¿Cómo Argentina pudo perder la final de la Davis? Se ha repetido hasta la saciedad que esta era la gran oportunidad de los sudamericanos de hacerse con el prestigioso trofeo.
El sorteo les había favorecido para ser anfitriones de las eliminatorias. Jugar con la cancha a favor no es determinante, pero ayuda muchísimo. Sin olvidar, que el anfitrión decide la superficie y lo hace, evidentemente, para que le favorezca.
Así las cosas, y según la rumorología, bajo consejo de Nalbandian que es, sea cual sea su ranking, el líder del equipo, se decide por una superficie que perjudique a Nadal, es decir, una pista rápida. Olvidan, sin embargo, algunos hechos determinantes: Nadal es bueno en todas las superficies, mejor en tierra, pero juega bastante bien en pista rápida. Eso se comprueba sólo con dar un vistazo a los resultados del año.
Desechar la tierra batida como superficie también perjudica a los jugadores argentinos, a excepción, precisamente, de Nalbandian. Por otro lado, tanto Verdasco como López son jugadores que se adaptan mejor a las superficies rápidas que a las lentas. Feliciano, además, es uno de los pocos tenistas que todavía juegan saque/bolea, ideal para las pistas rápidas.
La baja de Nadal, sin embargo, echa por tierra toda esta estrategia. Lo que se había enfocado para perjudicar, supuestamente, el juego del número 1, ahora se había vuelto en contra del equipo argentino.
En el momento de elegir a los integrantes del equipo, el capitán argentino hizo más caso del ranking que del estado físico y de juego de sus tenistas. Así mantuvo como número 1 a Del Potro, quien a pesar de sus problemas en los pies decidió jugar la Master Cup en Shangai, dónde sólo ganó uno de sus tres partidos.
Del Potro no quiso sacrificar su primera participación en la Master, decisión suya, pero sabedor de su estado el capitán debería haber reflexionado sobre su inclusión en el grupo.
Así que el primer día el resultado es un bofetón para el equipo argentino. Nalbandian gana a un alicaído Ferrer (tampoco se entiende su inclusión en el equipo español por parte de Sánchez Vicario dada su baja forma en la última parte de la temporada) y Del Potro da la sorpresa perdiendo frente al poco fiable López que, por una vez, hizo un partido para enmarcar. A ver si le dura.
El segundo bofetón lo recibe el equipo argentino el sábado. Su dobles, formado por Nalbandian y Calleri, cae estrepitosamente ante la pareja Verdasco-López, quienes llevan entrenando desde hace tiempo y cada vez están más compenetrados. La facilidad de López para jugar cerca de la red y su potente servicio le hacen un excelente doblista. Además, los dos son zurdos, lo que convierte su juego en un martirio para los contrarios.
La derrota del dobles destapa las miserias del equipo argentino, donde Nalbandian en un arranque de furia, dicen, tiene más que palabras con Calleri; se marcha del estadio sin asistir a la obligatoria rueda de prensa y los rumores de reproches hacia Del Potro, a quien responsabilizan de la primera derrota.
Para solucionar el desaguisado, al capitán argentino sólo se le ocurre convocar para el decisivo cuatro partido al Acasuso, un buen chaval donde los haya, pero de tenis asequible. Ocupa el puesto 48 en el ranking y su mejor posición ha sido el 44. Un jugador de buen saque, buena derecha y pobrísimo revés. Un jugador que, encima, ya tenía el estigma de haber perdido hace dos años la segunda final Argentina en el quinto partido contra los rusos.
Parecía que Mancini sacaba a la cancha a una víctima propiciatoria, que tiraba la toalla, que no quería saber nada de ganar la Davis.
Acasuso hizo todo lo que pudo, ganar dos sets y regalar a su público algunos puntos preciosos. Puso contra las cuerdas a Verdasco, tan acelerado e irregular como de costumbre, pero que finalmente encontró el filón de jugarle al revés y, poco a poco, desgastarle físicamente hasta la extenuación.
El sorteo les había favorecido para ser anfitriones de las eliminatorias. Jugar con la cancha a favor no es determinante, pero ayuda muchísimo. Sin olvidar, que el anfitrión decide la superficie y lo hace, evidentemente, para que le favorezca.
