domingo, abril 21, 2013

Animales protectores

¿En qué piensan los publicitarios? ¿Cuál es el mecanismo racional que preside su pensamiento? 
Es que por más que intento desentrañar cual es la lógica de su razonamiento no acabo de pillarla.

Porque ¿quién no pondría su vida y su seguridad, incluida la de su familia, en manos de un oso polar?
Todo el mundo sabe que no hay animal tan protector y fiable que un oso polar. Un animal que ya en el neolítico estaba domesticado, especialmente en aquellos hábitat donde es natural: el polo norte.
¿Qué lapón o inuit no tiene junto a sus renos y alces un oso polar?
No es de extrañar, pues, que seguros Santa Lucía haya otorgado al úrsido la etiqueta incontestable de protección.


Sigo. Generali, por su parte, apuesta por otro carnívoro: el león. Un león que te acompaña por la calle, en el coche y en el trabajo, sin que nadie proteste por el olor a tigre -perdón, a león- que desprende el felino. Una mascota con la que paseas con menos restricciones que con el yorkshire terrier, sin correa ni na.
Tener un león de mascota tiene sus ventajas, según los publicitarios. Por ejemplo, puedes confiar en él si recibes un ataque de tiburones. Eso sí, hasta ahora no tenía conocimiento de las aficiones natatorias del león; es más, según los muchos documentales de naturaleza africana que he visto en mi vida, parece que tienen cierta fobia al agua y es muy divertido ver como intentan sortear un charco sin mojarse.


No contentas las compañías de seguros con intentar inspirarnos confianza y protección con tan fieras mascotas, Génesis apuesta por algo más tierno: el erizo. A ver, reconozco que me encantan los erizos, encuentro que son unos animalitos monísimos ... pero están cubiertos de púas, vamos que no te inspiran una caricia fácilmente. Me inspira, eso sí, que Génesis es una compañía que pincha, es decir, que no es muy amigable.

Sin embargo, ahí están las tres compañías año tras año manteniendo esos símbolos ¿Estamos tan zumbaos los consumidores que no captamos la incongruencia?

4 comentarios:

pcbcarp dijo...

Buenos días, Sra. Liddell. Pues precisamente la otra tarde hablaba yo del tema de los anuncios después de ver el del tierno oso polar. La verdad es que yo jamás he entendido lo de la publicidad, porque me temo que, desde que ya fui mayor para jugar con el tanque lanzaventosas Clim y el Tiburon Citroen Payá, nunca más me ha vuelto a hacer efecto.

A veces me da por creer que es un bluff total, palabra. Imagínese Vd. que de repente alguien se diera cuenta de que los anuncios no sirven para nada. vaya catástrofe, ¿eh?: cuántos creativos y diseñadores gráficos al paro, cierre de todos los periódicos y televisiones, fin de la fórmula I... En fin, la vuelta a la Edad Media.

César dijo...

Como ex-publicitario que soy, una de las cosas que más gracia me hacen es que tooooodo el mundo cree que es inmune a la publicidad. Falso. Incluso a mí, que conozco las técnicas y los trucos, la publicidad me afecta. Pero bueno, ya sabes lo que se dice del diablo (y de los vampiros): su máximo poder es que la gente cree que no existe.

Respecto a los anuncios que comentas, de entrada hay que reconocer que los de Santa Lucía y Génesis son malos, pero no por el uso de animales. El de Generali, sin embargo, no está nada mal.

¿Por qué usan esos animales? Muy sencillo: en el logotipo de Generali hay un león, y en el de Génesis había un erizo. En el de Santa Lucía ni idea. ¿Por qué un león? Es un animal heráldico, noble, símbolo del poder. El oso porque es un animal fuerte (y también heráldico). Y el erizo porque es un animal que se proteje.

Más allá del significado simbólico, esos símbolos visuales, repetidos en la publicidad una y otra vez, sirve como mecanismo de reconocimento automático (ves el anuncio y, aunque no le prestes la menor atención, ya sabes quién es el anunciante).

Y es que el uso totémico de los animales se remonta a la más lejana antigüedad (échale un vistazo a los blasones, llenos de leones, águilas, caballos, etc.). Y también como herramienta comercial. Por ejemplo, ¿te has fijado que en las botellas de ron Bacardí aparece un murciélago? Servía de identificación cuando la mayoría de la gente era analfabeta. Llegaban al bar y no pedían una copa de Bacardí, sino una copa del ron del murciélago. Lo mismo ocurría con nuestro entrañable Anís del Mono.

Y desde luego, en publicidad lo del animal emblemático se ha usado muchas veces. Ahí tienes el toro de Veterano, el tigre de Esso o el cocodrilo de Lacoste. Si te paras a pensarlo, comprobarás la cantidad de productos comerciales que se asocian con un animal. Seguimos siendo totémicos.

El análisis racional que has expuesto está muy bien, pero la publicidad no funciona así. Un anuncio no pretende debatir con tu neocórtex, sino colarse sigilosamente en tu subconsciente.

Dicho esto, insisto en que las campañas de Santa Lucía y Génesis, con o sin animales, son una mierda.

Alicia Liddell dijo...

Me ha gustado mucho lo de los animales totémicos, la heráldica y todo eso.
Entiendo, César, que la influencia emocional de la publicidad tiene un tope que en mi caso sitúo cada vez que cumplo años. Es decir, cuanto más vieja me hago, más racional y analítica soy, por tanto, menos manipulable.
Pero ya sabes, esto no son más que son ganas de hablar por no callar. Y digo hablar y no soltar sapos y culebras.

pcbcarp dijo...

César, no sólo me creo inmune a la publicidad, sino también al mismísimo fútbol. Eso ya es ser creído, jajaja.