Roger Federer tuvo que emplearse en la última jornada del Open de Australia para ganar su enfrentamiento contra Thomas Berdych. El suizo tuvo que remontar dos sets en contra, algo a lo que no está acostumbrado. Más de tres horas tuvo que emplear Federer para doblegar al checo y adjudicarse el partido más difícil que ha tenido en las pistas del Merlbourne Park: 6-4, 7-6, 4-6, 4-6 y 2-6-
Roger tuvo que apoyarse en su saque para neutralizar a Berdych, hasta apuntarse 20 saques directos. Este fue uno de los argumentos para adjudicarse el duelo, ya que el partido se decidió por pequeños detalles, ya que tanto en errores no forzados como en golpes ganadores, el juego estuvo muy igualado. Otra de las claves del triunfo fue un Federer más efectivo en la red y que Roger no desaprovecha las posibilidades de rotura.
Le espera en octavos Del Potro, quien no debería presentarle mayor problema, a no ser que haya quedado tocado físicamente tras un partido inusualmente largo para lo que Federer acostumbra.
Un pequeño susto se llevó Novak Djokovic ante el que fuera finalista hace un par de años, Bagdhatis. El chipriota no empezó a jugar hasta el sexto juego del primer set, y gracias, porque estuvo a punto de ver un rosco en su marcador. Una vez despierto, Bagdhatis consiguió llevar el segundo set al desempate, que perdió.
Se mostró más agresivo en el tercero –rompió de inicio el servicio del serbio- y más errático Djokovic –debe ser que todavía no controla el efecto de su nueva raqueta-, manga que acabó, de nuevo, en la muerte súbita. Un desempate plagado de errores por ambas partes y que acabó adjudicándose el chipriota.
Debió verle las orejas al lobo Nole, porque ya en el cuarto set no se permitió frivolidades y casi repite el marcador de la primera manga. El marcador final mostraba un 6-1, 7-6, 6-7 y 6-2 en tres horas y media. El partido terminó pasadas las dos de la madrugada hora local.
Fue un partido que se decidió por los errores y no por los aciertos, que se dieron con cuentagotas. El partido puso a prueba al público, eso sí, entregado y bullanguero, dividido entre serbios y chipriotas. Una audiencia menos fanática se hubiera ido a la cama antes de acabar el primer set.
A Djokovic le espera en octavos Roddick. El americano –que despachó en tres sets a Robredo- no le dará tantas facilidades.
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