Hay mujeres que, de verdad, parecen sacadas de los cuentos de brujas. Hay mujeres cuya antipatía es congénita. Y hombres, claro. Pero en esta entrada voy a hablar de mujeres antipáticas.
De siempre me ha caído de culo, pero cuando hoy he visto el vídeo de su frustrada entrevista con la BBC me he visto reafirmada en mi mala sensación. Carme Chacón es una grosera y carece de clase. Es una antipática.
No me gustan las mujeres relamidas ni redichas, como la inefable Esperancita Aguirre. Pero la Chacón confunde firmeza con mala educación.
Despachar a un medio porque le hace una pregunta que no le gusta, oiga, señora, pues es potestad suya conceder o no la entrevista. Si la concede y luego no le gusta lo que le preguntan, hace de tripas corazón, se sale por la tangente o le enseña al entrevistador por dónde caen los cerros de Úbeda. Pero despachar al equipo con un “Vamos a terminar ahora” denota que debería ir a clase de modales.
Pero me imagino a la ministra bisoña chorreando de gusto cuando la BBC le solicita una entrevista y torciendo el morro cuando se percata que no le agradan las preguntas que le hacen.
Lo que tenía que hacer esa señora, como debería saber a estas alturas de la batalla, es que cuando uno concede una entrevista a un medio que no está en el pesebre y que además poco tiene que perder (ni publicidad ni trato de favor) como es el caso de la BBC, lo mínimo que puede hacer –además de ir a la peluquería e intentar un gesto menos adusto que el habitual- es formularse ella misma las preguntas más jodidas que a uno le puedan hacer y preparar la respuesta que mejor se adapte a sus intereses. Vamos, de segundo de facultad y primero de sentido común.
¿O se creía la ministra que le iban a hacer una entrevista por su cara bonita?
Un consejo gratis. Que tome tila, que sonría, que no piense que es el centro del mundo y que se prepare las entrevistas. En caso contrario parece una ignorante, además de una prepotente antipática. O que cambie de responsable de prensa, aunque con algunos/as jefes/as ni aunque le pongan a un encantador de serpientes podría hacer labor.
De siempre me ha caído de culo, pero cuando hoy he visto el vídeo de su frustrada entrevista con la BBC me he visto reafirmada en mi mala sensación. Carme Chacón es una grosera y carece de clase. Es una antipática.
No me gustan las mujeres relamidas ni redichas, como la inefable Esperancita Aguirre. Pero la Chacón confunde firmeza con mala educación.
Despachar a un medio porque le hace una pregunta que no le gusta, oiga, señora, pues es potestad suya conceder o no la entrevista. Si la concede y luego no le gusta lo que le preguntan, hace de tripas corazón, se sale por la tangente o le enseña al entrevistador por dónde caen los cerros de Úbeda. Pero despachar al equipo con un “Vamos a terminar ahora” denota que debería ir a clase de modales.
Pero me imagino a la ministra bisoña chorreando de gusto cuando la BBC le solicita una entrevista y torciendo el morro cuando se percata que no le agradan las preguntas que le hacen.
Lo que tenía que hacer esa señora, como debería saber a estas alturas de la batalla, es que cuando uno concede una entrevista a un medio que no está en el pesebre y que además poco tiene que perder (ni publicidad ni trato de favor) como es el caso de la BBC, lo mínimo que puede hacer –además de ir a la peluquería e intentar un gesto menos adusto que el habitual- es formularse ella misma las preguntas más jodidas que a uno le puedan hacer y preparar la respuesta que mejor se adapte a sus intereses. Vamos, de segundo de facultad y primero de sentido común.
¿O se creía la ministra que le iban a hacer una entrevista por su cara bonita?
Un consejo gratis. Que tome tila, que sonría, que no piense que es el centro del mundo y que se prepare las entrevistas. En caso contrario parece una ignorante, además de una prepotente antipática. O que cambie de responsable de prensa, aunque con algunos/as jefes/as ni aunque le pongan a un encantador de serpientes podría hacer labor.