Nuestros políticos están dispuestos a amargarnos la existencia. Ahora se ha puesto de moda en toda Europa atrasar la edad de jubilación. Hasta los 67. Aquí, como siempre llevamos una demora de un lustro más o menos, la propuesta ha llegado ahora, cuando en otros países ya se está aplicando.
Todo resulta un tanto incongruente. Hemos visto que en el pasado próximo las prejubilaciones estaban a la orden del día. Compañeros míos de facultad, de mi edad o como mucho dos años más, están ahora felizmente prejubilados. Una buena pensión, tiempo para dedicarse a lo que deseen -columnistas, tertulianos, escriben libros, dan clase o asesoran- sacándose un sobresueldo que les permite algún que otro lujo. Sobre todo, el lujo de vivir despreocupadamente y hacer lo que les da la gana.
Pues eso, que durante bastantes años han expulsado del mundo laboral a gente perfectamente válida a la que ahora hay que pagarle una pensión. Y como resulta que ya son demasiados los pensionistas, a los que quedamos nos toca ampliar nuestra edad activa.
No sólo eso. Algunas lumbreras también europeas están proponiendo aumentar la jornada laboral a 60 horas. Si no me falla la aritmética, 60 horas suponen 10 horas diarias seis días a la semana. Que ya es. Descanso dominical y gracias.
Diez horas diarias más dos de ir y volver hacen 12 horas. Más las 8 que exige el necesario reposo, hacen 20, lo que deja 4 horas para vivir. A ver como casa eso con la conciliación familiar de la que tanto hablan los mismos políticos que nos quieren convertir en galeotes.
Y si no podemos dedicar tiempo a tener hijos, la pirámide de población -esa que dicen los demógrafos que ahora obliga a ampliar la edad de jubilación- seguirá reduciéndose y, por lo tanto, habrá que aumentar aun más la edad de retiro.
Esto no es más que una conspiración. Cuando uno llegue (si es que llega) a los 67 después de trabajar -no lo quiera el pueblo soberano- 60 horas semanales, lo normal es que esté tan reventado que disfrute poco tiempo su tan trabajada pensión.
De este modo habrá menos pensionistas y, por lo tanto, no descenderá la hucha de las pensiones, con lo que el problema se habrá resuelto.
Como además no habremos tenido tiempo de tener hijos, eso que se ahorrará el estado en educación, sanidad y otras cosillas. Y así, con medidas económicas y laborales, se habrá solucionado el problema del calentamiento global: la humanidad desaparecerá al no renovarse las generaciones y la naturaleza volverá a imponer su ley en el planeta.
Se podría acelerar el proceso con algunos ajustes en la atención sanitaria, como eliminar los tratamientos a crónicos no productivos. Todo áquel que suponga un gasto sanitario sin garantías de que pueda contribuir al sostenimiento del Estado, la Seguridad Social y todo lo demás, podría ser discretamente eliminado.
Comandos exterminadores, además, limpiarían la población de todo aquel pensionista que goce de buena salud, que vete tú a saber cuantos años podría estar cobrando la jubilación, con el consiguiente menoscabo de la llamada "hucha". También eliminaría a los jubilados achacosos que, además, incrementan el gasto en medicamentos, hospitalizaciones y demás.
Menudo previsible futuro nos espera. Por cierto, a mi no me coge lo de los 67 años por los pelos.
6 comentarios:
Desde el punto de vista político es perfectamente racional:
No puedes subir las cotizaciones, que te sube más el paro y pierdes las elecciones.
No puedes bajar las pensiones, que los viejos ni perdonan ni olvidan y pierdes las elecciones.
Solución: Edad de jubliación a los 67, afectas a los que se jubilan en unos pocos años, pero el resto ya lo asume como algo lejano.
Eso sí, me revienta que los que más coreen y aplaudan la subida son los del Banco de España (Donde a los 53 prejubilan) o los de algunos bancos y cajas de ahorros, que prejubilan a los 58. Un poco de respeto y de predicar con el ejemplo serviría para no querer quemarles a todos vivos.
descubro hoy este blog, en una búsqueda nostálgica de la serie Belfegor que me ha llevado a un post tuyo de hace un par de años.
También estoy encendido y algo deprimido por la genial idea de los lumbreras que nos gobiernan. No me pilla por poco, tengo 52, pero se acumulan los signos de que el futuro es, efectivamente, negro zaíno. Te añado a favoritos. un saludo,
Tom Mix
Folken, las medidas jodidas para el personal de a pie (ya ni me atrevo a llamarlo ciudadano) siempre suelen tomarlas los privilegiados.
Ya ve usted, maese Folken, con lo que nos sale MAFO, cuando él tiene la vida resuelta de por idem. Pero claro, como decía un antiguo jefe mío que ganaba una burrada: "A mí me pagan eso para que tu cobres lo que cobras". Sí, cínico, pero real.
Tom Mix, bienvenido a este rincón.
Entre lo de los 67 años y lo de las 60 horas no sé yo de dónde sacaremos vida para vivirla (sic).
A este paso no hará falta una revolución, sino un big bang enterito.
Precisamente estaba hace un momento hablando con un compañero (él ya alzaba la voz) rememorando lo de las prejubilaciones (en el Santander estaban intentando hace un par de años prejubilar a los 48. Sí, sí: cuatro ocho). Pero, en fin, quien manda, manda.
Yo, claro, como autónomo que soy, ni me planteo eso de la jubilación, hombre, por dió. Pero... Lo que demuestra que esa gente que inventa planes no tiene ni repajolera idea de la realidad es lo de pretender ampliar el tiempo de cálculo de la pensión de 15 a 25 años. ¿Esa gente sabe la cantidad de españolitos y españolitas que arañan para conseguir tener esos 15 años cotizados y poder acceder a una pensión de mierda?
He llegado tarde, o muy tarde a este post, pero no por eso dejo de comentarlo.
Lo mas triste de como componemos nuestra sociedad, es que la hemos conformado alrededor de la comodidad. Comodidad de que alguien decida por nosotros, comodidad de tener pension de jubilacion, de tener subsidio de desempleo, de quejarnos del que manda, de quejarnos del que no curra, de quejarnos del que cobra mucho, del que decide, del que decide poco.
Lo jodido sería volver para atrás, no quedarnos como estamos, sino perder alguna comodidad adquirida, entonces si que ibamos a estar jodidos.
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