco. De acuerdo, el rico gasta más y, por lo tanto, al final paga más impuestos indirectos. Pero resulta que quien no tiene para más que lo básico, paga como el rico.

Esta es una digresión un tanto tonta, pero sirve para ilustrar la sociedad que hemos creado y, sí, no miremos para otro lado, la hemos creado nosotros, que nos hemos dejado embaucar por la comodidad, el despilfarro y el vivimos en el mejor de los mundos posibles. Bueno, vivíamos.

Resulta que unos pocos mangantes -pocos en relación con la población mundial, un par ya son demasiados- han conseguido hacerse riquísimos a costa de arruinar a los demás, a todos. Yo no entiendo muy bien para qué quieren hacerse riquísimos: sólo se puede conducir un ferrari a la vez; sólo se puede navegar en un yate a la vez; sólo se puede viajar en un jet privado a la vez … Pero, si para el común de los mortales una cosa de cada es suficiente, para ellos no. Necesitan tenerlo todo, para nada, pero todo, sólo por el placer de poseer.

Decía que estos ricos, insatisfechos con su riqueza, decidieron quedarse con las migajas de los demás que, cómo los demás son muchos, las migajas ya merecen la pena. Una vez arruinados, se presentaron ante los gobiernos que les habían reído las gracias y permitido hacer todos los desmanes habidos y por haber y les dijeron: “Os podéis hundir con nosotros -como si eso fuera cierto- o nos dais pasta para salir de ésta”.

Y los gobierno empezaron a soltar pasta como locos para que esos probos ciudadanos pudieran mantener su frugal ritmo de vida.

Pero como la pasta es un bien escaso y susceptible de usos alternativos -otra cosa que sabe el estudiante de primero de Económicas, lo que les daban a los financieros se lo quitaban a otros. De ahí la subida de los impuestos indirectos, la congelación de las pensiones, los impagos a proveedores, el endurecimiento de las concesiones de créditos, los despidos, el cierre de empresas, el paro …

A todo ello se sumó de la carestía del petróleo. El petróleo siempre está caro: unas veces porque los países productores deciden reducir la producción; otra porque deciden subir los precios; otras porque las petroleras quieren ganar más pasta y como la demanda de crudo es rígida -a ver cómo les dices a los chinos que dejen de crecer, que gastan demasiado petróleo y así no vamos a ninguna parte- pues tenemos unos precios que no los aguanta ni un jeque. Bueno, los jeques tienen petróleo casi gratis, pero cuando van a Marbella seguro que se llevan varios bidones para no llenar aquí los depósitos de los Bentley.

Así que nos encontramos con la paradoja de:
a) más de 4 millones de parados
b) impuestos por las nubes
c)inflación superior al 3% (bueno, a finales de los 70 principios de los 80 superábamos los 2 dígitos de inflación)
d)sueldos irrisorios que apenas dan para sobrevivir. Ni te cuento para ahorrar o invertir.
e) amenazas de seguir trabajando hasta el día de nuestra muerte. Así se sigue produciendo y se ahorran la pensión.
f) jóvenes que no encuentran empleo “de lo suyo” y si lo encuentran les pagan lo mismo que a peones. Y ni eso, para peones pueden coger inmigrantes y pagarles en negro.
g) jóvenes que desilusionados con lo que les habían vendido emigran. Así que el país ha pagado una educación carísima para que luego la aprovechen ingleses, alemanes, italianos, holandeses …
h) un tejido industrial destruido
j) un empeño en convertirnos en Las Vegas de Europa
k) empresas que han perdido ya todo escrúpulo y con beneficios récord deciden despedir a una quinta parte de la plantilla y que el pueblo soberano pague indemnizaciones, pensiones y prestaciones de desempleo

Podría acabar el abecedario, pero me temo que si lo hiciera acabaría colgándome de la lámpara y tampoco es cuestión de montar el drama.

