jueves, diciembre 08, 2005

¡Un mes!

¡Qué barbaridad! Casi ha pasado un mes desde que colgué el último texto en el blog.

Reconozco que estoy vaga y poco inspirada. Por si fuera poco, el trabajo está siendo mi principal ocupación y he de reconocer que me estoy divirtiendo. Hacía tiempo que el trabajo no me motivaba, no me hacía sentirme útil o valorada. Están siendo unos meses terriblemente intensos y tremendamente gratificantes.

Llego cansada a casa, con ganas sólo de tirarme en el sofá y ver cualquier serie tonta en la tele. Luego leo. Ahora estoy con “Historia de la Ciencia” un auténtico mamotreto muy bien escrito y con unas gota de ironía aquí y allá que lo convierten en una lectura amena y ¡oh! educativa.

En este mes han ocurrido cosas. Claro está. Más viajes. Mi culo se adapta estupendamente ya a los asientos del Euromed. Noches solitarias en hoteles desconocidos.

Apenas duermo en los hoteles, sobre todo cuando al día siguiente mi tren o avión sale a primera hora. Me obsesiono con que no me despertaré a tiempo y me paso la noche en duermevela mirando el reloj. Me duermo, me despierto, me sumo en una especie de trance narcótico en vela … Una tortura.

En este mes recibimos otro inquilino. Un nuevo erizo. Sólo que en 72 horas falleció. Así que hemos establecido la norma de que no más erizos. Su sitio es el campo. Y eso después de que se adquiriera para su uso y disfrute una jaula del tamaño de un minipiso de la Trujillo.

Siguen campando los dragones por las paredes. A esos no hay que hacerles caso, se las apañan solos estupendamente.

El naranjo luce su docena de frutos –muy hermosos este año- como si fueran bolas de navidad. Todas las mañana me propongo arrancarlas y luego, qué demonios, me dan pena las pobres naranjas.

En fin, la vida transcurre sin sobresaltos, de momento.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Yo estoy igual que tú. Trabajo, niños, trabajo, niños... Me regalaron un libro, Pasión india, de Javier Moro. No es para tirar cohetes, pero me entretiene. Siempre me atrajo la India.

Yo también tengo un nuevo inquilino, una chinchilla. Es mala como un dolor, pero ya la hemos cogido más cariño que yo a mi ex y mis hijos a su padre. :)

Nada, que quería saludarte y decirte que de vez en cuando me paseo por este rincón.

Besos de zin.