lunes, junio 26, 2006
De “negros”, plagios y otros frikies literarios
El domingo por la noche topé con un programa de debate que, por una vez, me sorprendió gratamente. No es que fuera el “no va más”, pero tenía cierta dignidad y el tema era interesante.
Me sorprendió, digo, porque se emitía en Canal 9, televisión autonómica cutre por antonomasia dedicada a ensalzar los fastos de nuestros más cercanos gobernantes y con una programación incluso floja para espectadores de cotolengo.
Pero hete ahí que haciendo el último zapping nocturno me veo en pantalla a mi librero de cabecera y a un antiguo colega de profesión, bien conocido por su ironía.
El tema iba, como indico, de la proliferación de figuras metaliterarias en la industria editorial.
Pusieron un reportaje en el que un “negro” explicaba su trabajo de escribir libros para satisfacer el ego de otros. Desde biografías que paga el personaje hasta encargos de editoriales que luego firmarán trabajadores de ese nuevo oficio conocido como “famoseo”.
El “negro” decía estar satisfecho de su trabajo, ya que le pagaban por lo que le gusta hacer: escribir. Lo único a lo que había tenido que renunciar era a su vanidad y, al parecer, no le había importado demasiado.
Salió, brevemente, el caso de la ínclita AR y se comentó que se habían vendido más libros después de destaparse el escándalo que antes.
Mi librero señaló que la gente que compra ese tipo de libros, en los que el reclamo es el personaje, son básicamente analfabetos funcionales. Expresó sus dudas de que llegaran a leer el texto.
También se habló del reverso de la moneda, los famosos que prestan su nombre, previo pago, para aparecer como autores de una bazofia de esa índole. Y lo hacen con total descaro, sin preocuparse siquiera de lo que se publica ni tomarse la molestia de leer (en el hipotético caso que sepan leer)
Se sacó a colación, como sospecha casi evidencia de la existencia de “negros”, del caso de César Vidal, que en sólo un año ha publicado no recuerdo ahora si la cifra fue 7 o 17 volúmenes. No me he molestado en leer a ese señor, entre otras cosas porque no suelo tomarme la molestia de leer a autores españoles contemporáneos.
La situación editorial actual –dificultad en publicar, títulos olvidables, marketing agresivo, desprecio de la calidad- creo que ha propiciado la explosión del fenómeno blog. Y desde luego me encanta. Me encanta poder leer buenas historias escritas con ingenio. Pero me indigna que esas obras –fruto de la mente de escritores faltos de vanidad, que no “negros”- queden para unos pocos.
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4 comentarios:
Me perdí ese programa. Cuando yo hice el zapping, estaban hablando de Afinsa y cambié a ver el horror japonés bajo la mirada de "Cuarto Milenio".
Pero bueno, ya que tú lo has contado tan bien, me hago una idea.
El caso de AR fue un verdadero escándalo. Los escándalos aumentan las ventas de libros, igual que la muerte del autor.
Lo de César Vidal es, en efecto, muy fuerte, debe tener más de un negro trabajando para él. Y hay que reconocer que deben ser negros de calidad porque publica libros sobre historia llenos de datos e, incluso, se permite ganar algún premio de novela. Además de colaborar en la radio. Pese a los posibles negros, supongo que debe tratarse de un tipo inteligente ¿no? Todo eso son especulaciones, pues sólo he leído de él un libro sobre el holocausto nazi, publicado en Alianza Editorial, que era muy interesante.
Por último, ¿cómo que no lee a autores españoles comtemporáneos? ¿No es eso un prejuicio? Encuentra usted un libro, un buen libro, y si es de un autor español contemporáneo ¿no lo lee?
En este punto, me inclino por no creerla.
Un afectuoso saludo.
Pues creame. Aunque es posible que me haya expresado mal: no leo a autores españoles contemporáneos, a excepción de Eduardo Mendoza, que incluso a veces me decepciona.
Me quedé en Martín Gaite, Delibes y García Hortelano.
A veces encuentro en alguna editorial minoritaria algún libro que resulta interesante.
Por otro lado, se me olvidó comentar algo en el post. En el programa también se habló de los "equipos".
Es sabido que las editoriales -especialmente la poderosas extranjeras- ponen a disposición de sus autores equipos de documentalistas para poder ambientar adecuadamente sus libros.
No se trata propiamente de "negros", ya que no aportan creatividad, sino únicamente datos o los comprueban.
Dado que suelen trabajar con plazos de entrega, si el autor dedica su tiempo a esa tarea, la edición se retrasa, por lo que parece que esa labor la realicen otros.
Tendrías que ver la de mails que llegan de las editoriales con el siguiente titulo: "Trabajo de negro". Es increible la de gente que se quema en esas cosas cuando podría estar escribiendo tranquilamente su obra. Pero, hay que comer cada día y se me olvidaba que, cuando no eres conocido en el mundo literario, es lo que toca:)
Sinceramente, he de reconocer que, pese a la presunta crisis (o "mudanza") cultural que vivimos, aún quedan buenos escritores españoles contemporáneos. Y cuando digo "contemporáneos" me refiero a varios viejos, pero vivos, como Delibes o Semprún, y a algunos más jóvenes, como Mendoza o Muñoz Molina.
En cuanto a Cesar Vidal, lo único que puedo comentar, como historiador que soy, es que es inexplicable su producción bibliográfica. Más que un negro, tiene una plantación entera a sus pies para abarcar tanto sus dispares (y manipuladas) investigaciones históricas -como hace su colega, Pío Moa- como su insultante programa de radio. Y no me extraña que le den premios, viendo lo fácilmente que se venden.
En fin, demos gracias por poder escribir libremente, no sea que a la SGAE se le ocurra venir a cobrarnos por ello.
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