sábado, septiembre 30, 2006

Culebrones

¿Cómo que no hay vinculación? El ácido bórico lo deja bien claro. Se encontró en la casa habitada por un etarra, de un anarquista y de un terrorista islámico.

Y todo el mundo sabe para qué sirve el ácido bórico y eso me lo enseñó mi madre cuando le preparaba a mi hermano baños de pies con ácido bórico, como medida preventiva contra el aroma a cabrales que emanaba de sus extremidades inferiores y sus zapatillas deportivas.

Ahora bien, no entiendo cómo pudiendo cometer una masacre por el sencillo procedimiento de descalzarse tuvieron que complicarlo tanto.

Tiene razón Rajoy, y Pedrojota, y Zaplana, y Acebes … Por cierto, estos últimos deben estar en algún balneario. A lo mejor en un pediluvio con ácido bórico.

La verdad, este asunto cada vez huele peor. Que le pongan ácido bórico. O que los del PP contraten a otro guionista. Tengo noticia de que hay culebrones venezolanos menos delirantes.

De filias (II): Bomarzo

De Bomarzo me sedujo la portada.

Hasta bien entrado el siglo XX la portada de los libros –si la tenían- se reducía al nombre del autor y título de la obra. En muchísimos casos eso iba sólo en el lomo. Los pulp y las ediciones populares introdujeron las ilustraciones en las portadas que luego se extendieron a las ediciones de más empaque. Alianza Editorial fue pionera en contratar a un excelente diseñador, Daniel Gil, para realizar las portadas de su colección El Libro de Bolsillo.

Otras editoriales empezaron a introducir el diseño en las sobrecubiertas, dejando la portada a la antigua. Así que la sobrecubierta empezó a ser un reclamo publicitario, un gancho de atracción para la adquisición de la obra. Además servía para conservar las tapas en buen estado mientras se leía el libro. Cuando era depositado en la estantería podía ser despojado de la sobrecubierta y lucir su elegante encuadernación, convirtiéndose en un objeto decorativo.

Seix Barral solía poner fotografías en las sobrecubiertas y las mantuvo cuando las eliminó y las transformó directamente en las portadas. La sobrecubierta también sirvió para introducir las solapas donde aparece un breve resumen de la obra, unas pinceladas sobre el autor o los libros de próxima aparición.

Más adelante el diseño editorial evolucionó. Alfaguara contrató a Enric Satué quien tuvo el encargo de conceptualizar toda una colección. Satué indicó desde la tipografía al tipo y gramaje de papel.

La portada de Bomarzo es el retrato renacentista de un caballero o noble italiano sentado en una mesa de estudio y pasando las páginas de un libro. Aunque la portada pone el cuadro de Lorenzo Lotto en la perspectiva de espejo.

El cuadro es una auténtica belleza.

Yo, que no había leído nada de Múgica Laínez, compré el libro que se inicia con la descripción física del narrador, el conde de Orsini, en base al retrato de Lotto.

Llegué a odiar a Múgica Laínez, lo confieso. Odié la elegancia, la perfección, lo jodidamente bien que escribía. Leía casi compulsivamente la vida de ese ser vengativo y amargado, aunque buenas razones tenía. Me sumergí en la belleza de la Florencia de los Médici; en la opulencia de la Roma del Papa Rey, pero sobre todo, en la construcción del bosque de Viterbo.

Ignoro si la Italia del primer tercio del siglo XVI era así, pero merecía serlo. Los enfrentamientos entre las grandes familias, el poder que daba tener un pariente en la curia, las conspiraciones para poner o quitar Papa, las alianzas políticas de las ciudades con los grandes estados europeos emergentes … y las miserias del conde de Orsini y su absoluta adoración de la belleza que le era negada.

Bomarzo es una de esas novelas que me impulsan a conocer el escenario en el que se desarrollan. Todavía no he estado allí, pero estaré en ese parque que ha fascinado a tantos artistas.

P.D.: Hoy, 8 de octubre, el suplemento El Viajero de El País dedica un reportaje a Bomarzo

viernes, septiembre 29, 2006

De filias

Para que vean que no sólo me conmueven las fobias, empiezo a explicarles mis filias. Ahí queda eso.

No sólo cada lector tiene un libro (o viceversa), sino que el tiempo también cambia nuestra perspectiva. Quizás obras que leímos hace 5, 10 ó 20 años hoy día recibirían otra consideración.

Así que cualquier alabanza debe ir vinculada a su contexto temporal que, en realidad, es el mío. He vuelto a algunas, pero otras no las he vuelto a releer. Es posible que si lo hiciera ahora mi recuerdo no fuera tan positivo. Es decir, todo es relativo.

Esto no tendrá ningún orden cronológico. Iré soltando los libros o los autores según me vengan a la memoria.

Empezaré por Luis Martín Santos y “Tiempo de silencio”. Antes de continuar, algunas precisiones. Pertenezco al plan educativo de 1956, soy de las últimas generaciones que hacían bachillerato elemental y luego bachillerato superior. El bachillerato elemental iba de 10 a 14 años, lo que luego sería la EGB, pero vamos, ni de coña.

El nivel general de enseñanza era muchísimo más elevado. En bachiller elemental las clases no las daban maestros, sino licenciados en cada una de las materias: lengua y literatura; historia y geografía; matemáticas; física y química; biología y geología, idiomas, dibujo artístico y técnico …

Además tuve la inmensa suerte de asistir a un instituto, enseñanza pública, con profesores que habían superado una oposición y, en bastantes casos, doctores y catedráticos. Mi instituto era pequeñito. Otra cosa, por entonces no se había implantado la coeducación. Niños y niñas iban a centros distintos.

La profesora de literatura de cuarto de bachiller era magnífica. Lamento no recordar su nombre (la práctica totalidad de mis profesores eran excelentes, unos más simpáticos, otros más exigentes, pero todos nos inculcaron el deseo de aprender y, sobre todo, de razonar).

Ella nos puso como una de las lecturas la obra de Martín Santos. Algo bastante insólito para alumnas de 14 años. Con un estilo alejado del clasicismo, con ambientes insólitos literariamente para nosotras, con un tema alejado de lo trillado, “Tiempo de Silencio” me sedujo. Lo he leído varias veces y reconozco que no es una novela fácil.

