Cincinnati quedará en la historia profesional de Nadal como el torneo que le dio el número uno. En la madrugada del sábado (hora española) Rafa se coronó extraoficialmente como el mejor jugador del circuíto. Si gana la final del domingo, empezará oficialmente su reinado. Pero si no obtiene el título, da igual. Será la próxima semana o la siguiente. Tomará posesión de su cargo durante el mes de agosto. Eso sí, seguro que le encantará llegar como número 1 a Beijing.
El rival que le ha proporcionado el reinado fue Nicolás Lapentti, ya un veterano –a mí me parece que sigue siendo un crío, pero está a punto de cumplir los 32- que hizo un partido precioso frente a Rafa.
Porque no le regaló nada. Nadal tuvo que emplearse a fondo y entre los dos lograron puntos que levantaron a la grada. Lapentti ha hecho un torneo más que notable. Hasta los cuartos dejó en el camino a Marin Cilic (el croata con el futuro más prometedor), a David Ferrer y a Fernando Verdasco; todos ellos con un ranking muy superior al del ecuatoriano.
Lapentti no le dio a Nadal ni una posibilidad en el primer set, mientras que Nadal tuvo que levantar dos bolas de ruptura. Así llegaron a la muerte súbita, que Rafa supo rentabilizar inmediatamente.
No se rindió Lapentti, pero en la segunda manga Nadal tenía ya la moral por las nubes. Una rotura de servicio en el segundo juego le puso por delante en el marcador, pero en el juego siguiente el ecuatoriano estuvo a punto de recuperar el servicio. Con un 3-0 en el marcador, se vieron algunos de los puntos más bonitos del torneo. Un globo perfecto de Lapentti que dejó pasar Nadal en primera instancia para devolverlo en el borde de la pista con un golpe poco ortodoxo se convirtió en el inicio del festival.
Lapentti subía con eficacia a la red, pero ese carácter indomable de Rafa –que llegaba a todo- le hacía jugar esa pelota de más que siempre le proporciona el punto al español- Y con 4-1 llegó la segunda rotura de servicio para el ecuatoriano y Nadal no dejó pasar la oportunidad. Dos bolas de ruptura en el segundo set, dos bolas convertidas. Eficacia: 100%.
El 6-1 del segundo set es engañoso, porque Lapentti no se dejó ir en ningún momento, pero Nadal mantuvo un nivel de juego más que suficiente para adjudicarse el partido y, de regalo, la destitución del rey absoluto desde febrero de 2004. Tenía que llegar.
El rival que le ha proporcionado el reinado fue Nicolás Lapentti, ya un veterano –a mí me parece que sigue siendo un crío, pero está a punto de cumplir los 32- que hizo un partido precioso frente a Rafa.
Porque no le regaló nada. Nadal tuvo que emplearse a fondo y entre los dos lograron puntos que levantaron a la grada. Lapentti ha hecho un torneo más que notable. Hasta los cuartos dejó en el camino a Marin Cilic (el croata con el futuro más prometedor), a David Ferrer y a Fernando Verdasco; todos ellos con un ranking muy superior al del ecuatoriano.
Lapentti no le dio a Nadal ni una posibilidad en el primer set, mientras que Nadal tuvo que levantar dos bolas de ruptura. Así llegaron a la muerte súbita, que Rafa supo rentabilizar inmediatamente.
No se rindió Lapentti, pero en la segunda manga Nadal tenía ya la moral por las nubes. Una rotura de servicio en el segundo juego le puso por delante en el marcador, pero en el juego siguiente el ecuatoriano estuvo a punto de recuperar el servicio. Con un 3-0 en el marcador, se vieron algunos de los puntos más bonitos del torneo. Un globo perfecto de Lapentti que dejó pasar Nadal en primera instancia para devolverlo en el borde de la pista con un golpe poco ortodoxo se convirtió en el inicio del festival.
Lapentti subía con eficacia a la red, pero ese carácter indomable de Rafa –que llegaba a todo- le hacía jugar esa pelota de más que siempre le proporciona el punto al español- Y con 4-1 llegó la segunda rotura de servicio para el ecuatoriano y Nadal no dejó pasar la oportunidad. Dos bolas de ruptura en el segundo set, dos bolas convertidas. Eficacia: 100%.
El 6-1 del segundo set es engañoso, porque Lapentti no se dejó ir en ningún momento, pero Nadal mantuvo un nivel de juego más que suficiente para adjudicarse el partido y, de regalo, la destitución del rey absoluto desde febrero de 2004. Tenía que llegar.
Y Moyá hace de las suyas
La decepción del día llegó de manos de Moyá, quien estaba realizando un torneo impecable … hasta que se le fue la cabeza. Desesperó a Murray en el primer set, con un juego potente y preciso. Esa derecha que le encumbró al número uno funcionó en esa manga a la perfección, para desesperación del escocés. Y llegó el segundo set. Y llegó una rotura de servicio que le puso a Moyá el partido en bandeja. Y llegó el relajo de Charlie. Murray recuperó el servicio perdido y le rompió de nuevo el suyo a Moyá. 6-3 en el segundo set y a esperar el tercero.
Y en el tercero, toda la magia que Charlie había desplegado en la primera manga se evaporó y ya no dio ni una. 6-1 para Murray que le mete en una semifinal en las que tendrá que verse las caras con el verdugo de Federer, el gigantón croata Karlovic. Un jugador que tiene dos cosas buenas: un saque asesino y unas piernas que llegan a cualquier rincón de la pista. Y una cosa muy mala: sus 2,08 de altura que no le facilita la devolución de bolas bajas.
Esta madrugada se producirá el décimotercer enfrentamiento entre Djokovic y Nadal, con un resultado de 9 a 3 para el español. A favor del serbio, que la única vez que ha vencido este año a Rafa fue en una pista idéntica a la de Cincinnati, en la final de Indian Wells; en contra, que el hambre de Nadal por rematar la faena y que su nombramiento sea oficial el lunes es infinita.
4 comentarios:
Es el número uno, diga lo que diga la ATP.
un abrazo
Anoche trasnoché para ver el partido. No fue una maravilla (Nadal nos tiene malacostumbrados), pero me dejó el regusto de haber vivido algo histórico en nuestro tenis, no, más aún, en el tenis mundial.
Fue como acompañar a Nadal a Cincinnati, estar en la grada, apoyarle para que lograra un sueño que perseguía desde hace años. Y en ese camino de leves altibajos (con muchos más altos que bajos) se ha ganado nuestro aplauso, nuestro orgullo y nuestra admiración.
Joder, es que es increíblemente bueno, es que ha logrado destronar a Federer...
Pase lo que pase a partir de ahora, qué grande es Nadal.
Se me olvidó comentarlo: lo de Moyá es de traca, pese al cansancio que llevaba acumulado. A saber lo alto que podría haber llegado si a su gran calidad le hubiese acompañado una cabeza mejor amueblada; ídem con Ferrero, otro que iba a comerse el mundo.
A diferencia de ambos, Nadal ya se ha comido el mundo, pero sigue con hambre.
Me quedé a ver el partido contra Djokovic. Desde luego Nadal hizo un primer set desastroso, mientras Nole estuvo muy centrado.
El segundo set fue magnífico, con los dos creando espectáculo, dejándose la piel y las piernas en cada punto. Lástima que Nadal no pudiera aprovechar el único punto de ruptura que le permitió Djokovic y éste sí lo hiciera con Nadal.
En cualquier caso, un partido enorme. Mejor dicho, un segundo set enorme.
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