viernes, septiembre 15, 2006

La película de mi vida

La película de mi vida, esa que me llevaría con otras dos cosas más a una isla desierta, sin lugar a dudas sería “El hombre tranquilo”. He perdido la cuenta de las veces que la he visto. Bueno, verla, lo que se dice verla, una docena de veces. Porque cuando mi hija mayor era poco más que un bebé era su peli favorita. De hecho, para dormir a su hermana pequeña, en lugar de una nana le tatareaba uno de los temas musicales de la película (el del chico que deja su hogar y tiene partido el corazón por la nostalgia).

Reconozco su buen gusto.

Ahora puede resultar misógina. Incluso no sería de extrañar que salieran feministas exigiendo reparación de daños por alguna escena. Hace apología de la violencia y entre los secundarios destacan dos terroristas. En fin, que es políticamente incorrecta se mire por donde se mire.

También ha contribuído a idealizar Irlanda como un país alegre y confiado, pero del que hay que desconfiar en lo que a los horarios de ferrocarriles se refiere.

Llama la atención su visión ecuménica de las religiones y, por supuesto, la enorme capacidad de trasegar cerveza que tienen sus nativos.

¿Qué tiene “El hombre tranquilo”? Quizás es mejor empezar por lo que no tiene: no es grandilocuente; no tiene efectos especiales; no tiene saltos argumentales ni temporales. Sigue la vieja norma dramática: presentación, nudo y desenlace. No inventa nada. Y es maravillosa.

Puede verse también como un rito iniciático para ser aceptado en una sociedad que aunque acogedora, tiene sus propias normas. Thornton tiene que superar las pruebas que se le ocurren al pueblo: desde la carrera de caballos, el deporte de beber cerveza o liarse a puñetazos con su cuñado. Todo ello no es más que un cursillo acelerado para ser “uno de los nuestros”.

Tiene un guión medido, unos diálogos impagables, una galería de secundarios soberbia, música en su justa medida, risa, emoción, hermosos paisajes … y la pelea más sensacional de la historia del cine, con apuestas incluídas. Una pelea que resucita a un muerto –bueno, agonizante solo- y arranca de sus obligaciones al párroco, que abandona su rebaño de salmones no para separar a los contendientes, quiá, para apostar también. Es decir, una película de las que ya no se hacen.

Frase por la que hoy se manifestarían frente al cine: “Tome, señor, esta buena vara para pegar a su encantadora esposa”.

Frase por la que hoy se manifestarían frente al cine: “Si el IRA estuviera metido en esto, ya te habrías dado cuenta” (más o menos)

Frase por la que se manifestaría la ministra de sanidad, pronunciada por Micheleen Flynn: “Cuando bebo whisky, bebo whisky. Cuando bebo agua, bebo agua”.
Bueno, Micheleen Flynn, como es el sentencioso de la película, tiene frases brillantes cada vez que aparece en pantalla, a pesar de su propensión a beber solo whisky (lo de que bebe agua es solo una suposición que no ha podido ser comprobada) como aquella en la que deja una incógnita: “Dos mujeres en casa y una de ellas es pelirroja”.
Pero quizás su exclamación más memorable es: “Homérico”.

Adoro cada fotograma de esa película.

18 comentarios:

beren dijo...

Lo bueno de esta película es que es una película que cuenta una historia. Tras tanto experimentalismo -muchas veces sin más sentido que elk artificio- es bueno recordar que existen películas que narran y que no tienen la necesidad de verse envueltas en tramollas especiales para conseguir emocionar

mireias32 dijo...

Espero que no me elimineis de vuestras agendas para siempre pero.. NO he visto esa película... Imagino que tendré que solucionar el tema cuanto antes.

pies diminutos dijo...

No la he visto, creo que ni la conocía (no soy muy cinéfila), pero trataré de buscarla por alguna videoteca. Un saludo!

Unknown dijo...

Comparto contigo esa fascinación por semejante obra del séptimo arte. Eso para los simplistas que dice que John Ford solo sabía hacer westerns. Absolutamente recomendable e indispensable. Yo también me aproximo a la docena de veces que la he visionado de principio a fin. Personajes inolvidables.