La novela es desasosegante y retrata la penuria, la miseria que vivía España a finales de los 50. Una miseria que se extendía a todo: a la sociedad, a la ciencia, a la investigación, a las relaciones humanas, al amor … Todo es sórdido y, aunque el protagonista casi sea un privilegiado, la costrosidad lo preside todo. Ni siquiera los laboratorios de supuesta vanguardia investigadora rehuyen un mundo paupérrimo.

Resulta una novela desasosegante, con una luz gris polvorienta sobre todo lo que relata. Una España, un Madrid, patéticos, alejados de la modernidad, viendo pasar de nuevo ese tren que no logran alcanzar porque sus tobillos están engarzados a bolas de presidio.

jueves, septiembre 28, 2006

Imágenes (IV)

Hoy no tengo ganas de escribir, así que dejo unas imágenes.

Metopa de la catedral de Módena



Capitel, catedral de Módena


Giroldina y catedral. De dónde se deduce que los italianos son incapaces de hacer una torre derecha.


León vigilante


Leones guardando la entrada catedralicia.


Decididamente, les gustan los leones.


También hay calles ...


... muy hermosas ...


... porticadas

sábado, septiembre 23, 2006

Alex, un buen tipo

Vaya año. Se fue Albert Costa, luego Agassi y ahora Corretja. Lo cierto es que llevaba más de un año sin jugar una competición debido a problemas oculares que persisten a pesar de la cirugía.

He sido fan absoluta de Corretja a lo largo de su carrera. Le he visto jugar un montón de veces tanto en vivo como en la tele. El partido más acojonante que le he visto fue 1998, jugando en semifinales del Masters contra Pete Sampras.

Se jugaba el torneo en Hannover sobre moqueta, una superficie nada propicia a los terrícolas españoles. Fue un gran año para el tenis español: hubo doblete en Roland Garros (Moyá le ganó en la final) y en féminas Arantxa.

El partido era a tres sets y los dos primeros se habían repartidos. Sacaba Sampras para ganar el partido y tenía tres bolas para pasar a la final. Corretja estaba en las últimas. La cámara de tv enfocó su cara cuando se disponía a restar a Sampras. Y vi en su mirada una determinación inaudita. Le dije a mi marido: “Va a levantar las tres bolas de partido y va a ganar a Sampras”. Gano en el tie break 7-3.

Al día siguiente ganaba en la final a Moyá en cinco sets.

Ha sido un resistente, como en aquel partido de cuartos de fina en el Open Usa en 1996 también contra Sampras, quien acabó vomitando tras más de cuatro horas. Sampras acabaría ganando posiblemente el partido más duro de su vida. Tuvo también un partido antológico en París contra un tenista argentino que se prolongó durante tres días entre suspensiones por falta de luz y lluvia.

Dos veces finalista de Roland Garros –la segunda vez perdió contra Kuerten- y ganador de 17 títulos ATP, entre ellos los masters de Roma e Indian Wells, se va quien ha sido considerado el caballero del tenis, hasta el punto de ganar por dos ocasiones el premio Stefan Edberg al comportamiento deportivo, premio otorgado por los propios jugadores.

Es una persona de una educación y amabilidad notables, como su amigo Albert Costa. Me encontré con ellos en un torneo en Estados Unidos –ambos perdieron en primera ronda- y el único día que coincidimos me acogieron como si fuera de su familia.

En 2000 jugó la final de Copa Davis contra Australia en el Palau de Sant Jordi. Se le encomendó un imposible: el dobles junto a Joan Balcells. Nadie daba un duro para la pareja. La cuestión es que Costa había perdido su partido contra Hewitt y la eliminatoria estaba empatada. El dobles se daba por perdido, así que los dos últimos individuales iban a ser decisivos.

Enfrente tenían a dos especialistas, en concreto al entonces nº1 en dobles Mark Woodforde, quien tras la retirada de su compañero Todd Woodbridge (el doble se conocía como los “woodies”) hacía pareja con Sandon Stolle.

Quien viera aquel partido sabe que fue un momento mágico cuando Alex y El Oso acabaron rebozados en el polvo de ladrillo de la pista. Ganaron en tres sets, cuando iban de víctimas.

Pues eso, que Alex ha colgado la raqueta. La Armada se queda un poco más huérfana, pero confío en seguir disfrutando de sus comentarios en tv. Hasta siempre, genio.

La primera y tercera fotos son mías. La segunda es del Us Open del 97, sacada de la web.

viernes, septiembre 22, 2006

Preocupación

Hago un inciso para mostrar mi preocupación por la ausencia de noticias de tres de mis bloggeros favoritos.

Desde el pasado mes de julio tanto Asmadeus como Tritácora están desaparecidos. Dado que Tritácora habita en Canarias no sé si le habrán confundido con un tripulante de cayuco y le hayan expatriado vaya usted a saber dónde.

En cuanto a Asmadeus hago novenas y ritos animistas por su salud.

También me preocupa la situación de Laura Díaz. Temo ser responsable de alguna catástrofe, ya que después de asegurar que iba a acometer la elaboración de un cocido siguiendo mis indicaciones, ha desaparecido.

¿Quién sabe dónde?

jueves, septiembre 21, 2006

Eulalia, Celia y Guillermo

Permítanme que les recomiende calurosamente la bitácora de Eulalia. En estos días dedica breves y certeros capítulos a sus recuerdos de 1949. Yo no había nacido, pero mis dos hermanos sí, de forma que lo que ella cuenta lo he oído muchas veces.

Hay quien ve similitudes en los relatos de Eulalia con las célebres novelas de Elena Fortún. La similitud, sin embargo, es que ambos cuentan las cosas que pasan con los ojos de una niña pequeña.

El personaje de Celia aparece en 1928, casi dos décadas antes que los recuerdos de Eulalia. Celia es una niña burguesa en la España de la dictablanda y de la II República. Eulalia nos cuenta como era la vida de una niña de clase trabajadora en el Madrid de la postguerra.

Pero la forma de relatar los hechos, la sencillez, la pulcritud de estilo, la absoluta claridad que se desprende de los textos de Elena Fortún y Eulalia son similares, sí.

