sábado, diciembre 09, 2006

Mitomanías (a petición popular) (VIII): Jeremy Irons

Es alto y delgado como un buen aristócrata inglés que se precie. Y es guapo. A ver quien puede negarlo. Pero sobre todo luce una elegancia innata. Su presencia en cualquier película es un toque de distinción.

Tras su paso por el teatro clásico inglés y alguna teleserie, “Retorno a Brideshead” le lanza al estrellato.

Ya se sabe que es difícil dar el paso de la tele a la gran pantalla, pero él fue capaz de hacerlo y con gran éxito. Y siempre ha vuelto a hacer teleseries de producción meticulosa.

El mismo año de su gran salto a la fama, 1981, consigue un papel en “La mujer del teniente francés” y se convierte en un valor seguro tanto para Hollywood como para las producciones británicas.

Es un actor versátil hasta puntos increíbles, pero siempre dotando a sus personajes de una elegancia sublime. Ha compartido cartel con vacas sagradas de Hollywood. Con Robert de Niro en “La Misión”; en la ya citada “Mujer del teniente …” con la estomagante Meryl Streep o la siempre eficaz Glenn Close en “El misterio von Bullow”, que le valió un oscar por un personaje absolutamente encantador e inquietante. Conseguía hacer hasta simpático a un ¿asesino? eficaz y al que además podíamos justificar.

No rechaza papeles complicados, como el doble de “Inseparables” de Cronenberg, dónde es capaz de dotar de personalidad propia y reconocible a los dos gemelos. Repite con el canadiense en “M. Butterfly”, en un papel de ingenuo imposible en el que cualquier otro hubiera resultado grotesco

Es capaz de meterse en la piel de un terrorista despiadado en las sudorífera y adrenalínica tercera entrega de “La Jungla de Cristal” (despierta infinitamente más simpatías que Bruce Willis), o héroes de capa y espada como en los enésima versión de “Los tres mosqueteros”. Puede ser un encantador, paciente y comprensivo homosexual en “Callas forever”, junto a Fanny Ardand y un marido infiel y cornudo de la deliciosa “Conociendo a Julia”, dónde da la réplica a Annette Bening.

Queda bien en películas de época como en nuestros días. Da igual que esté en gran o pequeña pantalla. Es lo mismo que tenga un papel protagonista o sea un secundario de lujo. Jeremy Irons es un seguro de buena interpretación.

Sus últimas apariciones fueron en una teleserie británica sobre Elizabeth de Inglaterra, donde interpretaba al conde de Leicester y en otras producciones historicistas: “Casanova”, “El reino de los cielos” y “El mercader de Venecia”.

Por supuesto ha cedido su voz para doblar grandes producciones de dibujos animados siendo el malísimo Scar de “El rey león”.

Reconozco que Irons es de los actores guapos, pero en su apostura cuenta más la lánguida distinción de unos genes bien seleccionados que la belleza bruta. Su rostro, además, es fácilmente reconocible. No se trata de un guaperas más que pasa al olvido.

11 comentarios:

anilibis dijo...

Mr. Iron también es una de mis luminarias. Para mí lo mejor hasta ahora fue su magnífico Antonio en El Mercader de Venecia. Casi le roba protagonismo al mismísimo Pacino.

Tú y yo tenemos casi los mismos gustos en actores. Eso quiere decir que tenemos gustos parecidos en muchas otras cosas. ¿No crees?

Besos.

Anónimo dijo...

Bien, aceptamos barco como animal acuático y a Jeremy Irons como actorazo.
Personalmente, y esto es una opinión propia e intransferible, creo que en estos últimos años se está dedicando a interpretar papeles alimenticios (véase, por ejemplo, Dragones y Mazmorras o la reciente Eragon).
Puede que se deba a que Hollywood no confíe en según qué actores sagrados con casi sesenta años (no lo hace, desde luego, el cine palomitero para adolescentes que antepone la taquilla a la calidad), pero eso no resta méritos a muchas de sus obras.
Si se me permite, nominaciones y Oscar al margen, me quedo con el terrorífico doblaje que hizo de Scar en El Rey León. ¡Qué impresión, qué canguelo! ¡Y menos mal que la película era infantil!

