Detesto las tautologías, pero nuestros políticos, especialmente los de derechas, son unos verdaderos fanáticos. “Hemos hecho lo que había que hacer”, decía Aznar cuando se criticaba alguna actuación irregular de su gobierno. “Grecia está como está”, asegura Rajoy.
La tautología enmascara la ausencia de discurso, de argumentos. La tautología es miseria intelectual, pensamiento repetitivo e irreflexivo.
El abuso de las expresiones tautológicas deja traslucir desprecio hacia el intelecto del receptor del mensaje: hablamos para tontos. También es un discurso sólo para adeptos.
La derecha, además de la tautología, utiliza términos universales para referirse a su exclusivo punto de vista: “todos los españoles opinan”, “todos los españoles piensan”, “todos los españoles están en contra de ...”.
Estas formas de exponer su pensamiento indican, precisamente, la falta del mismo. Pero me temo que estamos ya embrutecidos.
Otro día, cuando tenga ganas, me meteré con la ¿izquierda?
4 comentarios:
La tautología es fruto de que en nuestro aprendizaje no llegamos a superar la etapa de escritor haca la etapa de editor, donde el que escribe se procupa por el receptor del mensaje.
El único problema que existe con la tautología, es que funciona, pues la mayoría de los receptores lamentablemente ni saben que significa, ni analizan el significado de lo que dicen nuestros los políticos.
¡Que ardua tarea sería modificar este simple hecho en este, nuestro país!.
Discurso de bobos para una audiencia de bobos, ni más ni menos. Diría que parte de la izquierda también va por ese camino, pero es cierto que la derecha tiende más hacia esos derroteros: será porque nos toman por tontos, porque no les interesa un electorado cultivado.
Pero sí, métete con quien haga falta. No te va a faltar nunca razón.
Contundente, señora mía. ¿Usted cree que los fanáticos saben lo que es una tautología?
Pcb, nuestros fanáticos dudo mucho que aprobaran un examen de bachiller. Son de la generación de las fichas de EGB.
Fer, a ver si tengo ganas de meterme con más peña. Ganas tengo, pero ... ¿vale la pena? Sí, vale la pena. Al menos sacaré un poco de bilis.
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