La elegante belleza de esta mujer parecía suficiente para augurar un futuro exitoso. Sin embargo hoy día está prácticamente desaparecido, interviniendo como invitada en series de TV o participando en películas cuyo destino es directamente el videoclub.
Sean Young, en su tercer trabajo para la pantalla grande, consigue un bombón de papel: la Rachael de “Blade Runner”. Sus facciones me traían a la memoria a una de las grandes, y efímeras, estrellas del cine inglés, Kay Kendall, de quienes los más jóvenes no se acordarán, dado que falleció en 1959, con apenas 37 años de edad.
Sean Young, en su tercer trabajo para la pantalla grande, consigue un bombón de papel: la Rachael de “Blade Runner”. Sus facciones me traían a la memoria a una de las grandes, y efímeras, estrellas del cine inglés, Kay Kendall, de quienes los más jóvenes no se acordarán, dado que falleció en 1959, con apenas 37 años de edad.
Kay Kendall
Su papel de replicante en Blade Runner –con la recién convertida estrella de Harrison Ford y el éxito que supuso la película- parecía un buen augurio. Volvió a tener un papel protagonista en “Dune”, pero el fracaso de la superproducción de Dino de Laurentis no le fué de ninguna ayuda.
Posteriormente desempeñaría el papel de esposa de Michael Douglas en “Wall Street” y fue la coprotagonista junto al otrora galán induscutible Kevin Costner en “Sin salida”. Entre película y película, aceptaba papeles en miniseries y episodios de televisión.
En 1988 comparte cartel con James Woods en “The Boost”, traducida aquí como “Impulso Sensual”. A partir de ahí su carrera –por motivos extraprofesionales- entra en barrena. Tras el rodaje, James Woods pone una demanda contra ella por acoso, acusándola de no dejarles vivir ni a él ni a su entonces esposa, Sarah Owen, en la línea de “Atracción fatal”.
Young ya arrastraba fama de altiva y antipática desde “Wall Street” y este episodio le añadió el carácter de vesánica.
Desaparece de los papeles principales. Figura en el reparto de películas que parecen parodiar su propia vida, como “Instinto fatal”. Protagoniza con un doble papel un remake de “Un beso antes de morir” con Matt Dillon y comparte cartel con Jim Carrey en “Ace Ventura”. Producciones cada vez de menor categoría y series de TV se han convertido en habituales, como si de una vieja gloria se tratara, aunque ella no llegó a ser una auténtica estrella.
Pronto la veremos en la pequeña pantalla como artista invitada en CSI y en Urgencias.
Su papel de replicante en Blade Runner –con la recién convertida estrella de Harrison Ford y el éxito que supuso la película- parecía un buen augurio. Volvió a tener un papel protagonista en “Dune”, pero el fracaso de la superproducción de Dino de Laurentis no le fué de ninguna ayuda.
Posteriormente desempeñaría el papel de esposa de Michael Douglas en “Wall Street” y fue la coprotagonista junto al otrora galán induscutible Kevin Costner en “Sin salida”. Entre película y película, aceptaba papeles en miniseries y episodios de televisión.
En 1988 comparte cartel con James Woods en “The Boost”, traducida aquí como “Impulso Sensual”. A partir de ahí su carrera –por motivos extraprofesionales- entra en barrena. Tras el rodaje, James Woods pone una demanda contra ella por acoso, acusándola de no dejarles vivir ni a él ni a su entonces esposa, Sarah Owen, en la línea de “Atracción fatal”.
Young ya arrastraba fama de altiva y antipática desde “Wall Street” y este episodio le añadió el carácter de vesánica.
Desaparece de los papeles principales. Figura en el reparto de películas que parecen parodiar su propia vida, como “Instinto fatal”. Protagoniza con un doble papel un remake de “Un beso antes de morir” con Matt Dillon y comparte cartel con Jim Carrey en “Ace Ventura”. Producciones cada vez de menor categoría y series de TV se han convertido en habituales, como si de una vieja gloria se tratara, aunque ella no llegó a ser una auténtica estrella.
Pronto la veremos en la pequeña pantalla como artista invitada en CSI y en Urgencias.