Por fin una voz sensata se alza para poner en su sitio al jurado de los Premios Príncipe de Asturias. Ya era hora que un candidato pusiera en su sitio a un jurado –especialmente el de deporte, aunque no el único- que concede los galardones más por la inmediatez que por la trayectoria.
Pep Guardiola tuvo que decir en rueda de prensa, al conocer su candidatura, que era algo desmesurado. Y tiene toda la razón. Pero, claro, cuando se ha concedido ese mismo premio a Fernando Alonso, presentar a Pep es toda una mejora.
Los jurados de los Premios Príncipe de Asturias son proclives al ruido mediático y las campañas de imagen. Hay que reconocer que sólo algunos, pero parece que se van contagiando poco a poco.
Por ejemplo, este año el de las Artes recae en Norman Foster. El arquitecto británico es sobrado merecedor del premio, pero en otro momento. Ahora su firma no es más que un aval para un conglomerado inversor formado por constructoras y bancos. Él no es más que la cara, el relaciones públicas, una marca de la que sólo es un socio minoritario. No hay más que ver los mastodónticos y descontextualizados proyectos que se están levantando con su firma.
Confío en que el premio sea por sus trabajos que datan de hace más de cinco años.
Claro, que Calatrava también recibió dicho premio en 1999, antes de que sus clientes y usuarios de sus obras acabaran hasta las narices del arquistar.
Lo de Al Gore también tiene tela, aunque hasta el mismísimo jurado del Nobel participó en la campaña de imagen del ex presidente de Estados Unidos. Aunque quizá la mayor metedura de pata, debido a la dichosa inmediatez y la necesidad de dar un premio mediático fue premiar a Ingrid Betancourt, que puede dar mucha lástima, pero cuya trayectoria pública carece de méritos para alcanzar un reconocimiento de este calibre. Otro político premiado fue Lula da Silva
Otra incongruencia es el premio a la concordia concedido a JK Rowling. Tiene el mérito, eso sí, de devolver el hábito lector a los niños, pero no considero que eso sea suficiente para un premio a la concordia.
3 comentarios:
Aparte de la prensa española, creo que nadie se toma en serio esos premios.
Que va, maese folken, a mí no me importaría que me lo dieran, en lugar de a esa gente que gana tanta pasta. La principal cualidad que hay que acredtar para recibir el premio es ser previamente rico.
He aquí otra giliflautada como la copa de un pino:
http://www.elpais.com/articulo/sociedad/OMS/premio/Principe/Asturias/Cooperacion/proteccion/derecho/fundamental/salud/elpepusoc/20090527elpepusoc_3/Tes
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