Tenemos una sociedad que no se parece en nada a la que nos vendieron, pero estamos adocenados. Nos limitamos a sobrevivir, a controlar como podemos los daños. Vendemos alegremente lo poco que nos queda a los que tienen dinero: árabes, indios, chinos …

De pronto, a los gobiernos occidentales les entra mala conciencia y deciden ponerse en contra de aquellos a los que han tolerado durante décadas, alegando que no son democráticos. Joder, tampoco lo eran hace 30, 20, 10 años … y bien que se entendían con ellos. Ya, ya sé que esto es políticamente incorrecto, pero con no haber tenido tratos con ellos era suficiente. ¡Ah, claro! Las corporaciones sí necesitaban tener tratos con ellos: gas, petróleo, coltan, oro, diamantes, cobre … Y que es una tiranía sanguinaria más o menos en el mundo si los beneficios son óptimos.

Esto no lo arregla ni dios. Vale, lo arreglaría el pueblo soberano, aunque es prácticamente imposible. Los partidos al uso no sirven: o están al servicio directo de la oligarquía o intentan convivir con ella sin hacerse mucho daño. Y no hay huevos ni dinero -porque los que lo tienen no van a financiar a quienes quieren acabar con ellos- para poner en marcha un movimiento de decencia política. Nada más que eso: decencia política.

sábado, marzo 19, 2011

Relecturas y críticas

Continuo con mi costumbre de releer, costumbre alentada por la indigencia editorial que nos invade. Desde que empezó el año he comprado dos libros: lo último de Coetzee y una aventura más de Wilt.

“Verano” de Coetzee no defrauda, pero Tom Sharpe ya no es el que era.

Pero a lo que íbamos, lo de releer. Después de zamparme todo lo que habita mis estanterías firmado por Gerald Durrell y recuperar a Manuel Puig, pensé en dar un giro a mis lecturas y no se me ocurrió nada mejor que emprenderla con …. (redoble de tambores, porque esto es para no creérselo) “1.080 recetas de cocina” de Simone Ortega.

Pellízquense si quieren, pero cierto como que hoy es el Día del Padre y hasta aquí, en medio de los huertos de naranjos, llega el sonido de los petardos, que el diablo los lleve.

Pues decía que me apalanqué el célebre libro de recetas. Es el tercer -o cuarto, ya no recuerdo- ejemplar que tengo. El uso de sus predecesores les hizo inservibles con los años: hojas sueltas, lamparones de grasa o salsa de tomate … en fin, que habían cumplido su labor.

Este último ejemplar, por el contrario, ha sido especialmente editado al cumplirse los 40 ó 50 años, ahora no recuerdo, de su primera edición: tapas duras, hojas cosidas en lugar de pegadas, papel de calidad, sobrecubierta de plástico transparente … un lujo, vamos.

Con Simone Ortega muchas mujeres y algún hombre de mi generación aprendieron los rudimentos culinarios. Confieso que ahora ya lo uso poco, motivo por el cual el ejemplar actual está impoluto.

Regresemos al objeto de este post, que me desvío. Lo dicho, decidí releerlo, tras lo cual no me queda más remedio que aconsejar a Alianza Editorial que, pordios, le hagan una revisión a fondo.

Me explico, Simone Ortega era, creo recordar, de origen alsaciano, aunque nacida en España. De sus ancestros, digo yo, debe ser su absoluta predilección por la mantequilla. No hay receta que no incluya, como mínimo, 50 gramos de mantequilla. O bien quería acabar con los excedentes franceses.

Así que, dada la histeria anticolesterol que nos invade y para estar conforme a las recomendaciones de los galenos y nutricionistas, bien vendría sustituir esas ya no montañas, sino cordilleras de mantequilla por el más racial y sano aceite de oliva. Cuestión que, sin duda, agradecerá la industria olivarera española.

