sábado, septiembre 23, 2006

Alex, un buen tipo

Vaya año. Se fue Albert Costa, luego Agassi y ahora Corretja. Lo cierto es que llevaba más de un año sin jugar una competición debido a problemas oculares que persisten a pesar de la cirugía.

He sido fan absoluta de Corretja a lo largo de su carrera. Le he visto jugar un montón de veces tanto en vivo como en la tele. El partido más acojonante que le he visto fue 1998, jugando en semifinales del Masters contra Pete Sampras.

Se jugaba el torneo en Hannover sobre moqueta, una superficie nada propicia a los terrícolas españoles. Fue un gran año para el tenis español: hubo doblete en Roland Garros (Moyá le ganó en la final) y en féminas Arantxa.

El partido era a tres sets y los dos primeros se habían repartidos. Sacaba Sampras para ganar el partido y tenía tres bolas para pasar a la final. Corretja estaba en las últimas. La cámara de tv enfocó su cara cuando se disponía a restar a Sampras. Y vi en su mirada una determinación inaudita. Le dije a mi marido: “Va a levantar las tres bolas de partido y va a ganar a Sampras”. Gano en el tie break 7-3.

Al día siguiente ganaba en la final a Moyá en cinco sets.

Ha sido un resistente, como en aquel partido de cuartos de fina en el Open Usa en 1996 también contra Sampras, quien acabó vomitando tras más de cuatro horas. Sampras acabaría ganando posiblemente el partido más duro de su vida. Tuvo también un partido antológico en París contra un tenista argentino que se prolongó durante tres días entre suspensiones por falta de luz y lluvia.

Dos veces finalista de Roland Garros –la segunda vez perdió contra Kuerten- y ganador de 17 títulos ATP, entre ellos los masters de Roma e Indian Wells, se va quien ha sido considerado el caballero del tenis, hasta el punto de ganar por dos ocasiones el premio Stefan Edberg al comportamiento deportivo, premio otorgado por los propios jugadores.

Es una persona de una educación y amabilidad notables, como su amigo Albert Costa. Me encontré con ellos en un torneo en Estados Unidos –ambos perdieron en primera ronda- y el único día que coincidimos me acogieron como si fuera de su familia.

En 2000 jugó la final de Copa Davis contra Australia en el Palau de Sant Jordi. Se le encomendó un imposible: el dobles junto a Joan Balcells. Nadie daba un duro para la pareja. La cuestión es que Costa había perdido su partido contra Hewitt y la eliminatoria estaba empatada. El dobles se daba por perdido, así que los dos últimos individuales iban a ser decisivos.

Enfrente tenían a dos especialistas, en concreto al entonces nº1 en dobles Mark Woodforde, quien tras la retirada de su compañero Todd Woodbridge (el doble se conocía como los “woodies”) hacía pareja con Sandon Stolle.

Quien viera aquel partido sabe que fue un momento mágico cuando Alex y El Oso acabaron rebozados en el polvo de ladrillo de la pista. Ganaron en tres sets, cuando iban de víctimas.

Pues eso, que Alex ha colgado la raqueta. La Armada se queda un poco más huérfana, pero confío en seguir disfrutando de sus comentarios en tv. Hasta siempre, genio.

La primera y tercera fotos son mías. La segunda es del Us Open del 97, sacada de la web.

15 comentarios:

zinnia dijo...

Buenos días, Alicia.

Ayer vi el partido de dobles, aunque no soy muy aficionada al tenis. Pero guardaremos un minuto de silencio por Alex, que sé que te gusta.

Esto es una excusa para decirte que ya soy mayor y tengo un blog. Espero tus visitas. Yo, por ahora, me conformo con aprender de tu bitácora.

Besos de zin.

Alicia Liddell dijo...

Zin, será un placer leerte ahora con más frecuencia, que te estás muy esquiva.

Bartleby dijo...

Una propuesta mucho más suave hizo el gerente del Plan RIVA respecto a Velluters: abrir una avenida central que oxigenara el barrio y le diera un aire "moderno" y habitable. Y que lo articulara (¡lenguaje urbanita de urbanistas!) como eje de dos nuevas estructuras, a ambos lados. No prosperó y Velluters se ha quedado en barrio disperso con manchas de marginalidad y prostitución aisladas.
Muchas gracias por tu interesante comentario y "testimonio" en mi blog.
Saludos, Bartleby.