Celia, como digo, es un personaje anterior a mi época, pero leí sus libros con verdadero deleite: “Celia, lo que dice”, “Celia en el colegio”, “Celia madrecita” … y sus secuelas: las historias de su hermano “Cuchifritín” y de su terrible prima “Matonkiki” (todo un personaje Matonkiki)


Otro personaje célebre de la época es Guillermo Brown, de la magnífica Richmal Crompton. Las aventuras de Guillermo el travieso se inician en 1922, en el periodo de entreguerras. Guillermo y los proscritos, su pandilla, protagonizan algunas de las novelas más divertidas que he leído en mi vida. Llegué a Guillermo cuando mi infancia ya estaba lejana, pero la editorial Molino reeditó las novelas en formato original y no pude resistirme.

Guillermo pertenece a la burguesía inglesa suburbana. Es el pequeño de tres hermanos bastante mayores que él, por lo que apenas cuenta para ellos. El y su pandilla son un verdadero dolor de cabeza: son niños imaginativos y se comportan como tales. Guillermo es un poco la versión british de Tom Sawyer.

A lo que iba. Lean ustedes los recuerdos de Eulalia y, si lo encuentran, los libros de Celia y Guillermo. Y si tienen hijos, léanselos.

Portadas de las ediciones de Alianza y Molino

Fobias literarias

Malambruno y Alvy Singer coinciden en sus blogs en comentar una serie de obras que consideran imprescindibles. Coinciden en el tema, no tanto en los títulos y los autores.

Como ya comenté en un anterior post, soy más dada a hacer públicas mis fobias que mis filias. Así que de momento no me esforzaré en hacer la lista de mis libros, si bien sospecho que un día de estos realizaré un esbozo, confío, provisional.

Pero mis libros odiados los tengo bien presentes. Ya digo que soy más dada a expresar mi indignación.

El primero que me viene a la memoria es “Bella del Señor”, gran éxito editorial que coincidió más o menos en el mercado con “El perfume”.

La obra de Albert Cohen me pareció una soberana estafa, bien escrita por lo menos. De ella salvo a la pandilla de tíos rabinos de Cefalonia, que son un contrapunto sensacional y desatinado a la desatinada novela.

Reconozco que al menos tiene estilo, lo que es de agradecer, algo de lo que carece la más vomitiva de las obras que ha caído en mis manos y que todavía me asombro por haber leído completa y no haber tirado a la basura en el capítulo 2. Por si no lo han adivinado, el autor se llama Paulo y se apellida Coelho. Mi encono hacia ese espécimen -dicen que humano- es ya obsesión, y eso que sólo he leído un título firmado con su nombre.

La tercera obra que lanzaría al averno es “La carta esférica” y su predecesora “La piel del tambor”. La repetición hasta el aburrimiento de los mismos tipos y las mismas tramas agota a cualquiera. No oculto mi particular manía al autor. Este no se va a ir de rositas. El primer Alatriste tenía su gracia, aunque recordaba mucho a “El Húsar” –un par de siglos más atrás-, pero sus secuelas son una retahíla de palabras caídas en desuso, como en desuso cayeron las prendas de vestir a las que definían. Un coñazo, vamos.

No me atrevo a lanzar diatribas contra el grupo de novelistas femeninas españolas, porque he sido siempre incapaz de que sus novelas me interesaran más allá de la primera página. En ese saco están las Espido Freire, las Carmen Posadas, las intercontextualizadoras … No cito a Rosa Montero y Maruja Torres porque no me gustan las periodistas metidas a novelistas. Suelen caer en lo rancio.

Otra tía que no soporto es a Patricia Cornwell. No sólo es una cuestión ideológica, es que me repelió su primera novela y los fragmentos que he leído de otras. Es plana, previsible y sus tramas parecen estar en función de justificar el asesinato preventivo.
Bueno, termino, porque la lista se haría eterna si relaciono toda la basura que he rechazado y no tiene mucho sentido expresar lo que NO se debe leer, en mi muy sesgada opinión.

Tengo el firme propósito de, algún día, hacer mi lista de libros favoritos.

martes, septiembre 19, 2006

sábado, septiembre 16, 2006

Imágenes (III)

Patio en la Vía della Spiga (Milán)


Iglesia de San Lorenzo (Sahagún)


"Twin Towers" (Bolonia)


Biennale de Milán


Ventana con ositos. Isla de Kampa

viernes, septiembre 15, 2006

La película de mi vida

La película de mi vida, esa que me llevaría con otras dos cosas más a una isla desierta, sin lugar a dudas sería “El hombre tranquilo”. He perdido la cuenta de las veces que la he visto. Bueno, verla, lo que se dice verla, una docena de veces. Porque cuando mi hija mayor era poco más que un bebé era su peli favorita. De hecho, para dormir a su hermana pequeña, en lugar de una nana le tatareaba uno de los temas musicales de la película (el del chico que deja su hogar y tiene partido el corazón por la nostalgia).

Reconozco su buen gusto.

Ahora puede resultar misógina. Incluso no sería de extrañar que salieran feministas exigiendo reparación de daños por alguna escena. Hace apología de la violencia y entre los secundarios destacan dos terroristas. En fin, que es políticamente incorrecta se mire por donde se mire.

También ha contribuído a idealizar Irlanda como un país alegre y confiado, pero del que hay que desconfiar en lo que a los horarios de ferrocarriles se refiere.

Llama la atención su visión ecuménica de las religiones y, por supuesto, la enorme capacidad de trasegar cerveza que tienen sus nativos.

¿Qué tiene “El hombre tranquilo”? Quizás es mejor empezar por lo que no tiene: no es grandilocuente; no tiene efectos especiales; no tiene saltos argumentales ni temporales. Sigue la vieja norma dramática: presentación, nudo y desenlace. No inventa nada. Y es maravillosa.

Puede verse también como un rito iniciático para ser aceptado en una sociedad que aunque acogedora, tiene sus propias normas. Thornton tiene que superar las pruebas que se le ocurren al pueblo: desde la carrera de caballos, el deporte de beber cerveza o liarse a puñetazos con su cuñado. Todo ello no es más que un cursillo acelerado para ser “uno de los nuestros”.

Tiene un guión medido, unos diálogos impagables, una galería de secundarios soberbia, música en su justa medida, risa, emoción, hermosos paisajes … y la pelea más sensacional de la historia del cine, con apuestas incluídas. Una pelea que resucita a un muerto –bueno, agonizante solo- y arranca de sus obligaciones al párroco, que abandona su rebaño de salmones no para separar a los contendientes, quiá, para apostar también. Es decir, una película de las que ya no se hacen.

Frase por la que hoy se manifestarían frente al cine: “Tome, señor, esta buena vara para pegar a su encantadora esposa”.

