Una entra en los foros donde se comenta la derrota de Nadal y se asombra. No sólo por las opiniones, sino por –con loables excepciones- la supina ignorancia de los tertulianos.
Ahora resulta que Nadal es un jugador del montón, que ha tocado techo y que sólo sirve para tierra batida.
Es lo de siempre, en lugar de reconocer –los tertulianos- que Ferrer jugó mejor, se dedican a denostar al perdedor. Como si Federer estuviera acabado por perder contra Djokovic hace unas semanas.
Pues no. Estos tertulianos, en lugar de reconocer que Ferrer hizo el partido de su vida, como lo hizo días antes contra Nalbaldian, desconocen que ese perdedor tiene 23 títulos, de los que seis ha conseguido esta temporada.
Si hasta el momento Ferrer había pasado más o menos desapercibido –en este país somos de ídolos únicos- es por otras razones.
Cuando Ferrer empezó a destacar en tenis tenía ante sí la larga sombra de Ferrero. En el circuíto, además, todavía estaban en activo y dando mucha guerra jugadores como Corretja, Costa y Moyá (éste de vez en cuando sigue dando alguna que otra sorpresa). Entre los emergentes todos los ojos se fijaban en Feliciano López y Tommy Robredo, de la misma quinta que Ferrer.
Y cuando empezó a asentarse, surgió la poderosa figura de Nadal, que ensombreció a todos los demás. Pero Ferrer es un excelente jugador, muy por encima de la media. No dispone del físico asombroso de Nadal, pero es rocoso y con los años ha ganado en paciencia y en ganas de ganar.
“Jugó perfecto”, dijo Nadal al término del encuentro. Humillado, pero reconociendo que la victoria del alicantino era justa.
En cuanto a Nadal, los que se empeñan en enterrarle, habría que recordarles que sí, es el número dos. Pero el número tres está a casi 2.000 puntos de distancia, una distancia similar a la que le separa a él de Federer. Así que nadie piense que habrá sustituto del número 2 y mucho menos del número 1 en los próximos meses.
Nadal tiene 21 años. A esa edad, Federer era un jugador correcto, pero no había alcanzado las cotas de genialidad que hoy deslumbran.
Lo que sí es preocupante es que Nadal esté dando señales de agotamiento. Y es que lleva dos años con un calendario de torneos inhumano. Federer este año ha jugado únicamente 11 torneos, incluso renunció a jugar la eliminatoria de la Copa Davis, mientras Nadal ha participado en 16. Quizás su entorno debería reflexionar sobre este punto. Es posible que aligerar el calendario de torneos y dedicar más tiempo a mejorar sus puntos débiles, que los tiene, le proporcione el salto cualitativo que está reclamando.
3 comentarios:
Estimada Sra. Liddell: Voy a confesarle que uno de los elementos que me fascinan de su compleja personalidad bloguera es lo de que le guste el tenis. Mi último partido de tenis, lo jugué a los 15 recién cumplidos (justo tal día como hoy, hace 31 años), y el amigo enemigo me ganó el match ball sentado en el suelo.
Así que -claro- lo dejé.
Todos tenemos nuestros vicios. El mío es público y lo exhibo a mucha honra.
Entiendo que estoy bastante pesada con el tenis, pero ya es el último gran torneo del año y prometo que seré mucho menos prolífica ... hasta el Open de Australia.
Bufff...! ;)
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