sábado, enero 07, 2012

De la tragedia al sainete

Ya sé que llevo casi dos meses sin alimentar al bicho ... pero ¿qué voy a escribir que no esté aquí publicado? Como mucho actualizar y aumentar el nivel de mala hostia: que si Hurtangarín, que si la bancarrota del califato -eso sí, a Bernie se le sigue pagando religiosamente-, que si hemos ganado las elecciones y ahora os vais a enterar, capushos. ¿Que dije que el empleo era prioritario? ¿Dónde lo firmé? ¡Pues claro que no íbamos a subir impuestos, pero es que el anterior gobierno ¡nos engañó!. Bueee sí, fueron las autonomías ... ¡ah! ¿que son nuestras autonomías las que están en bancarrota? ¡Pues que las hubieran controlado desde Madrid! ¡Pero quienes son esos para decirnos a nosotros cómo gastar la pasta!

No, la Generalitat no tiene 5 millones de euros para que el CPF de investigación funcione, pero sí 4,4 para que Canal 9 -esos que pagaron 13 milloncetes a los gurtel por la visita de Benedetto- ponga la F1, como si la Sexta no fuera suficiente. O los 21 que se lleva crudos Bernie cada año por dejar la ciudad durante dos semanas patas arriba en un espectáculo que interesa más bien poco.
Pero sí estaban disponibles todavía no se sabe cuantos millones para Hurtangarín y eventos deportivos que nunca se hicieron ... ah, claro, esos millones no eran para los eventos, eran los estudios previos, los sondeos, los preparativos. Joder, pues si que iban a salir caras las pértigas y esas cosas.
Aquí, de momento, nos han subido el combustible vía impuestos, lo que nos provoca un placer inenarrable. A los enfermitos hospitalizados les reducen los menús: uno para todos. Dicen que con eso se ahorran un potosí de millones ... Digo yo que habría dietas de caviar, que para el precio daría lo mismo una dieta que siete.
Los enfermos de cataratas, que se vayan a la privada o, en su defecto, a la ONCE, también se ahorrarán unos eurillos con esta medida.
De la ruina de Canal 9 tampoco se dice nada, como la de la F1. Dicen que son temas delicados y complejos.
Menos mal que ahora cobro una miseria y la subida del IRPF apenas la notaré, pero aún así, los chicos del califato me subirán la retención, porque están al verlas venir.
Mientras tanto, aquí no se paga a nadie (menos a Bernie). Empresas que llevan años sin cobrar suministros o servicios. Muchas al cierre, a reconvertirse como pueden, a tirar gente a la calle. Como no son la Ford, muchas con menos de 20 empleados, pues no te van a montar una macromanifestación. Es lo que tiene un tejido empresarial de microempresas y pymes.
Y digo empresas que no industrias, porque aquí quitas la Ford y subcontratistas y no queda nada. Por no quedar no quedan ni naranjas, que arrancaron lo que no está en el papeles para hacer urbanizaciones fantasma y campos de golf.
Toda esta ruina oyendo a Paquito indignado en el banquillo; los peritos fiscales certificando la falsificación de facturas, los testigos declarando que les obligaban a alterar la contabilidad y Federico, el marqués de los Güevos y conde del Yak-42, detrás de toda esta torticería. Pero es abogado, así que no habrá hecho nada ilegal, seguro.
Que nos dicen que no hay para pagar las pensiones, pero la santamadreiglesia es como Bernie. No perdona el diezmo. ¡Mecagoentoloquesemenea! Pues si en Madrid tienen que ahorrar 8.000 millones, que se los quiten a los benedettos.
No hay que alarmarse. Aquí las universidades están a punto de cerrar por falta de pago. Los centros tecnológicos despiden a la plantilla porque no abonan las líneas de investigación en marcha. Pero nuestra heroína, Rita, mete en patronatos a personajes como el presidente que llevó a la ruina a la CAM o al de Motilla del Palancar -otro genio del pedal que encima se va a ir de rositas- y mantiene en el cargo a individuos que los últimos 10 años se han dedicado a pegarse la vidorra -hasta las compras de las ex mujeres en el corteingles se pagaban a cargo de la tarjeta de empresa-, pero eso sí, como buenos opusinos se ponían el cilicio mientras se follaban a la querida de turno.
¡Y qué decir de la real familia! Vale, uno no va a denunciar al yerno a la fiscalía, pero tampoco le prepara una salida de lujo y encubre durante seis años, SEIS AÑOS, las tropelías del muchacho que, casualmente, usaba una residencia real para sus negocietes.
Entre la tragedia y el sainete hay una línea tan frágil como entre lo sublime y lo ridículo. Aquí vivimos un sainete ridículo que provoca tragedias diarias.
En Islandia por menos de esto estaban todos en la cárcel.