Pero la revisión editorial no debe quedarse ahí. Las recetas están todas calculadas para 6 personas, que venía a ser habitual en los hogares de los años 60, pero hoy me temo que ha descendido sensiblemente. Así que, siendo generosos, las cantidades que indica hay que dividirlas por dos. Eso sin tener en cuenta que las comidas copiosas que antes se trasegaban también han sufrido un virulento retoque.

Hay recetas que son realmente curiosas. En una de ellas explica que se necesitan “759 gramos de garbanzos”. Ni 750 ni 760. Exactamente 759 gramos de garbanzos que, digo yo, si te pasas con un gabriel se estropea la receta. Pero no contenta con esta exactitud, Ortega nos indica entre paréntesis: “resto de cocido”.

¡Resto de cocido! Pues debía de ser el cocido de las bodas de Camacho. No le encuentro otra explicación.

Hay bastantes más detalles, como aquel que señala que hay que cubrir la masa “con algo grueso” para indicar a continuación: “por ejemplo, un paño fino o lo que se tenga a mano”. Una suegra o algo así, añado yo.

En fin, que me estoy convirtiendo en una crítica de libros de cocina. No sé si dejar esta nueva afición o cambiar a la crítica de labores de punto.

sábado, febrero 26, 2011

De vuelta al tajo

El asueto ha durado poco. En realidad no ha habido asueto. Entre papeleo, visitas al abogado, al INEM, a la ex empresa –siempre quedan papeles por firmar-, entrevistas de trabajo, más entrevistas de trabajo, pruebas y posibilidades diversas a evaluar, no he tenido mucho tiempo libre. Es más, empezaba a estar agobiada de tantas cosas como se acumulaban.

Y cuando todo parecía que se calmaba, zas, me sale trabajo. Llevo una semana, lo que quiere decir que con aprenderme el nombre de la gente que está a mi alrededor y buscarme faena, ya tengo bastante.

No está nada mal. El sueldo, psss, pero mejorará en menos de un año. El horario a la americana, de 8 a 17:30 con media hora para comer y los viernes, salida a las 15:00 hs, siempre que no tengas inglés, que lo tengo. Así que dos horitas más.

Encima está al ladito de casa. Bueno estaría al ladito si existiera una acera decente, o un caminito medianamente transitable, pero en lugar de eso sólo existen solares a medio construir y cercados. Dada mi precaria movilidad es un poco temerario ponerse a trepar por terraplenes cual cabra montés, así que el rodeo que tengo que dar desde mi casa hasta el trabajo es más largo de lo que me gustaría.

Que no me gusta, pues la extrema seguridad. No se puede entrar a ninguna dependencia sin tarjeta magnética y las tarjetas están codificadas de forma que sólo algunos pueden acceder a determinadas áreas.

Y para salir tres cuartos de lo mismo. Me tiré un par de días sin la dichosa tarjeta y cada vez que iba al baño o a por un café tenía que asomarme a los cristales y golpear para que alguien me abriera, como un perrillo abandonado. Ahora ya entro y salgo con toda ¿normalidad?, porque la mayoría de las veces se me olvida que para abrir una puerta, antes tengo que activar un pulsador … y allí estoy, peleándome con el picaporte hasta que recuerdo la existencia del dichoso pulsador.

La obsesión por la seguridad es brutal. Por ejemplo, las páginas de internet están en su mayoría prohibidas, No hay acceso a correo web ni a los periódicos. Los ordenadores carecen de lectores de cd/dvd y para utilizar una memoria usb poco menos que les someten –a las memorias- a un interrogatorio de tercer grado.

Eso sí, me han dado de alta como personal investigador en la web del ministerio de ciencia y tecnología. Eso es clase, digo yo.

jueves, febrero 17, 2011

Necesito tiempo libre

Después del cabreo, ahora estoy inmersa en papeleo. Porque esto ha sido un no parar, que si firmar papeles, que si presentar papeles, que si entrevistas … Joer con la ajetreada vida del recién parado, si es que era un estrés insoportable.

