viernes, enero 05, 2007

Si vas ciego ...

Leo hoy en El País que un hombre ha muerto en un accidente de tráfico. Algo a lo que ya estamos habituados. Pero es que la noticia tiene su miga. Un minuto antes de las 6 de la mañana se produce el accidente entre dos vehículos que circulan en el mismo sentido. Uno de ellos es un Ferrari y el otro un Porsche. La afirmación que voy a hacer es gratuita, ya lo sé. Probablemente a esas horas ambos se dirigían a su lugar de trabajo, en uno de los miles de invernaderos de El Ejido, término municipal donde se produjo la tragedia. Pero voy a arriesgarme y aventuraré que volvían de juerga.

¿Un accidente cuando ambos circulan en el mismo sentido? Sólo se me ocurre un alcance -ya se sabe que a esas horas las carreteras de Almería están colapsadas por los miles de camiones que transportan pimientos tratados con plaguicidas prohibidos- o, válgame el cielo, alguna maniobra temeraria.

El conductor del Ferrari, el padre Enzo lo tenga en su gloria, ha fallecido en el accidente. Como cualquiera podría imaginar, debía ser bien un acaudalado empresario del plástico que a su avanzada edad se había permitido el capricho de la máquina del caballito rampante, o sería un futbolista. Pero, coño, si fuera un futbolista ya lo diría la noticia, y no. Y además los dos equipos de fútbol de Almería de los que tengo noticia están en segunda y me temo que los salarios de la categoría de plata no dan para tales dispendios.

Sigo leyendo y descarto la primera posibilidad. El finado tenía 40 años. ¿Qué empleo tenía el payo para tener un Ferrari a esa edad?

Pero las incógnitas aumentan. Los pasajeros del otro vehículo -recuérdese, un Porsche- ¡tenían 27 y 28 años!

De verdad, me gustaría saber la procedencia de los ingresos de ambos conductores, así como los resultados de los análisis toxicológicos de todos los implicados.

Y todo esto me hace recordar un chiste que oí hace años creo que a Eugenio. Un fulano baja un puerto al volante de su Ferrari cuando un Porsche le adelanta. El del Ferrari se pica y ambos se enzarzan en una carrera suicida. El del Ferrari acaba cayendo por una ladera, el coche destrozado y él encima de un árbol hecho un guiñapo.

Cuando despierta en el hospital está excitadísimo. No hace más que que preguntar: "¿Y mi Ferrari? ¿Y mi Ferrari?" Al final le confiesan que el coche es siniestro total, que se alegre, que está vivo y se va a recuperar ... pero, dice el médico, "el traumatismo ha sido brutal y no hemos tenido más remedio que amputarle el brazo izquierdo". A lo que el herido responde gimoteando: "Mi Rólex, mi Rólex!!!"

7 comentarios:

Gonzalo Villar Bordones dijo...

quién es el padre enzo?

Anónimo dijo...

Permitame tan irresistible vaselina, querida Liddell.

El padre Enzo, es el capo y "El Commendatore" de la escuderia y fabrica de maquinas mas hermosas jamas construidas por el hombre. El señor Enzo Anselmo Ferrari, fue un visionario de la ingenieria y competicion, al que hasta los mismisimos y emplumados angeles de ahi arriba, dudo mucho que puedan rozarle siquiera la estela roja de su Cavallino Rampante.

Pos eso: El fundador de Ferrari.

(a mandar, oiga)

Alicia Liddell dijo...

Yo no lo habría explicado mejor, Tritacorino.Y le deseo un feliz año, ea.

Anónimo dijo...

La noticia da muchísimo que pensar.

Anónimo dijo...

Teniendo en cuenta lo endeudados que estan los habitantes de este país (la mayor deuda de la Unión Europea, si no recuerdo mal) es probable que los propietarios de tan lustrosos coches solo fuesen dueños de los tapacubos de éstos. O eso o eran hijos del ladrillo.

Afortunadamente no conduzco (no es que tenga chofer, simplemente no sé conducir). Ya tengo suficiente con ver, a nivel peatón, las salvajadas que se cometen al volante por aquí.

Anónimo dijo...

Ya es casualidad que en el accidente estén involucrados dos coches de esas marcas. En mi barrio, al menos, de esos no hay ni uno.
Un saludo

Anónimo dijo...

Yo leí la noticia en La voz, creo, y decía algo así como un muerto y un herido grave en una carrera ilegal en el ejido.

Pues yo si tuviera tanto dinero no me compraría un ferrari. Qué quiere que le diga. Si fuera rico no necesitaría aparentarlo.

Saludos!