¡Arrepentíos! El infierno existe y es eterno. Lo ha dicho Su Santidad y eso, hermanos, va a misa, que para eso es Papa.
Benedicto XVI nos ha recordado que es imprescindible el arrepentimiento y el propósito de enmienda. No vale sólo el “no lo volveré a hacer”, cómo si a uno le hubieran pillado metiendo la mano en la caja de bombones o intentando colar la factura del Caprabo.
No, como en el catecismo del Padre Ripalda, contricción y atricción. Si hemos pecado, dolor por haberlo hecho mal y porque al Supremo (ser, no tribunal) hemos ofendido.
Aunque estoy demostrando mi escasa preparación doctrinal, me dejo tentar y pregunto. ¿Los que mienten de forma reiterada –no por error o ignorancia, sino por maldad y rencor-, también deben aplicarse la advertencia papal? o, si son jaleados por los púlpitos episcopales, ¿tienen bula e indulgencia? ¿saben que les espera, en caso contrario, un infierno real y eterno?
4 comentarios:
Qué quiere que le diga, a mí el infierno siempre me ha parecido un lugar de putamadre para pasárselo de juerga. Y más con los tiempos que corren, casi estoy deseando llegar.
Vamos que el Vaticano no es jauja.
Besos
En la Grecia de Homero al Hades iban todos y todas, asesinos, parricidas, genocidas, bondadosos, honrados, piadosos, ... sólo los elegidos por los dioses, los enchufados, iban al Eliseo. Pero, llegó San Pablo y dijo pero esto ¿qué es?, tanta democracia es un asco. Y así estamos dos mil años después.
Pedro Jeta, Fedeguico, César Vidal, Ansón... a este paso, el infierno sufrirá overbooking.
Estimada Sra. Liddell: el infierno es para el enemigo. Parece mentira...
Publicar un comentario