viernes, septiembre 29, 2006

De filias

Para que vean que no sólo me conmueven las fobias, empiezo a explicarles mis filias. Ahí queda eso.

No sólo cada lector tiene un libro (o viceversa), sino que el tiempo también cambia nuestra perspectiva. Quizás obras que leímos hace 5, 10 ó 20 años hoy día recibirían otra consideración.

Así que cualquier alabanza debe ir vinculada a su contexto temporal que, en realidad, es el mío. He vuelto a algunas, pero otras no las he vuelto a releer. Es posible que si lo hiciera ahora mi recuerdo no fuera tan positivo. Es decir, todo es relativo.

Esto no tendrá ningún orden cronológico. Iré soltando los libros o los autores según me vengan a la memoria.

Empezaré por Luis Martín Santos y “Tiempo de silencio”. Antes de continuar, algunas precisiones. Pertenezco al plan educativo de 1956, soy de las últimas generaciones que hacían bachillerato elemental y luego bachillerato superior. El bachillerato elemental iba de 10 a 14 años, lo que luego sería la EGB, pero vamos, ni de coña.

El nivel general de enseñanza era muchísimo más elevado. En bachiller elemental las clases no las daban maestros, sino licenciados en cada una de las materias: lengua y literatura; historia y geografía; matemáticas; física y química; biología y geología, idiomas, dibujo artístico y técnico …

Además tuve la inmensa suerte de asistir a un instituto, enseñanza pública, con profesores que habían superado una oposición y, en bastantes casos, doctores y catedráticos. Mi instituto era pequeñito. Otra cosa, por entonces no se había implantado la coeducación. Niños y niñas iban a centros distintos.

La profesora de literatura de cuarto de bachiller era magnífica. Lamento no recordar su nombre (la práctica totalidad de mis profesores eran excelentes, unos más simpáticos, otros más exigentes, pero todos nos inculcaron el deseo de aprender y, sobre todo, de razonar).

Ella nos puso como una de las lecturas la obra de Martín Santos. Algo bastante insólito para alumnas de 14 años. Con un estilo alejado del clasicismo, con ambientes insólitos literariamente para nosotras, con un tema alejado de lo trillado, “Tiempo de Silencio” me sedujo. Lo he leído varias veces y reconozco que no es una novela fácil.

La novela es desasosegante y retrata la penuria, la miseria que vivía España a finales de los 50. Una miseria que se extendía a todo: a la sociedad, a la ciencia, a la investigación, a las relaciones humanas, al amor … Todo es sórdido y, aunque el protagonista casi sea un privilegiado, la costrosidad lo preside todo. Ni siquiera los laboratorios de supuesta vanguardia investigadora rehuyen un mundo paupérrimo.

Resulta una novela desasosegante, con una luz gris polvorienta sobre todo lo que relata. Una España, un Madrid, patéticos, alejados de la modernidad, viendo pasar de nuevo ese tren que no logran alcanzar porque sus tobillos están engarzados a bolas de presidio.

13 comentarios:

Unknown dijo...

Reconozco que esta obra la tuve que leer por imposición durante mis estudios. Me resultó dura y como leida por obligación no me agradó en demasía. Años más tarde la retomé (por aquello de ser un clásico fundamental) y la disfruté bastante. Sin duda consigue remover conciencias, que no es poco.

Un saludo.

P.D.: me alegro que des rienda suelta a tus filias.

Gregorio Luri dijo...

Visto desde aquí, tuvmos mucha suerte los que hicimos aquel bachllerato. Coincido en el aprecio por aquellos profesores. No estoy seguro que mis hijos digan lo mismo de los maestros con los que han hecho macramé.

zinnia dijo...

Me pregunto si las lecturas recomendadas para chavales de esa edad son las que pueden engancharles a la lectura. Mi hijo, con 17 años y en segundo de Bachiller, no se enganchó hasta el años pasado, cuando leyó por obligacion "El marino que perdió la gracia del mar", de Yukio Mischima.

Nunca se lo agradeceré bastante a su profesora de Literatura. Ahora siempre va en el bus con algún libro enre manos.

Me apunto tu primera filia.

sfer dijo...

