lunes, diciembre 03, 2007

Sorpresas dominicales

Paseo dominical y matutino con los canes. Como siguen pegando tiros, en lugar de ir por el monte, que es lo agradable, por el polígono que está cerca de casa. Un recorrido sorpresivo.

El domingo, es un suponer, no hay actividad laboral, a excepción de las dos empresas de mantenimiento, una de telefonía (Telefónica) y otra de cable (Ono). Las furgonetas de Teleco se pasan por el forro los límites de seguridad. Todas. Bueno, los conductores de dichas furgonetas. Ninguno baja de los 80 km/hora en vías limitadas a 40. Así que en cuanto oímos un motor nos ponemos a salvo.

Segunda sorpresa. Conejos. Dada la actividad constructora en la zona, los animalicos andan buscando nuevos hogares que sustituyen a los destrozados por las excavadoras. Dado que en el polígono abundan las zonas ajardinadas (un poco salvajes, eso sí) han trasladado sus reales. Los perros han perdido la carrera, pero regresan como un par de machotes. El conejo finalmente les ha dado esquinazo refugiándose en el patio de recreo de las urracas.

Tercera sorpresa y ésta de órdago. Un amigo nos ha recomendado un restaurante que han instalado en el polígono y nos advierte que nada de menú de obrerío, restaurante de carta para los capos y así no tienen que desplazarse. Buscamos el local y durante el trayecto descubrimos en unas naves un establecimiento con una especie de escaparate, algo inusual en una zona se supone que industrial/empresarial/logística.

Nos acercamos al divisar algo que tomamos como maniquíes. Efectivamente, son maniquíes exhibiendo ropa interior. Nos acercamos más para ver la naturaleza del establecimiento: ¡Un sex shop en el polígono!

9 comentarios:

Folks dijo...

¿Un Sex Shop abierto el día del señor?

Donde iremos a parar...

¿se me permite la osadía de preguntar de qué polígono hablamos?
¿Fuentelcántaro?

Alicia Liddell dijo...

Cerrado, Maese Folken. Hay poca clientela en una fiesta de guardar y menos a las 8 de la mañana (aunque es la hora a la que algunos vuelven a casa)
No es el polígono que cita (le han bautizado con un nombre más rimbombante), pero sí está en el mismo término municipal.

anilibis dijo...

Seguro que encima hasta está de saldo y todo, que los del centro son carísimos.

Fer dijo...

Seguro que el sex-shop estaba allí por lo mismo que el restaurante: para los capos.
Y es que todo un preboste adinerado no puede mezclarse con el lumpen, qué va.

pcbcarp dijo...

Un puente de estos, iré por Valencia a ver eso. De todas formas, me he puesto morriñoso porque llevo dos meses sin perro. (que, precisamente, anda por esos mediterráneos lares) Sniff...

Alicia Liddell dijo...

Pcb: Si quiere perro le regalo un cabroncete que tengo, feo como un pecao.

pcbcarp dijo...

No, no, Sra. Liddell: prefiero echar de menos a Robert Nesta. De todas formas, espero ir a verlo en breve.

Anónimo dijo...

No está mal: un sex-shop en el polígono. No la tenía a usted por poligonera, pero bueno. Lo del restaurante pijo es de pura lógica: para qué van a desplazarse pudiendo comer en su propio "habitat".

Alicia Liddell dijo...

Alex, son las ventajas e inconvenientes de vivir cerca de un polígono. Cuando vinimos aquí era monte, con sus carrascas, sus pinos, sus olivos, sus higueras, sus almedros y hasta sus campos de de naranjos. Ahora, época de caza, tenemos que evitar lo que queda de monte por aquello de que hay que evitar se presa, y cambiamos el paseo por el polígono desierto.