jueves, noviembre 03, 2005

Hay días

Hay días en los que una no está para nada. Son jornadas en las que parece que nos han echado mal de ojo y cualquier cosa que se emprende sale, indefectiblemente, mal.

La ley de Murphy incluso se queda corta en esos días.

Ayer fue uno.

Fui recoger dos ordenadores que estaban estropeados. Llegué al servicio técnico a las 11:30, una hora comercial. Llamé al timbre y vi en la puerta un cartelito minúsculo que ponía: "Vuelvo en 15 minutos".

Tres cuartos de hora más tarde seguía esperando. Otra persona esperaba también conmigo en la acera. Se decidió a llamar a un teléfono que aparecía en un cartel. Después de hablar un par de minutos me dijo:

- He llamado, ha saltado un contestador, me ha dado un teléfono móvil, he llamado y me han dicho que mejor volvamos por la tarde.

Cabreo inmenso, claro. ¿Por qué pone que vuelve en quince minutos si no piensa volver? ¿Por qué no baja el cierre metálico de la tienda? ¡Menuda tomadura de pelo!

Me fui con el propósito de volver a la tarde y montar un pollo de padre y muy señor mío.

Regreso a casa a comer y le pido a mi hija mayor que luego me acompañe a por los ordenadores.

Me dice que: "Oh, mamá, tengo cosas urgentísimas que hacer".

Inquiero sobre esas urgencias que resultan ser devolver el disfraz de la pasada fiesta de Halloween.

Me trago el enfado y cuando voy a poner el coche en marcha hace: "pffffffffff". No tiene batería.

Respiro hondo. He visto el coche de mi hija en la calle. Se va a quedar sin devolver el disfraz, pero cuando salgo a buscarla ... ha desaparecido.

Llamo a su móvil: "El teléfono marcado está temporalmente fuera de servicio".

Mando un mensaje: "Vuelve a casa cagando leches".

No hay respuesta.

Llamo a mi marido quien asegura que está haciendo un par de cosas urgentísimas, pero que viene en cuanto las termine.

Son las cinco de la tarde.

A las 7 llama mi marido:

- Se ha llegado el coche la grúa.

Llega mi hija:

- ¿Por qué no contestas al teléfono? ¿No lees los mensajes?

- ¿A qué número has llamado?

La niña se ha cambiado de número de teléfono y no le ha faltado tiempo para comunicárselo a toda su peña, pero no a la familia, claro está.


Pienso que me pueden caer 12 años, pero seguramente si explico las circunstancias el juez será comprensivo.

Bajamos a Valencia a ver si conseguimos llegar antes de que cierren el servicio técnico, a las 20:30 horas.

Al fin y al cabo es su jodido ordenador y es ella la que está dando la brasa de que lo necesita.

Cogemos un atasco. Opta por una vía alternativa. Cogemos un atasco, logramos salir a través de unas callejuelas infames. Atravesamos un barrio desconocido. Nos vemos bloqueadas en otro atasco. Se me ha terminado el tabaco. Veo un estanco y conmino a mi hija a que pare. Bajo y compró un paquete. Seguimos buscando un camino despejado para llegar a Valencia. Pillamos otro atasco. Llevamos una hora dentro del coche. Es imposible que lleguemos al servicio técnico antes de que cierren.

Damos la vuelta. Vemos el coche de mi marido aparcado.

- A ver, ¿dónde te has metido?, le espeta a mi hija.

-Y tú, ¿dónde has dejado aparcado el coche para que se lo lleve la grúa?

- Ejem, delante de la Generalitat.

Hay días que ....

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Te lo cambio por los madriles de Gallardón, hala, a ver si hay webs...

Besos de zin.

Anónimo dijo...

Con que ayer tuviste un dia de furia. ¿A que dan ganas de saltarle la tapa de los sesos con una recortada al tipo de los ordenadores? ¿Y a esos atascados con cara de mala leche no? Pues claro que tambien. Y a los de la grua, y a los dependientes lentos y a los peatones lentos y ...

Hay dias que uno sale a la calle y solamente ve lo que no desea ver. Por ejemplo llegas a una rotonda en un dia despejado de tráfico y coincides con dos autobuses atrevesados. Entonces empiezas a cagarte en sus muertos y te entran ganas de pegarlos un bazokazo.

Ultimamente voy en el coche maldiciendo hasta a las farolas. Es como si todos los demás coches y obstáculos fueran los árbitros de un encuentro futbolero. Cuando llego a mi destino se me ha acabado la munición pero me he quedado muy descansado. Así hasta que llego a la caja del supermercado y la cajera empieza a contar el dinero justo cuando llega mi turno.

Yo soy un poco responsable del desaguisado ocurrido en tus pecés. Si quieres puedes acordarte de mis parientes cercanos. No te reprimas. Estoy arrepentido y necesito purgar mi mala conciencia. Disparame entre ceja y ceja y acabemos cuanto antes. Despues ponte a circular en Madrid si hay webs como dice zynnya. Estos de la periferia siempre quejandose eh zynnya jiji. ¡Más madera!

Alicia Liddell dijo...

Bueno, bueno. Que vosotros esteis peor no es consuelo.

Zynnya, además tu tienes el follón del Estatut. ¿Es por eso que no se te ve el pelo?

Tengo que comentarte una cosa del Diario de Sesiones, jijiji.

Y lo siento, ispahan, pero no pienso pegarte un tiro en el entrecejo. Detesto ver sesos desparramados por el suelo.