Así las cosas, y según la rumorología, bajo consejo de Nalbandian que es, sea cual sea su ranking, el líder del equipo, se decide por una superficie que perjudique a Nadal, es decir, una pista rápida. Olvidan, sin embargo, algunos hechos determinantes: Nadal es bueno en todas las superficies, mejor en tierra, pero juega bastante bien en pista rápida. Eso se comprueba sólo con dar un vistazo a los resultados del año.
Desechar la tierra batida como superficie también perjudica a los jugadores argentinos, a excepción, precisamente, de Nalbandian. Por otro lado, tanto Verdasco como López son jugadores que se adaptan mejor a las superficies rápidas que a las lentas. Feliciano, además, es uno de los pocos tenistas que todavía juegan saque/bolea, ideal para las pistas rápidas.
La baja de Nadal, sin embargo, echa por tierra toda esta estrategia. Lo que se había enfocado para perjudicar, supuestamente, el juego del número 1, ahora se había vuelto en contra del equipo argentino.
En el momento de elegir a los integrantes del equipo, el capitán argentino hizo más caso del ranking que del estado físico y de juego de sus tenistas. Así mantuvo como número 1 a Del Potro, quien a pesar de sus problemas en los pies decidió jugar la Master Cup en Shangai, dónde sólo ganó uno de sus tres partidos.
Del Potro no quiso sacrificar su primera participación en la Master, decisión suya, pero sabedor de su estado el capitán debería haber reflexionado sobre su inclusión en el grupo.
Así que el primer día el resultado es un bofetón para el equipo argentino. Nalbandian gana a un alicaído Ferrer (tampoco se entiende su inclusión en el equipo español por parte de Sánchez Vicario dada su baja forma en la última parte de la temporada) y Del Potro da la sorpresa perdiendo frente al poco fiable López que, por una vez, hizo un partido para enmarcar. A ver si le dura.
El segundo bofetón lo recibe el equipo argentino el sábado. Su dobles, formado por Nalbandian y Calleri, cae estrepitosamente ante la pareja Verdasco-López, quienes llevan entrenando desde hace tiempo y cada vez están más compenetrados. La facilidad de López para jugar cerca de la red y su potente servicio le hacen un excelente doblista. Además, los dos son zurdos, lo que convierte su juego en un martirio para los contrarios.
La derrota del dobles destapa las miserias del equipo argentino, donde Nalbandian en un arranque de furia, dicen, tiene más que palabras con Calleri; se marcha del estadio sin asistir a la obligatoria rueda de prensa y los rumores de reproches hacia Del Potro, a quien responsabilizan de la primera derrota.
Para solucionar el desaguisado, al capitán argentino sólo se le ocurre convocar para el decisivo cuatro partido al Acasuso, un buen chaval donde los haya, pero de tenis asequible. Ocupa el puesto 48 en el ranking y su mejor posición ha sido el 44. Un jugador de buen saque, buena derecha y pobrísimo revés. Un jugador que, encima, ya tenía el estigma de haber perdido hace dos años la segunda final Argentina en el quinto partido contra los rusos.
Parecía que Mancini sacaba a la cancha a una víctima propiciatoria, que tiraba la toalla, que no quería saber nada de ganar la Davis.
Acasuso hizo todo lo que pudo, ganar dos sets y regalar a su público algunos puntos preciosos. Puso contra las cuerdas a Verdasco, tan acelerado e irregular como de costumbre, pero que finalmente encontró el filón de jugarle al revés y, poco a poco, desgastarle físicamente hasta la extenuación.
3 comentarios:
Pregunto, ¿No habría sido mejor intentar sacar a Nalbandián para el 4º, y así tener al menos esperanzas en el 5º?
Digo, porque pocos humanos pueden jugar bien con todo en contra.
No, no podían por la formación de los equipos. Él había sido designado como número 2 y había jugado ya un partido con esa posición (contra el número 1 español) Los partidos del domingo eran del número 1 español contra el número 1 argentino. En este caso, con sus sustitutos: Verdasco (por Ferrer) y Acasuso (por Del Potro). Si Mancini hubiera designado a Nalbandian número 1 del equipo, saltándose el ranking, sí hubiera podido jugar el cuarto partido y haber tenido posibilidades de empatar la eliminatoria
Qué quieres que te diga, Alicia, pero me encanta regodearme en la victoria sobre Argentina, en lo sobrados que iban y en el bofetón que les ha supuesto su derrota.
En cuanto a Nalbandián... bien, vale, es un gran jugador, pero tampoco necesita abuela, ¿eh?
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