Frase por la que hoy se manifestarían frente al cine: “Si el IRA estuviera metido en esto, ya te habrías dado cuenta” (más o menos)

Frase por la que se manifestaría la ministra de sanidad, pronunciada por Micheleen Flynn: “Cuando bebo whisky, bebo whisky. Cuando bebo agua, bebo agua”.
Bueno, Micheleen Flynn, como es el sentencioso de la película, tiene frases brillantes cada vez que aparece en pantalla, a pesar de su propensión a beber solo whisky (lo de que bebe agua es solo una suposición que no ha podido ser comprobada) como aquella en la que deja una incógnita: “Dos mujeres en casa y una de ellas es pelirroja”.
Pero quizás su exclamación más memorable es: “Homérico”.

Adoro cada fotograma de esa película.

jueves, septiembre 14, 2006

En pro de la radio pública

Cuando volvía a trabajar ayer tarde escuché una entrevista a Carlos Fuentes en el programa “El ojo crítico” de RNE. Doy gracias a los cielos de que exista una radio pública sin anuncios ni necesidad de encabezar la audiencia, ya que nos permite escuchar palabras sensatas, interesantes, divertidas y hasta con un poso de sabiduría.

Fuentes hizo una loa al cuento. Comparaba la novela al trasatlático y al relato al velero que costea. Tuvo una frase muy afortunada al decir (cito de memoria) que el relato exige concisión, mientras que la novela hay que vestirla, decorarla. Por eso el cuento solo refleja lo esencial del relato.

Una de las preguntas que le hicieron sobre su “Contra Bush”, remachó que no sólo es estúpido, sino malvado. Aseguró que su mujer, cuando salió el libro, le decía que era un exagerado, pero que hoy día reconoce que no se equivocó.

Bueno, uno puede estar o no de acuerdo con las opiniones políticas de Fuentes, incluso con su escritura. Pero es un lujo escuchar en una radio generalista a alguien expresándose maravillosamente bien.

Lo fastidioso es que la programación prevista por RNE prevé cambios en el horario de tarde. No se sabe qué va a pasar con “El ojo crítico” y me temo lo peor.

La foto es de la web de RNE y en ella salen los conductores del programa Arrate San Martín y Juan Carlos Soriano.


PS: Mis temores se confirman. Leo en la web de RNE la nueva programación que hoy mismo han presentado. "El ojo crítico" se va a horario nocturno o, lo que viene a ser lo mismo, desaparece, porque a esas horas desde luego yo no oigo la radio (Arrate, Juan Carlos, os echaré de menos). Y lo que ya me parece increíble: habrá un espacio religioso donde estén representadas todas las creencias. ¿Pero éste no era un país aconfesional? ¿Por qué con mis impuestos tengo que pagar la propaganda religiosa?

miércoles, septiembre 13, 2006

De pucheros (dedicado a Laura Díaz, La amante de Bolzano)

La presente entrada, como queda explicado, es dar satisfacción a una pasada petición de Laura Díaz, una vez que ha regresado de sus últimos viajes y todavía está en el invierno austral. No sólo La amante de Bolzano es una maestra entre pucheros. Yo soy una aprendiz que apunta maneras.

Dar la receta del cocido de mi madre sería una profanación. Esto queda la mar de bien para no escribirla, pero en realidad es que la desconozco, ya que ella nunca se ha tomado la molestia de explicarla.

Siempre que le pedía instrucciones para tal o cual plato, me contestaba: “Fíjate en lo que hago, yo no sé explicarlo”.

Porque –como ya dije en otras entradas- ella proviene de tiempos de necesidad en la que la imaginación suplía a la despensa bien abastecida. Así que un cocido o una sopa variaba según lo que tuviera a mano.

Pero, en resumen, el cocido de Aurelia es, más o menos, como sigue:

La noche anterior se ponen los garbanzos a remojo. Mejor si son pedrosillanos o con denominación de origen de Fuentesaúco. Pero vamos, otros también sirven.

Si el agua es calcárea, añadir una cucharada de bicarbonato.

El resto de ingredientes lo compone la carne: morcillo de ternera (también conocida como garreta, para la cocinera de ultramar es la carne del brazuelo del vacuno), un trozo de tocino, chorizo, morcilla, gallina, una punta de jamón (mejor muslo que pechuga), huesos de caña (de vacuno) y un hueso de babilla (que no sé como se llama esa pieza en la república oriental, pero es una pieza grande rematada con un hueso que al cocerlo queda meloso … ummm que bueno) o de rodilla.

Las verduras: patata, zanahoria, puerro, cebolla y col.

Al día siguiente, una vez escurridos los garbanzos y si se quiere lavados, se meten en un saquito de tela de algodón.

La cocción puede hacerse en puchero de barro –lo tradicional, pero poco útil- o en olla exprés.

En la olla se pone los garbanzos, los huesos y las carnes, a excepción de chorizo y morcilla (esto es porque da demasiado color y sabor, aunque otros prefieren la cocción de todo junto). Se cubre de agua, se pone una pizca de sal. Cuando empieza a salir vapor se pone la pesa y cuando ésta empieza a moverse se baja a un fuego medio y se deja una hora.

En una cazuela con agua hirviendo se pone la col cortada en tiras finas con el chorizo y la morcilla.

Cuando pase la hora, se apaga el fuego y se espera a que la olla pierda presión. Aquí vienen variantes. Yo suelo quitar como la mitad del caldo que reservo. Se pone las patatas y zanahorias enteras y peladas, así como el puerro y la cebolla. Se vuelve a cubrir con agua y se pone de nuevo al fuego. En esta ocasión será suficiente con 20 –o 25 minutos después de poner la pesa.

Mi madre le suele poner en esta etapa lo que ella llama el relleno. Es una masa hecha con huevo, pan rallado y perejil y si se tercia jamón muy picado). Se hace una bola y se cuece con el resto.

Una vez terminada la cocción se saca la carne a una fuente y la verdura a otra. Se escurren los garbanzos y se pone en la fuente de la verdura. Machacamos un poco de azafrán, lo desleímos en el caldo y lo incorporamos al mismo para hacer una sopa de fideos. Yo uso los cabello de ángel, pero eso va en gustos.

En algunos sitios se suele acompañar con una salsa de tomate muy clarita, pero yo no uso.

Modos de comerlo: primero la sopa, luego las verduras y por último las carnes.