Alicia Liddell dijo...

Anilibis, es posible que nuestros gustos coincidan en muchas otras cosas. Debido a mi provecta edad, hay muchas inclinaciones que he ido abandonando, casi todas ellas porque ya no me apetecen. A título de ejemplo, el alcohol y sus múltiples combinaciones. Ahora me conformo con un vino decente y absolutamente nada de destilados.
Otras, sin embargo, se acentúan, como el maldito chocolate (mondieu, tengo tres tabletas de Enric Rovira de chocolate blanco relleno de trufa al licor de albaricoque que me provocan pesadillas)
También parece que el gusto por el callejeo por ciudades extrañas que acabamos convirtiendo en propias. El vaganbundeo solitario descubriendo cosas insólitas, ajenas a los ojos de los demás.

Fer, estoy de acuerdo en que bastantes de sus últimos papeles son alimenticios. Los de Hollywood son bobos. Ese señor con casi 60 años es un portento de atractivo. Es algo que se tiene o no se tiene. Por ejemplo, Sean Connery con sus 76 años o Paul Newman a sus 81. Envejecen maravillosamente bien.

Anónimo dijo...

Parece que envejecer bien es también un arte. Hay quien lo domina, como los mencionados, y hay quien no. De estos últimos se me ocurren muchos, pero mejor dejarlos en la creencia de que está en posesión de la eterna juventud. Quizás eso los haga felices.

Como siempre, ha sido un placer visitar tu blog.

Anónimo dijo...

Antonio Gasset, gurú de aquellos que no tienen opinión propia, no le traga. Aprovecha cualquier ocasión para cargar contra él sin piedad.

En parte estoy de acuerdo, pienso que lleva al menos diez años viviendo de lo que fue. Junto a Bobby De Niro y Michael Caine, podría fundar el club de las estrellas que viven de las rentas. Aunque no puedo negar lo poderosa que fue su presencia en pantalla en muchas ocasiones.

Para mí, su mejor interpretación la hizo (curiosamente, junto a su esposa en la vida real) en "El país del agua". Transmitió el desconcierto del débil como pocas veces he visto hacerlo a nadie. Conmueve verle.

Unknown dijo...

Gran actor, con una presencia en pantalla admirable y una voz única. Muy recomendable ver alguna de sus grandes películas en V.O.

Esperemos a verlo en la próxima "Eragon". La cosa promete.

Un saludo

Camilo de Ory dijo...

"En su apostura cuenta más la lánguida distinción de unos genes bien seleccionados que la belleza bruta. Su rostro, además, es fácilmente reconocible. No se trata de un guaperas más que pasa al olvido."

He empezado a leer el artículo por el final y por un momento he creído que hablaba usted de mí, pero luego ya he visto que no y han llegado las madres mías y los ayes.

Anónimo dijo...

A mi me encanta en "La caja china", junto a la espectacular Gong Li...

Coincido contigo, no sólo es un hombre atractivo (y mucho) es un buen actor, lástima que últimamente no tenga papeles en los que lucirse...

Anónimo dijo...

Como dicen en Mexico; es un cuerazo!...Siempre me lo ha parecido y parece increible la edad que tiene, ademas que es un actor increible, nacio para hacer shakespeare, coincido con la mayoria;esta desperdiciando su talento haciendo tantos "blockbusters", pero no importa, al menos podemos derretirnos con su voz y lo yuuumy daddy que es!

Alicia Liddell dijo...

Camilo, ¿a qué espera para mandarme su book?

Alicia Liddell dijo...

Peca: a Harris ya le dediqué hace algún tiempo su mitomanía.