Hay cosas que de pronto descubres, como las oficinas del paro, o del INEM, o del Servef o lo que demonios sean. Ganas de cambiar de nombre a las cosas para que no parezcan lo que son: oficinas del paro.

Pues fue una experiencia inolvidable y me pidieron documentos que incluso he leído en alguna parte que ya no se expiden, como el Libro de Familia. ¡El libro de familia! Tuve que volver a casa y buscarlo, alargando un poco más de lo necesario la tramitación de la prestación por desempleo.

Porque lo de darte de alta como demandante de empleo es fácil y rápido, pero lo de pedir que te paguen por no hacer nada lleva otro ritmo … y muchos papeles. Total, toda una mañana en la oficina, y mira que no paraban.

Como la espera es larga y fui tan imprudente de no llevarme nada para leer, me dediqué a observar al personal. Había marroquíes para aburrir; también había sudamericanos, pero los marroquíes ganaban por goleada.

No contentos los del paro con darme de alta y recoger la solicitud de págueme usté el paro, primo, mire que no tengo na que darles a los shurumbeles, me fijan una entrevista “en profundidad” a la que tengo que acudir con más papeles: títulos académicos, vida laboral, cartilla de la seguridad social, currículum …en fin, la cuestión es tenerme entretenida.

Luego la ex empresa ha contratado a un intermediador de esos para que, se supone, nos recoloquen. Y tiene una pinta como para salir corriendo. Me han citado ya dos veces y todavía la propia que me han asignado no sabe qué hacer conmigo. Bueno, en realidad creo que ella no sabe qué hacer. Me huele a un sacacuartos. Dice que me va a enseñar cómo hacer entrevistas.

Otra cosa que me dijo es que tengo que activar “mi red de relaciones”, que vengo a interpretar como que ponga a mi familia, amigos y conocidos a buscarme trabajo. Eso tan socorrido de “oye, si sabes de algo …” Y digo yo, ¿esta pretende cobrar por que mis amistades o yo misma encuentre trabajo? Hay que echarle morro a la vida.

La cuestión es que tengo ya algunas ofertas de trabajo. Unas van en serio y otras no llegan a mileurista, se quedan en quinientoseurista, pero por lo menos me tendrán entretenida y podré aprender algunas cosillas.

Luego están los cursos que quiero hacer y que, desgraciadamente, son carísimos y los que resultan asequibles no tienen titulación oficial. No digo que no sean útiles, sino que no servirán para acreditar oficialmente el conocimiento. Ya se sabe que en este país sufrimos una enfermedad endémica llamada titulitis.

Y en esas ando. Espero que dentro de poco vuelva a tener obligaciones laborales y, por tanto, disponga de un poco de tiempo para escribir, porque esto del paro me lleva muchísimo tiempo.