Pero los tragones prefieren comer la sopa con los garbanzos. Y con las sobras, en el cocido siempre sobra, se hace un “tojunto”. Es decir, se pican las carnes, se mezcla con las verduras y el caldo … que había reservado a media cocción.

Las sobras también pueden ser susceptibles de una “ropavieja”, de croquetas, empanadillas y, por estos pagos, de arroz al horno.

Por cierto, en Valencia al cocido (también llamado puchero) se le añade apio y cardo y pelota de carne que es carne picada gruesa con almedra o piñones.

En fin, las variantes del cocido son infinitas como las cocineras o las arenas del mar y en cada territorio tiene un nombre.

Si he cometido alguna blasfemia culinaria, ruego me sea perdonada, ya que lo mío es el mestizaje.

¡Ah! La morcilla de Burgos (de arroz) pero si uno tiene a mano una de matanza, solo de sangre y cebolla, pero bien curada … mejor que mejor. Y el chorizo tirando a picante.

martes, septiembre 12, 2006

Copiar, plagiar, duplicar, piratear e intercontextualizar

Las noticias de prensa hoy se presentan chuscas. La señora Etxeberría –que comparte mi altar de proscritos susceptibles de ser vapuleados con otros impresentables que ya iré comentando- ha sido de nuevo acusada de plagio. Ella dice que “intercontextualización” que tiene zarandajas el término. Y van tres, que yo recuerde. Es que una vez que le cogen gustillo al copiar y pegar se hacen adictos.

Esto se enlaza, obviamente, con la pretensión de las gestoras de derechos de autor de subir el canon que grava los soportes digitales. Para entendernos: cedés y duvedés. Así que uno puede plagiar –espero que con castigo- siempre que el soporte sea tradicional, pero si duplica en soporte digital, paga y calla. Uno saquea la obra de otro y se pone a sí mismo como autor y tan ricamente. Uno duplica una obra de otro, que no se apropia de la autoría, fama y buen nombre, y lo más fino que le llaman es pirata. Que me lo explique la SGAE que para unas cosas tiene mucha labia y en otras calla cual persona de moral distraida.

En fin, esto del canon ya es como lo del tabaco, que se paga más en impuestos que en el bien en sí mismo. Cosas veredes.

Y tercero. Esto es lo mejor. Copio y pego la noticia que aparece en elpais.es

“Un fragmento de una película pornográfica se coló ayer en la sesión de apertura de un curso de ascenso a sargento en la Academia de Policía Local de la Comunidad. Una escena de sexo explícito entre dos adultos rubios fue lo primero que vieron los 120 aspirantes a sargento, que, a eso de las diez de la mañana, esperaban ver un vídeo sobre las actividades de la academia, según han confirmado asistentes y fuentes de la Consejería de Justicia e Interior del gobierno autónomo. Las imágenes pornográficas estaban albergadas en el ordenador del auditorio, que no está adscrito a ningún funcionario.”

La noticia sigue completa en el enlace.

lunes, septiembre 11, 2006

Va de patinazos

No sé si es cosa del plan de reestructuración de RTVE, pero hoy RNE me ha dado dos sustos y no gratos.

Oigo la radio únicamente cuando voy en el coche, es decir, unos 40 minutos al día que suelen coincidir con los informativos.

Esta mañana, en la desconexión regional, oigo a la locutora hacer el resumen de la jornada de fútbol: “Mala suerte para los tres equipos de primera. Perdieron Valencia, Villarreal y Levante”. Anda coño, debió ser que quité la tele antes del fin del partido o lo soñé, pero juraría que el Valencia le ganó 0-1 al Atlético de Madrid. ¿Será alineación indebida? (no sería la primera vez). Entonces habríamos perdido por 3-0. Llego al despacho y desesperada leo las páginas deportivas. Deben estar retrasadas de noticias, porque insisten en que el Valencia ganó con gol de Villa a los 6 minutos del encuentro.

Segunda perla. En el informativo de las 16:00 horas entra en directo el corresponsal de RNE en Washington, Magín Revillo. Informa que una falsa alarma (un móvil olvidado) ha obligado a desviar un vuelo entre Atlanta y San Francisco al aeropuerto de “Dallas, en el estado de Houston”. Me hago cruces.

El móvil del avión debe ser el mío, porque cuando busco el teléfono para llamar a RNE e indicarles la metedura de pata, no aparece.

Otra, esta vez en Eurosport ayer por la noche. Final del Open USA. En la pista Roger Federer y Andy Rodick. De vez en cuando las cámaras enfocan el palco donde los invitados del suizo ven el partido. Su novia –ya sabemos que es su novia, va a todos los partidos y hasta fueron recibidos en audiencia por el Papa- y otros jóvenes.

El comentarista dice que uno de los jóvenes que está sentado al lado de la novia del tenista es un habitual en los partidos de Federer y que debe ser su hermano (no queda claro de quien es hermano). Bueno, el susodicho joven es negro, lo que hace sospechar que los progenitores de Roger (o de su novia) no tuvieron una relación muy estable. Y que además son portentosos a la hora de engendrar deportistas, porque el susodicho joven es Tiger Woods.



(Tiger, su mujer y la novia de Federer. Foto de Getty Images en la web de la ATP)

11-S: Llueve sobre Santiago


11 de septiembre, llueve sobre Santiago. Con la inestimable ayuda de la CIA, el ejército chileno dio un golpe de Estado que terminó con una democracia parlamentaria establecida desde 1932 e inició 16 años de una de las dictaduras más sanguinarias que se recuerdan.

Es prácticamente imposible evaluar los muertos/desaparecidos en aquel periodo.

Hoy, 33 años después, el principal responsable, sigue en libertad, y si la justicia no lo remedia, morirá en su cama de viejo.

Mitomanía (V): Kevin Klein

Por descontado, no puede faltar una entrada dedicada a Kevin Klein. Creo que le he visto hacer todos los papeles posibles, a excepción de villano. Su versatilidad es pasmosa. No sólo es un comediante de primera, sino que sus papeles dramáticos son fantásticos.

Yo diría que es el bigote más inquieto del cine. ¿Hay que hacer comedia? Pues bigote. ¿Toca drama? Afeitado. Bueno, creo que un par de veces ha sido infiel a la regla.

Si como cómico suele desmadrarse, en los papeles serios es de una contención encomiable.

