La primera vez que tengo conciencia de ver a James Woods en una película fue en “Érase una vez en América”. Le había visto antes, pero no me llamó la atención. En la película de Leone, Woods comparte protagonismo con Robert de Niro y desempeña un papel inquietante y ambiguo. Me gustó y empecé a buscar vídeos suyos.
Últimamente centra más su carrera en series de televisión y prestando su voz al doblaje de dibujos animados, pero su presencia en el cine sigue siendo potente.
Es uno de los “malos” por antonomasia. Otro rostro torturado por el acné, anguloso y surcado de profundas arrugas.
Su encasillamiento en el papel de perverso no le ha privado de desempeñar papeles, digamos, “normales”, como el padre de las vírgenes suicidas. Si es que ese es un papel normal, claro.
Realmente, entre 2002 y 2005 se ha dedicado casi exclusivamente al doblaje y a las series televisivas, preferencia comprensible si tenemos en cuenta que fue “Holocausto” quien le dió popularidad.
Sus inquietantes interpretaciones tienen un hito en “Videodrome” de David Cronenberg, una de las películas más alucinogénas de los 80 y que preludiaba la carrera del canadiense, ahora un poco más centrado, como demuestra en “Una historia de violencia”.
Su primera nominación al Oscar vino de la mano de “Salvador” y la segunda por “Fantasmas del pasado”, en la que borda el papel de un asesino del kkk. Woods se hace verdaderamente odioso en esa interpretación.
Dota al sacerdote matavampiros de “Vampiros” de Carpenter de un descreimiento verosímil. Sus malos se cuentan casi por papeles: “Best Seller”, “Contra todo riesgo”, la horrible “El especialista” con los dos SS de Hollywood como protagonistas ... pero donde su maldad no tiene límites es en “Ciudadano Cohn”, una película para televisión que en España pudo verse en vídeo. Woods borda el papel de uno de los personajes históricos más depravados que han poblado la política americana: Roy Marcus Cohn, el fiscal que llevó a la silla eléctrica a los Rosenberg, amigo íntimo de Hoover y mano derecha del senador McCarthy.
5 comentarios:
Es uno de mis actores favoritas. Un grande al que, me temo, sólo se le reconocerá en su totalidad cuando ya no esté aquí.
En "Las vírgenes suicidas" está supremo. Transmite una conmovedora debilidad que le es tan ajena en su vida real como en los papeles que suele interpretar.
Además tiene sentido del humor. Es el primero en reírse de sí mismo. Después de la tortuosa relación que mantuvo con Sean Young, como para no hacerlo.
Sólo una pega. Que deje de meterse botox en la cara. La arruga es bella, leñe.
pues yo me sumo a los fans.
lo adore absolutamente cuando fue papa de Drew Barrimore en "los chicos de mi vida"
yo a este hombre lo conozco de "padre de familia". tiene un instituto!
James Woods es, junto a Ed Harris, Christopher Walken y Alan Rickman, uno de los mejores actores secundarios que te puedes encontrar en una película norteamericana y lo triste es que no logran pasar de ahí y convertirse en grandes estrellas, mientras nos sigue tocando ver a estrellas de medio pelo tipo Clooney, Cruise, Pitt ó DiCaprio, como dijo un sabio: Españoles (y en este caso ciudadanos del mundo entero) teneis lo que os mereceis.
Quitando a Walken, que por alguna razón me da repelús, habrá visto que dedico entradas al resto de sus actores citados.
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