miércoles, febrero 02, 2011

Yo también contribuyo a las estadísticas

He tenido pocas ganas de escribir últimamente. Mi cabeza estaba en otras cosas, no en hacer comentarios intrascendentes de cualquier nimiedad que se me ocurriera.
Hoy, 2 de febrero, puedo proclamar que contribuyo a los 4.231.003 desempleados de este país. He sido agraciada con un ERE que mi empresa con total impunidad ha aplicado a un tercio de la plantilla. Bueno, a un tercio en términos literales, pero si quitamos comité de empresa, ex comité de empresa, delegados sindicales, hijos, sobrinos y demás parientes, la cosa se reducía a un tu sí, tu no. O sea, el 50%.
El anuncio del ERE se hizo en el momento más propicio de la empresa. Se comunicó al comité de empresa cuando éste fue a presentarse a la dirección tras las elecciones sindicales que tuvieron lugar a finales de noviembre.
Y allí estaban ellos, tan contentos, con su lista de reivindicaciones que ríase usted de la CNT y las primitivas CC.OO.: conciliación familiar, cursos de formación, planes de promoción interna ... todo eran flores primaverales y tan felices que se las prometían. Que no era cuestión de ponerse pesados con los salarios, que la cosa está muy malita.
Me imagino que a la dirección le dió un ataque de risa que casi se rompe el culo. Incautos.
De modo que la primera acción del nuevo comité de empresa fue limparse el culo con sus reivindicaciones y anunciar a la plantilla que pintaban bastos, pero bastos-bastos.
Empezó la negociación y de pronto nos dimos cuenta los empleados que los abogados de los sindicatos estaban como locos por firmar. Vamos, que poco menos que aquello era un regalo bendito. La cosa estuvo muy bien, pues mientras la empresa conminaba a mantener las negociaciones en un plano de máxima discreción -más bien oscurantismo- al día siguiente leíamos en los periódicos todos los detalles.
Y llegó el gran día, la asamblea para aprobar el dichoso ERE. Los miembros del comité sin padre ni madre ni perrito que les ladre -que, digo yo, Manolete, si no sabes torear pa qué te metes-, los de los sindicatos al uso, a excepción de la CGT, diciendo que el acuerdo era mejor imposible, aunque lamentablemente no se había conseguido reducir el número de afectados.
Ni plantearse reducciones de jornada, rotaciones ni otras fórmulas al uso, a la calle. Todo ello sin conocer la lista de agraciados, a excepción de los prejubilados y ¡jubilados!. Sí, porque había un grupo de mayores de 65 años que, por motivos para la gran mayoría desconocidos, pero no para todos, habían pasado olímpicamente del bien merecido retiro. Que yo sepa, hasta que vuelva a modificarse la legislación laboral, la jubilación en este país es voluntaria.
Pues eso. Votación a mano alzada y, salvo los recalcitrantes de toda la vida, ERE aprobado por los pringaos de los afectados.
Una vez pasado el trámite, cogimos un listín de teléfonos y empezamos a tachar aquellos que por motivos extralaborales tenían toda la pinta de estar a salvo. Y ocurrió lo que nos temíamos, uno sí, uno no. Vamos, que a servidora le tocaba sí o sí. Concurrían en mi persona todos los requisitos adversos: sin familia influyente; una antigüedad elevada; carácter espinoso ... Y así fué.
La empresa, generosa ella, desde el momento en que nos comunicó la lista de la lotería nos concedió permiso retribuído. En dos ratos recogí mis cosas y puse al día a un par de compañeros de lo más urgente, porque se avecinaba una tormenta de trabajo de grado 4 y, al menos, darles las claves para que puedan manejar el marrón lo mejor posible. Que encima son buena gente.
Hoy firmé el finiquito. Ya les he dicho que cada consulta por correo o por teléfono generará una factura de 100 euros.
A partir de ahí, el acabose

lunes, enero 03, 2011

Ea, ya lo he dicho

Están pesadísimos con Javier Bardem. Empieza el año y, por supuesto, están ya las listas de candidatos al Oscar y otros premios que se otorgan en las inmediaciones temporales: goyas, globos de oro ... Y ahí está Javier Bardem, del que oigo decir verdaderas tonterías: el nuevo Marlon Brando, el nuevo Al Pacino.
Que si es la mar de atractivo ... Lo es, si a una le gusta el look Atapuerca. Que si es un actorazo ... también debe serlo, siempre y cuando tengamos el oido adiestrado a descifrar a los que no vocalizan.
No me gusta Bardem. Me parece muy bien que quiera ir de natural, que a veces confunde con ir sucio. Me parece muy bien que quiera ir de alternativo, sobre todo cuando no tiene ningún empacho en hacer giras de promoción y alfombras rojas y todo eso.
Pues eso, ea, que no me gusta Bardem. No me gusta como acto y no me gusta como hombre. Dónde esté George ...