domingo, junio 11, 2006

(Des)esperar


Hace algunos años compramos varias plantas para el jardín para sustituir algunas que habían muerto y, también, para rellenar algunos huecos.

Me empeñé en un lilero y camelias. También plantamos rosales, romero, espliego, una morera …La cuestión es que ni el lilero ni las camelias prosperaban. El lilero tenía cuatro hojas mustias y no florecía. La camelia amarilleaba y tampoco daba flor.

Durante algún tiempo sobrevivieron más mal que bien. No acaban de marchitarse, pero tampoco mejoraban. Tenían un aspecto miserable a pesar de los cuidados, los riegos …

Un par de inviernos atrás tiré la toalla. Una mañana apareció todo helado. Las hojas de limonero estaban quemadas, la morera perdió todas las hojas y, por supuesto, los dos motivos de mis afanes parecían irrecuperables.

Dejé de prodigarles cuidados.

A la siguiente primavera el lilero me sorprendió con unos cuantos brotes. La camelia presentaba el mismo aspecto agónico de siempre.

El jueves pasado, dos años y pico después del desastre, la camelia me sorprendió cuajada de esas hermosísimas flores blancas y el lilero exhibía orgulloso un par de racimos de pétalos.

¿Será que cuando dejamos de esperar, de confiar, de esforzarnos las cosas se solucionan? ¿Es nuestra obsesión un obstáculo?

Un antiguo amigo me dijo en una ocasión: “El secreto está en esperar sin esperanza”.

4 comentarios:

Isabel Barceló Chico dijo...

Bueno, Alicia, hoy he estado todo el día pensando en tí. Sobre todo porque jugaba Nadal y, aunque no soy seguidora del tenis, sé la enorme espectación que había. Leí el otro día tu post sobre Nadal y quise enviarte un comentario, pero la red de blogger había caído y no me lo aceptaba. Quería decirte que a mí también me gusta la gente que no se rinde nunca. Hoy se ha visto que esa actitud da sus frutos, en este caso extraordinarios. Ahora, al leer tu último post, me reafirmo en lo dicho. No sé si habrá que esperar sin esperanza, pero sí se que no te rendiste: de lo contrario, habrías arrancado aquellas plantas para sustituirlas por otras o, sencillamente, para no ver su fracaso. Vaya, que has tenido tu premio, como Nadal. Un beso.

- dijo...

Toda obsesión se hace muro.

Yo secundo esa teoría: No hay como esperar con los brazos caídos para ver cómo la suerte florece.

Alicia Liddell dijo...

Que conste que consideré la posibilidad de irme tras el 6-1 del primer set. Pero estaba segura de que sólo era un despiste.

malambruno dijo...

Hago una interpretación nada nadaliana. La vida no te da lo que esperas pero te concede dones inesperados.
Los que pensamos así no somos nada luchadores pero estamos atentos.