Feliciano López es un tenista que no inspira confianza. Lo tiene todo para ser un gran jugador en base a un saque potente y una gran efectividad en la red. El problema es que tiende a desinflarse y acumular errores no forzados. Sin embargo, en su partido contra Del Potro estuvo perfecto.
Feliciano jugó probablemente su mejor partido. A pesar de perder el primer set contra el gigantón argentino, mantuvo la concentración y no se desanimó en el segundo, que consiguió llevar a la muerte súbita y ganarla con mucha solvencia. Con un 1-1 en el marcador, el partido se transformó en pura emoción.
López consiguió restar los misiles que lanzaba Del Potro –colocó 24 puntos de saque directo frente a los 17 de Feliciano- y cuando disponía él del servicio se lanzaba a la red, donde remataba los puntos, hasta llegar al final del tercer set y, de nuevo, muerte súbita, ya que no logró convertir ninguna de las dos bolas de ruptura de las que dispuso. Se adjudicó el juego decisivo ante un Del Potro cada vez con más dudas.
El cuarto set empezó igualado, pero por fin Feliciano pudo romper el servicio del argentino, aunque la alegría duró poco, ya que entregó el suyo a continuación. Sin embargo, una bola casi imposible de alcanzar provocó un estiramiento excesivo de la pierna derecha de Del Potro, que exigió asistencia.
El argentino –que ha arrastrado problemas físicos en sus pies, aunque prefirió posponer una operación para poder jugar la final de la Davis- parecía entregado, a pesar del bullicioso público que atestaba el polideportivo Islas Malvinas.
Feliciano le rompió de nuevo el servicio y ganó de forma inapelable, con un juego bonito y efectivo en la red: ganó 20 puntos en la red, contra 4 de su oponente. La estadística del partido lo dice todo: López sacó mejor, hizo más puntos ganadores, cometió menos errores no forzados y restó con más efectividad que su oponente. En resumen, el partido de su vida, como él mismo reconoció.
Tras el desastroso partido de Ferrer, López resucita las esperanzas del equipo español para el partido de dobles y, sobre todo, ante los encuentros individuales que restan, con un Del Potro mermado y, eso sí, un Nalbandian en estado de gracia. Si se gana esta complicadísima final, que duda cabe que habrá sido el artífice, el héroe, como en el 2000 lo fue Ferrero.
Feliciano jugó probablemente su mejor partido. A pesar de perder el primer set contra el gigantón argentino, mantuvo la concentración y no se desanimó en el segundo, que consiguió llevar a la muerte súbita y ganarla con mucha solvencia. Con un 1-1 en el marcador, el partido se transformó en pura emoción.
López consiguió restar los misiles que lanzaba Del Potro –colocó 24 puntos de saque directo frente a los 17 de Feliciano- y cuando disponía él del servicio se lanzaba a la red, donde remataba los puntos, hasta llegar al final del tercer set y, de nuevo, muerte súbita, ya que no logró convertir ninguna de las dos bolas de ruptura de las que dispuso. Se adjudicó el juego decisivo ante un Del Potro cada vez con más dudas.
El cuarto set empezó igualado, pero por fin Feliciano pudo romper el servicio del argentino, aunque la alegría duró poco, ya que entregó el suyo a continuación. Sin embargo, una bola casi imposible de alcanzar provocó un estiramiento excesivo de la pierna derecha de Del Potro, que exigió asistencia.
El argentino –que ha arrastrado problemas físicos en sus pies, aunque prefirió posponer una operación para poder jugar la final de la Davis- parecía entregado, a pesar del bullicioso público que atestaba el polideportivo Islas Malvinas.
Feliciano le rompió de nuevo el servicio y ganó de forma inapelable, con un juego bonito y efectivo en la red: ganó 20 puntos en la red, contra 4 de su oponente. La estadística del partido lo dice todo: López sacó mejor, hizo más puntos ganadores, cometió menos errores no forzados y restó con más efectividad que su oponente. En resumen, el partido de su vida, como él mismo reconoció.
Tras el desastroso partido de Ferrer, López resucita las esperanzas del equipo español para el partido de dobles y, sobre todo, ante los encuentros individuales que restan, con un Del Potro mermado y, eso sí, un Nalbandian en estado de gracia. Si se gana esta complicadísima final, que duda cabe que habrá sido el artífice, el héroe, como en el 2000 lo fue Ferrero.
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2 comentarios:
Yo este lo seguí dándole al F5 en el "directo" de El País.
No sé como puedo verlo por internecs, y necesitaba al menos algo que me permitiese imaginármelo. Gracias.
A mandar, Maese Folken
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