Bartleby dijo...

Ahora sobre el carácter y simpatía Corretja: año de retiradas; tienes que sumar la de Navratilova ¡¡a sus casi 50 años!! Y ganando el dobles mixto del Open USA, nada menos.
De Alex siempre me ha gustado que su determinación y energía superaban sus recursos técnicos. También le faltó algo de suerte en partidos o torneos clave, como la final de Roland Garros contra Moyá. Creo recordar que había hecho mejor torneo que él.
Saludos, Bartleby.

Fer dijo...

Una pena la retirada de este señor jugador con mayúsculas, don Alex Corretja.
Siempre recordaré cómo, en la fría Cuenca, junto a la Ciudad Encantada, viví el susodicho Masters de Hamburgo. Apoteósico lo de este hombre.
Hombre, más que deportista, pues se trata de alguien educado, amable, resuelto y humilde.
Un último aplauso.

Fer dijo...

Y un segundo comentario para recordar el fantástico partido de dobles que, junto al "oso" Balcells, nos brindó en la Davis del 2000.
¿Cómo he podido pasar por alto la sincera alegría de ese abrazo, esa gesta inalcanzable?

Alicia Liddell dijo...

Bartleby, no cuento nunca a Navratilova. Volverá, aunque sea para jugar en los torneos junior. Es un fenómeno.

Fer, es que nadie se lo podía creer. Fue si como cada uno de los que estábamos en el Palau ese día -a excepción de los aficionados aussies- hubiéramos ganado ese partido. Los aussies tampoco se lo podían creer.

A-X dijo...

Qué buen blog...
Me encanta como le das el espacio justo a las palabras, y ganan un significado diferente. El retiro de un jugador de tenis se hace algo realmente trascendente en tus teclas.

Un saludo... y pasate por casa cuando quieras....

Andy

anilibis dijo...

Ummm... ¿eso es volleyball?

(broma)

Francisco Ortiz dijo...

Un tipo que siempre me ha caído instintivamente bien, como me cae mal, por contra, Nadal.

Bartleby dijo...

Alicia, atravieso el espejo del tenis (¡a ver cuando vuelvo a jugar, a riesgo de terminar en el juzgado de guardia!) para decirte que no soy arquitecto... ni urbanista. Mero aficionado, como a la belleza en general. Por eso, también al tenis. Pero, por encima de todo, el ciclismo, que además tiene épica.
Saludos, Bartleby.

Alicia Liddell dijo...

Lamento no haber contestado antes. Acabo de volver de viaje y la tecnología internáutica se resiste a entrar en los hoteles italianos aunque se anuncien como hoteles de negocios. Un escándalo, vamos.

Bienvenido Andy, me pasaré a visitar su bitácora y gracias por los cumplidos.

Srta.Analibis, ¿nuevo look? Está usted muy guapa.

Bartleby, no exagere. Hoy, si hubiera organizado bien el viaje, estaría en una conferencia de Fuksas ... qué se le va a hacer. Aunque tengo en mente una escapadita a Venecia para la biennale.

pcbcarp dijo...

Estimada Sra. Liddell: Reconozco que su erudición me deja fascinado. Yo -pobre de mí- jugué mi último partido de tenis a los 15 y el amigo que me enseñó que aquello no era lo mío, me ganó el último juego sentado en el suelo.

Anónimo dijo...

No me lo creo. Acabo de llegar a su blog (vía Ocata) y me encuentro con dos de las pasiones de mi vida: el tenis y Guillermo Brown, pilares ambos de mi educación, no unicamente la sentimental.
Buena memoria para los partidos. Corretja: en mi opinión ha sido una lástima que escogiera un juego tan bregador cuando tenía técnica para más (yo lo vi jugar con 14 años y tenía mucha facilidad).
Seguiré visitándola, con su permiso.
Un saludo.
Claudio.

Alicia Liddell dijo...

Bienvenido, Claudio. Hay limonada en la nevera, sírvase a su gusto.

Pcb, no es erudición. Es en todo caso memoria. Esos partidos, si uno los ha visto, son imposibles de olvidar. De hecho tengo muy presentes varios enfrentamientos de Bruguera y Sampras. Solía ganar Sergi con unos pasantes magistrales.