Klein cumplirá 60 el año próximo, últimamente ha ido prescindiendo del aspecto juvenil o maduro/interesante. Sus últimas fotografías le retratan bien poblado de canas y con barba.

Tras estudiar en la prestigiosa Escuela Julliard de Nueva York, sus primeros trabajos fueron en el teatro, dónde consigue sus primeros “tony”. Su carrera prosigue participando en algunos culebrones televisivos, cuando entra en el reparto de “La decisión de Sophie”.

El éxito de la película le abre las puertas del cine. Su siguiente película marcará la tónica de su carrera. En 1983 Lawrence Kasdan le llama para participar en la estupenda “Reencuentro” y de ahí nace una colaboración casi continua hasta el presente, con algunas obras notables como “Silverado” o “Grand Canyon”, además de algunas comedias menores como “Te amaré hasta que te mate” y “French Kiss”.

Así que ahí le tenemos en películas corales, comedias negras, comedias románticas, dramas políticos o sociales, del oeste … en definitiva, un amplio registro de papeles que le convierten en un actor extremadamente versátil.

En 1988 consigue su hasta ahora primer oscar como mejor secundario por “Un pez llamado Wanda”, donde interpreta de forma genial a Otto, dando la réplica a una deliciosa Jamie Lee Curtis. Años más tarde intentan repetir el éxito con un equipo actoral casi idéntico en “Criaturas Feroces” donde, para más mérito, interpreta dos papeles.

Casi se convierte en un ídolo gay dando cuerpo a dos personajes realmente sensacionales. In & Out es una de esas excepciones a la regla del bigote, pero, claro, teniendo al lado a Tom Selleck, sería sobredosis para el desconcertado profesor de literatura con dudas sobre su identidad sexual. Tampoco lo luce en su papel de desmadrado Cole Porter, pero había que seguir las pautas del personaje real.

Sin embargo, su historial tiene alguna mancha reciente, como la flojísima nueva versión de “La pantera rosa”.

Tiene la rara habilidad de dar el cariz justo a su personaje. Si Otto es un descerebrado, su Howard Brackett de In & Out es digno de conmiseración, mientras el atónito Joey Boca no entiende como su mujer se toma tan mal sus continuas infidelidades, hasta el punto de contratar a un par de torpes asesinos a sueldo.

En los papeles dramáticos aparece como un hombre corriente, superado por lo que le rodea, pero buscando una salida o solucionar los problemas que ha creado.

Aunque no son los papeles que más relevancia le han proporcionado, Klein es un especialista en Shakespeare. En cine ha intepretado personajes en “El sueño de una noche de verano” y últimamente en “A vuestro gusto”.

sábado, septiembre 09, 2006

Imágenes (II)


Conchita vive en un banco frente a la Casa Blanca. Conchita era una niña bien con idiomas que trabajaba en un organismo estatal español en Nueva York. Un día, la verdad, sólo tengo referencias de la historia, se le cruzaron los cables. Asegura que el gobierno americano irradia a la gente para mantenerla bajo control. Por eso lleva la cabeza envuelta en papel de plata y encima una peluca. Conchita dice que vigila a la Casa Blanca noche y día. Todas las estaciones del año. Conchita, una vez, fue una niña bien.

Puertas de ascensor. Chrysler Building.



Tumba de Bond (¿James?) en Arlington


Vaca celestial frente a la catedral de San Patricio.


Encantadora sonrisa en la mezquita de Kerouan.

jueves, septiembre 07, 2006

Silencio


Vaya, hoy no he leído ni una sola entrada en los blogs que frecuento sobre el partidopancomido que jugaron ayer "Los Otros" (creo que así les denomina un diario deportivo, por una vez acertadamente)

Soy gafe, lo confieso. Dado que me esperaba alguna esperpéntica actuación ante un equipo que venía de perder EN SU CAMPO 0-3 contra la TEMIBLE selección de Islandia, decidí ver otros canales. Pero en los bloques de publicidad, una cae en la tentación, y mira a ver cómo va el partido. Con la mala fortuna que cada vez que cambiaba a TVE, plaf, gol del Ulster.

Y con el tercero, vamos, que me partía de risa.

Once payasos en la pista sin red ni nada.

Repito la imagen que puse el pasado mes de junio. Viene a cuento.

Y para colmo Nadal pierde los cuartos del US Open. En fin ... eso sí que me fastidia.

¡Ah! Se me olvidaba. Les recomiendo la lectura de la entrada de hoy en la bitacora de Julián Díaz

miércoles, septiembre 06, 2006

Orwell, el optimista


Quien conozca Londres sabe que no pasan más allá de 10 segundos sin que su presencia sea grabada por una cámara de vigilancia. En cada esquina, en cada entrada de metro, en los andenes, en los ascensores, en las paradas de autobús … sin contar con las que instalan los bancos y todo tipo de establecimiento comercial. La infraestructura de vigilancia se extiende, por supuesto, a aeropuertos y estaciones de ferrocarril.

Este omnipresente gran hermano estaba operativo ya en los atentados del metro del pasado año, aunque es lógico pensar que desde entonces se ha incrementado el número de cámaras que vigilan cada movimiento.

El gobierno británico, pues, controla casi la respiración, temperatura, presión arterial y ritmo cardiaco de cualquiera que quede al alcance de las miríadas de ojos vigilantes. Pero eso sólo para los vivos. Y esto no podía seguir así.

Blair se dispone a controlar también a los nonatos. Leo en El País que con la excusa de evitar futuras situaciones conflictivas a los ciudadanos (dentro de poco regresarán al estatus de súbditos) el gobierno de Su Graciosa Majestad prepara un plan para controlar a los no nacidos en ambientes poco recomendables. Ya se sabe que esos son los que luego nos atracarán en el cajero.
Los nonatos en determinados ambientes parece ser que son un riesgo cierto de comportamiento antisocial. No sólo los bebés, incluso los que todavía no han nacido son presuntos.

Dada la afición que el gobierno neolaborista (que debe ser neocon en terminología británica) a las cámaras, no sería de extrañar que implantaran una minicámara en el útero de las embarazadas de baja extracción social o que las ecografías fueran consideradas pruebas policiales para un posterior encausamiento.

Si la propuesta prospera –aunque ya tiene a la mitad de su propio partido revolucionado- será un paso más para el desmantelamiento del estado moderno que concibió la revolución francesa. La libertad del individuo habrá desaparecido ya antes de su nacimiento.