Yo pertenecí al bachillerato posterior, y en mi año de COU "Tiempo de silencio" era lectura obligatoria para la selectividad, así que, no con catorce, pero sí lo leí con diecisiete. Estoy con el dr. strangelove: de todas las lecturas de aquel año, quizá fue la menos agradable. Disfruté muchísimo más con, por ejemplo, "El Árbol de la Ciencia". Tendré que darle una segunda oportunidad.

(Espero que esto de las filias vaya a ser una serie y no vaya a quedar en un solo libro...)

Francisco Ortiz dijo...

Seguro que leer ese libro con catorce años, vaya, tuvo que marcarte.

Fer dijo...

Magnífico libro y benigna filia la tuya, Alicia.
Leí Tiempo de silencio con diecisiete años (sí, en el bachillerato LOGSE también leíamos) y reconozco que, hasta pasadas ochenta páginas, no le pillé el tranquillo. A partir de esa frontera, a pesar de esas interminables oraciones -párrafos y páginas de una sola frase, parecía un suicidio experimental-, me dediqué a devorar una prosa que admiro.
En cuanto a El árbol de la ciencia, citado por Sfer como fuente de disfrute, he de admitir que no me gustó nada. Lo vi lento, plomizo y hasta xenófobo en algunos casos.
Será por mi manía hacia todo aquel que se llame Pío... (Cabanillas, Moa, Baroja, Nono).

pies diminutos dijo...

La verdad es que leerte con 14 o 16 años "Tiempo de silencio" puede ser un poco impactante... no es una novela que seduzca a los más jóvenes. Quizá "El árbol de la ciencia" sea un poco más asequible... no sé, me acuerdo que mi profe de literatura nos hizo leer a los 15 años "La casa de los espíritus" y mucha gente de mi clase que nunca había leído un libro, se enganchó a la lectura. Es complicado elegir libros para adolescentes, no puedes infravalorarlos pero tampoco exigirles en exceso y que se abrumen... (Aunque puestos a elegir, prefiero que el listón esté alto que bajo)

Ah! Yo soy de la generación ESO y tuve unos profesores magníficos, ejemplares, muchos de ellos catedráticos (pero ese título no quiere decir nada, como muchos títulos) que me hicieron leer obras fabulosas, clásicos, poesía, etc. y a los que nunca acabaré de agradecer sus enseñanzas. El problema no está en los docentes, sino el los críos y, sobre todo, en los padres. Además de en los planes de estudios que diseñan políticos y teóricos. Pero este ya es otro tema!

DINOBAT dijo...

Hola que tal?, pues nada pasaba a revisar blog y me parece interesante el tuyo, espero poder leernos : ), saludos,


Jacobo

Anónimo dijo...

"Todo es cuestión de simetría" creo que termina así esta novela que leí con el mismo estremecimiento que supongo en usted. También una de mis filias.

Luis Rivera dijo...

Sra Lidell: en 1956 yo estaba en 2º de bachiller y tenía latín además de las asignaturas citas.
Nuestro catedrático de literatura era Guillermo Díaz Plaja, lo que no estaba mal.
Tiempo de Silencio llegó a mi después, en época más compromemtida, creo. Mñas o menos pareja a El Jarama de Sanchez Ferlosio. Teniendo en cuenta que es la única novela de Martín Santos, que murió, no está nada mal.

pazzos dijo...

Tiempo de silencio fue también para mi una lectura obligatoria. Y ojalá que todas las obligaciones que he tenido en la vida me resultaran tan gratas. Aunque he de decir que por aquel entonces sentía una cierta debilidad por la literatura experimental.
Me gusta mucho la prosa de Martin Santos que me parece que rompió con una panorama literario bastante sosote. De la novela creo que me gusta más su lenguaje que su trama. De hecho la versión en cine de la novela defrauda bastante porque, aunque correcta de factura, no logra atraer nada porque el argumento es un poco pobre, folletinesco, costumbrista.

Un saludo.

Anónimo dijo...

¿De casualidad, sabes dónde puedo encontrarlo?
Me apetece demasiado y por más que lo busco no obtengo resultados.
Vivo en el DF
Ayuda por favor.

Alicia Liddell dijo...

DF, imagino, es Distrito Federal. Haciendo otro ejercicio de imaginación puede ser México DF ... así que me temo que no te puedo ayudar, ya que estoy al borde del Mediterráneo.
Inténtalo a través de la página de Iberlibro, venta de libros descatalogados y antiguos a través de internet. Funciona muy bien.
http://www.iberlibro.com/