Un grupo de mujeres ociosas, con visa platino y pocas preocupaciones no es un espectáculo edificante. No sé cuál es el propósito de la Sexta para producir un programa de esa índole. Francamente, no creo que sea mostrar como viven los ricos, ni despertar envidia por alcanzar ese estatus o, por el contrario, provocar una revolución social.
Las mujeres ricas de la Sexta no lo son tanto. Ricas, ricas son Ana Patricia Botín, su mamá, las Koplowitz, la condesa de Fenosa –si es que sigue viva- incluso la muy rica y no menos hortera baronesa Thyssen, más conocida en el siglo como Carmen (Tita) Cervera. Pero la cosa del arte eleva su nivel.
Estas son simplemente mujeres casadas con maridos adinerados, o divorciadas de hombres adinerados, salvo en el caso de Olivia Valere, que por otro lado es la única parece ganarse la vida por sí misma, aunque el método quizás no sea de lo más edificante.
Las otras cuatro son simplemente cuatro petardas, incultas, sin el más mínimo gusto ni clase y, encima, feas. Porque hay que ver lo fea que es la mujer (o ex mujer, que nunca queda claro) de Claudio Caniggia. O las hermanas esas que parecen clones.
La filosofía de vida de estas señoras es gastar, especialmente la argentina y mi favorita, la almeriense. Ésta es un auténtico fenómeno. Va de fina e intenta enmascarar el acento andaluz, lo que provoca una vocalización extraña y forzada. Oírla hablar de Miró es espeluznante. “El arte me persigue”, confiesa sin ningún rubor. Y empeñada en comprar un cuadro porque ya sabe en qué pared de su casa va a quedar ideal de la muerte.
El día que toca cambiar la ropa de armario, por aquello de la temporada, se pone, la pobre, “atacada”. Y mucho gucci y mucho d&g, pero la peina una amiga. Vamos, no me imagino a una rica-rica afirmando que la peluquera es su amiga, las cosas como son.
Y luego están las hermanas, una tipejas que son capaces de fundirse un dineral en equipamiento para montar en caballo –que no saben- por la sólida razón de que las han invitado a pasar un fin de semana en un cortijo.
Por supuesto, a excepción de la Valere, ninguna trabaja, al menos en los episodios emitidos. Por lo cual es legítimo suponer que las mantiene el marido o el ex. Que dado el tren de vida que llevan, ya es mantener.
La crianza de los hijos, cuando los hay, es también peculiar. En el caso de la (ex) mujer de Caniggia, oshe, que hagan lo que quieran, mira lo lejos que he shegado sho. Así que tenemos a tres adolescentes que no estudian ni trabajan –uno quiere ser pintor- y todos contentos.
La hija de otra mujer supuestamente rica no entiende por qué su madre tiene que interferir llevándosela de compras cuando tiene que estudiar porque está de exámenes. La chica muestra más sensatez que su madre y su tía.
La almeriense asegura está desprovista de instinto maternal y, total, su marido ya tiene un hijo de un matrimonio anterior. Y la Valere, otra vez, mantiene una disciplina férrea no ya sobre sus hijos, que son mayores, sino sobre sus nietos. Y tiene toda la pinta de no consentirles nada, riñendo a los padres de las criaturas si éstas se desmandan.
Resulta todo tan superfluo, banal y previsible que parece una versión cutre de mujeres desesperadas. Pero como culebrón mexicano, siendo generosos.
7 comentarios:
Deberías ver Bob Esponja.
Yo sólo puedo pensar Napalm, naaapalm cuando lo veo
Capazorros: Bob Esponja y Pocoyó son series que las ponen en horario incompatible con el laboral.
¡Ah, Maese Folken! Reconoce que ve el programa, jajajajaja.
Juro que no es por hacerme el interesante, pero no tengo la más remota idea de qué está hablando. Ni siquiera tengo la más vaga noción de quién o qué pueda ser ¿Claudio Caniggia? (¿actor?, ¿cantante?, ¿futbolista?... ¡¿tenista!?)
Pero dada su descripción y el profundo pensamiento de Maese Folken, tengo desde la facultad una receta de naappaalm casero que se puede preparar con una patata y tres lombrices. Oiga, por si hace falta.
Hola..., tampoco tengo ni idea de qué serie hablas... pero he leído tu comentario y me gusta.
Mis disculpas por el retraso en contestar, pero en la siguiente entrada explico la causa.
La serie en cuestión, finalizó esta semana, es "Mujeres ricas", en la Sexta.
Ha sido entretenida, porque empezó siendo muy complaciente y acabó siendo de una crueldad tremenda, mostando la impostura de unas, la estupidez de otras, la hipocresía de todas ... La verdad, no entiendo como se pudieron prestar a eso, pero es que la vanidad del ser humano no tiene límites.
Merci..., ¿entiendo que se trata de personas (o sea mujeres ricas) de verdad? ¡¡¡¡Increible!!!!
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