Un saludo

Miguel Sanfeliu dijo...

Muy buena película, sí señora.
Saludos.

Gregorio Luri dijo...

No sé si es "la" película de mi vida, pero si una de ellas. "Homérica", sin duda.

Laura Diaz dijo...

Efectivamente, Alicia, es una excelente película. No sé si "la de mi vida" (nunca me puse a elegir la peli de mi vida), pero una obra maestra por su sencillez,sobre todo.

Me vinieron ganas de verla otra vez.

Saludos

malambruno dijo...

Comparto tu entusiasmo por la peli y todo lo que dices de ella. Yo también la he visto un montón de veces (aunque mi hija, con peor gusto que la tuya, lo que veía era "La bella durmiente")

El chicharrero terrible dijo...

Me gusta tu blog. No he visto la película, pero me la a puntare en temas pendientes. Quizas la sencillez que trasmite tu blog, venga de tu gusto por esta peli.
Pero sobretodo lo que mas me gusta del blog es el nick que usas. Carroll era el mejor. Un dia escribire algo en el mio al hombre que te dedicó tanto.

Alicia Liddell dijo...

Chicharrero: bienvenido y reciba mis sentidas condolencias por la pérdida de su pc. No se preocupe el nuevo seguramente le dará similares disgustos y satisfacciones. Los espejos rotos también tienen otro lado.

A quienes no han visto la película: ¡Portodoslossantos! No se la pierdan.

Eulalia dijo...

Yo es que quería ser Maureen O'Hara, prototipo de mujer de genio...
Y quien no sepa entender cómo eran las cosas en el momento en que se rodó, peor para él.
Un beso.

pcbcarp dijo...

Estimada Sra. Liddell, dígame: ¿Queda mucho para Inisfree?

El hombre tranquilo es la suma y compendio de lo que yo considero La Civilización. Al menos, la mía. No puedo decir más (ni menos)

Alicia Liddell dijo...

Inisfree y Brigadoon son dos pueblos maravillosos inventados por el cine. Ambos en tierras celtas. Alguna razón habrá.

Sergi Bellver dijo...

A veces uno aprecia los triples saltos mortales de algún autor (sea literato o cineasta), porque de repente descubren, desde no sé qué resquicio de alguno de esos giros, y de refilón, o justo al estamparse sin red en el áspero suelo, un camino nuevo.

Pero otras veces uno se santiguaría, de ser creyente, ante la solidez de lo sencillo, y la capacidad de evocación de las historias diáfanas, sin simbolismos de postín. ¿Qué sería de la literatura sin "La isla del tesoro"? ¿Qué del cine sin "A quiet man"?

A veces uno agradece que exista el suelo, y que la hierba huela a mar.

Esta película es, sin duda, una de las joyas de mi currículum sensible.

Pero esto, como siempre, no es más que una opinión sin importancia.

Wallenstein77 dijo...

Hola a todos:
Esa pelicula la he visto de niño (era un bicho raro) y aun me acuerdo de los "chistes" entre la garda por las menciones al IRA casi como si fueran unos "santos".
Sobre el tema politicamente incorrecto del terrorismo recomendaria El delator, que si la memoria no me falla, tambien juraria que es de Ford, uno de los grandes directores de la Historia del cine. Un maestro en ese negocio en definitiva. Otro clasico seria ademas de Centauros del desierto, El hombre que mato a Liberty Valance.
Saludos a todos.

Alicia Liddell dijo...

Efectivamente, El Delator es de Ford. El protagonista, Victor McLaglen, hacía en El Hombre Tranquilo el papel del cuñado de Wayne (el cacique hermano de Mary Kate)

Anónimo dijo...

Hola a todos:
Victor MacLagen solia hacer el papel de irlandes en las peliculas de John Ford ademas de padre de V Andrew, director de cine mas bien flojito.
Saludos a todos.
W77

Anónimo dijo...

En efecto, extraordinaria película. Yo también la he visto una docena de veces, y eso que todavía no tengo hijos... Por cierto, tengo entendido que esa pelea tiene más de real que de ficción.