Sí, ya sé que lo de la libertad siempre ha sido un desideratum, pero al menos se tenía la decencia de mantener las formas. Blair, con dos cojones, está dispuesto a eliminar incluso las apariencias.

¿Qué coño de libertad dicen proteger? ¿Queda alguna?

martes, septiembre 05, 2006

Mitomanía (IV): William Hurt

Hacía de Fred McMurray en la primera película que recuerdo haberle visto. Ella no era Barbara Stanwick, pero resultaba tan inquietante y seductora como la vieja dama. Él es William Hurt, claro, y la película, una nueva versión de la novela de James M. Cain “Double Indemnity”.

Había visto anteriormente una película suya, de Ken Russell, una orgía psicodélica titulada “Viaje alucinante al fondo de la mente”, pero que me dejó tan afectada y confusa que casi ni recuerdo. Debía tener un componente amnésico asociado.

Pero dónde me dejó completamente entregada fue en “Gorki Park”. Gorki Park es una película policíaca atípica. Adapta la novela homónima de Cruz Smith, que tiene en el policía moscovita Arcadi Renko su héroe particular en los últimos años de la Unión Soviética.

Hurt borda el papel de policía profesional, alejado de los manejos políticos y capaz de poner en peligro su status y su vida con tal de descubrir qué se esconde tras los cuerpos desollados y enterrados bajo la nieve de Gorki Park.

Está muy bien en esa peli, donde tiene al lado dos actores más que solventes: Lee Marvin y Brian Dennehy.

Luego daría la réplica a Sigourney Weaver en “El ojo mentiroso”, una peli decente, aunque olvidable.

Se convierte en actor fetiche de Lawrence Kasdan, protagonizando varias películas. La siguiente, tras “Fuego en el cuerpo”, será la maravillosa “Reencuentro”, dónde aparecen los que luego se harán habituales de la alfombra roja de los Oscar: Kevin Kline o Glenn Close, entre otros nombres que formarán la élite de Hollywood en los siguientes años.

Con Kasdan repetirá también en la desconcertante “El turista accidental” y dará cuerpo a un inquietante y torpe asesino en “Te amaré hasta que te mate”, también con el otro actor fetiche del director: Kevin Kline.

Tras unos excelentes años, consigue el Oscar al mejor actor en su primera nominación por “El beso de la mujer araña”. Volverá a ser candidato con “Hijos de un dios menor” y “Al filo de la noticia”.

Los 90 son años de decadencia, actuando en películas olvidables. Dicen los biógrafos y las cotorras de Hollywood que debido a su inmoderada afición al alcohol y los estupefacientes. Esporádicamente aparece en alguna película decente, como “Alice” de Woody Allen, haciendo de secundario de lujo.

Participa en películas de ciencia ficción tan bobas como “Pérdidos en el espacio” o la delirante “Dark City”, incluso hace una incursión en la mini serie televisiva que se adapta de “Dune”. Da vida al sombrío Rochester en la versión que hizo Zefirelli de “Jane Eyre” y otros melodramas más contemporáneos, así como en intrigas policíacas o políticas nada memorables.

Deambula por algunas coproducciones europeas y pelis americanas de mínima importancia destinadas al consumo televisivo dominical o, simplemente, al olvido. Da vida al “Geppeto” imaginado por Spielberg en la somnífera y vacua “Inteligencia Artificial”

Pasa de protagonista a actor de reparto. Se convierte en lo que se llama “un secundario de lujo”, aportando calidad siempre con su sola presencia. Así lo demuestra en “Smoke” y confirma recientemente en el pequeño papel que David Cronenberg le regala en “Una historia de violencia”, que le vale su cuarta nominación al Oscar. Previamente había rodado “El bosque” con su habitual contención, destacando en una película desmadrada y previsible.

Hurt parece que nunca se desmelena, pero sus actuaciones transmiten una rara intensidad. Los años le han transformado. Ya no es un galán atractivo, ahora parece ejercer una hipnótica atracción entre la perversidad y el desamparo.

lunes, septiembre 04, 2006

Divertimento


Soy de las personas que usan el móvil, aunque parezca mentira, para hacer y recibir llamadas telefónicas. Ocasionalmente mando algún mensaje o realizo alguna fotografía desde que tengo uno con cámara –malísima, por cierto-. El tono elegido para sonar es el de serie, nada de sonitonos y pamplinas. No sé cómo programar esas cosas. Y nada de blutú. Eso de parecer un espantajo marciano hablando solo y gesticulando me daría una vergüenza tal como para caer muerta al momento.

Cuando pongo la llave de contacto y la giro, el coche arranca. Hasta tengo conocimientos de conducción que me permiten circular sin ser un peligro para otros o para mí misma.

Quiero decir con esto que ni tengo zorra idea de telecomunicaciones ni zorra idea de mecánica. Como no tengo ni zorra idea de informática. Pero sé encender el ordenador, meter la clave de acceso y utilizar algunos programas sencillos –reconozco que a menudo pido ayuda para insertar imágenes en los documentos de word-. Para mí una hoja de excell sirve básicamente para hacer gráficos estadísticos en colorines. Algunos son capaces de hacer proyecciones financieras a largo plazo. Pues yo no sé ni planificarme la jornada.

A lo que iba: que ni idea de informática. La cuestión es que desde que me metí en esto de la blogosfera, por aquello de la curiosidad, busco aplicaciones a la bitácora. Ya recordarán los habituales mi petición de auxilio, no tan lejana, para poner enlaces.

Ví que algunas páginas tenían un contador de visitas. Vaya, me intrigó saber si me visitaban mucho o poco. Busqué un contador de esos y tras un par de fracasos conseguí instalar uno. Para gran decepción mía sólo ví el enlace, pero no aparecía esa especie de cuentakilómetros que he visto en otras bitácoras. No lo quité porque, sencillamente, no sabía como hacerlo.

Al cabo de un par de días me decidí a pinchar en el icono y ¡grandísimos dioses del mundo binario! ante mí se abrió un universo apasionante. Ante mi una página de atractivo mínimo me informaba del número total de visitas al blog, media diaria, entradas en la última hora, páginas visitadas … Maravilloso, sencillamente maravilloso.

Pero el sitio, además, estaba plagado de enlaces. Hubo uno que me atrajo: el mapa de entradas. Pincho y se despliega ante mí un mapamundi –proyección Mercator- con puntitos desparramados. Y ahí pierdo el oremus.

He tenido visitantes de Mississippi, Nueva York, México, Ecuador, Argentina, Venezuela, Perú y ¡Alberta!; de Moscú, de Hessen, de Lille, de Quebec, de Nuevas Gales del Sur y Kiev. De Oviedo, Cambados, Altea, Tenerife, Barcelona, Sevilla, Almería, Baleares, Almería, Valladolid …. De pueblos que tengo que buscar en el mapa como Vellisca (Cuenca) … ¿No es emocionante? No sé quienes son, pero me siento afortunada de que gente de tan lejos y de tan cerca hayan empleado unos minutos en acercarse a este blog, supongo que muchos por equivocación, pero a mí, francamente, también me encanta descubrir nuevas bitácoras.

Otra de las utilidades del programa es ver quien está en línea, aunque eso sólo aumenta la intriga. Está muy bien conocer que quien me visita en un momento determinado usa Windows XP, su explorador es Firefox y que lo hace desde Oviedo. Y, claro, me encantaría saber quién es. Así que esa información no hace más que acrecentar mi interés por el esquivo visitante.

¿Quién me lee desde Lille casi todos los días, desde Altea, desde Cambados? ¡Qué emoción!

Ahora tengo un juguetito divertidísimo.

domingo, septiembre 03, 2006

La leyenda



Agassi en Cincinnati

Ha dicho que se va, un día de estos.

Y mientras espera la derrota que le retirará demuestra lo que es: un mito.

Un mito que ha engrandecido en la madurez. Desde el día que se cortó la larguísima cola de caballo y se afeitó la cabeza.

Desde el día que alguien, posiblemente Gil Reyes, le hizo ver que no podía desperdiciar tanto talento.

Desde el día, los días, que le dieron las fatídicas noticias de que su madre y hermana padecían cáncer.

Desde el día que se planteó que su matrimonio con una estrellita de Hollywood había sido un error mayúsculo.

Entonces, con 29 años –un jubilado casi- se puso las pilas. Se pasó horas entrenando, dejó de perder en las primeras rondas y el fenómeno volvió. Y volvió mucho mejor.

Dejó de ser el chico rebelde, para demostrar que no sólo es un enorme deportista, sino que es una buena persona. Y en esa vuelta, cuando todos decían que estaba acabado, ganó otros cinco Grand Slam -tiene nueve en sus vitrinas y es el único tenista en activo que los ha ganado todos-, fue finalista en otros siete y se aburrió de ganar masters series.

En el proceso se encontró en el camino con una rubia prodigiosa que le debió imbuir en valores como la constancia, el sacrificio y el orden.

Su bonhomía le llevó a crear una fundación para ayudar a niños desfavorecidos, abandonados o maltratados. A pesar de su impecable trayectoria como deportista y como persona, el jurado de los Príncipe de Asturias no lo consideró merecedor del premio.

Ahora, mientras espera que algún veinteañero le retire, se agarra a la pista, a pesar de los dolores de espalda. Los jóvenes jugadores saben que ganarle es un reto, es vencer a un ídolo, y cuando lo hacen parecen sentirse culpables. Si, por el contrario, son derrotados parecen felices. Nadie quiere ser el villano.

Y como nadie quiere que se retire, la lluvia se ha conjurado para retrasar ese momento.

Se despedirá con lágrimas, haciendo reverencias y lanzando besos con las dos manos al público que le adora. En el palco, su mujer y sus hijos le aplaudirán emocionados.

Es leyenda.

sábado, septiembre 02, 2006

Imágenes

A raiz de una entrada de Gregorio Luri he recordado algunas de las cosas curiosas que he visto durante los viajes. Me gusta patear las calles de las ciudades que visito y usar el transporte público. Ello me ha permito captar algunas imágenes que más que en los píxeles digitales o el papel químico se han quedado en mi memoria. Permítanme que comparta algunas de ellas.



Rata hinchable frente al MOMA en la huelga de empleados.


Militares italianos. Obsérvese la discreta pluma que adorna el sombrero


Pintada en la Universidad de Coimbra


Calle Lennon en Mérida


Zapatillas de joven milanesa


Cigüeña preparando el nido en la catedral de Plasencia


Buitres de Monfragüe


Remanso en la metrópoli. Maida Vale

(Continuará)

viernes, septiembre 01, 2006

El ataque del coleccionable asesino

Sfer me inspira desde su bitácora esta entrada. ¿Por qué vuelven las oscuras golondrinas? ¿Por qué a mediados de agosto, junto con la publicidad de la vuelta al cole, nos asetean con coleccionables de toda índole? ¿Somos los españoles proclives a amontonar todo tipo de trastos en casa de utilidad más que dudosa? ¿Estamos poseídos por el síndrome de Diógenes pasado por el filtro de las empresas editoriales, fabricantes de muñecas o de cualquier objeto por absurdo que sea?

¿Son conscientes esas empresas del tamaño medio de la vivienda en España? Porque, a ver, ¿dónde meto el mueble de cajones de los abanicos?, ¿la vitrina de los bomberos del mundo?, ¿el expositor de muñecas inspiradas en personajes literarios?, ¿el barco velero?, ¿el catálogo completo de modelos de 2cv?, ¿platitos infantiles? ¿la estantería con las mil mejores novelas románticas?

¿Dónde almaceno los 500 modelos de ajedrez, incluyendo el de Harry Potter? … ¿Y los 60 cursos de inglés, alemán, italiano, francés, urdu y suomi? ¿los 45 tomos de punto de cruz (con regalo de una madeja de hilo)? ¿los 385 fascículos de la cocina de Ferrán Adriá a tu alcance, con unos palillos chinos de regalo? ¿los cursos de pintura, de cerámica, de fotografía?, ¿qué hago con las colecciones de minerales? ¿y de sellos? ¿y de reproducciones de monedas antiguas?

Es más, ¿quién coño compra los coleccionables? ¿Consigue el coleccionista completarla o abandona a medias? ¿Existen adictos? ¿Hay tratamiento? ¿Cómo se apañan los quiosqueros para dar cabida en sus minúsculos establecimientos a tantísima oferta?

Cuando se lanza una colección, ¿se tiene en cuenta que va a acumular polvo? ¿lleva impresa la fecha de caducidad? ¿se explica el proceso de reciclaje? ¿existen contenedores específicos, como para el cartón o el vidrio?

En resumidas cuentas ¿qué mente perversa está detrás de todo esto?