viernes, junio 02, 2006

Historias de amor


En la librería de la que soy cliente me entregan un folleto –con el diseño más horroroso que se pueda imaginar- con recomendaciones lectoras primaverales. Cada trimestre saca uno con un tema concreto. En esta ocasión le toca a grandes historias de amor.

Repaso la lista de lecturas recomendadas, así como los comentarios. Algunos son obvios, claro: Romeo y Julieta.

Sigo. Cartas de una monja portuguesa (ni idea); Las Amistades Peligrosas … hombre, de amor amor … Menos mal que hicieron la película, porque la novela me pareció un auténtico coñazo. De Jane Austen Sentido y Sensibilidad y Orgullo y Prejuicio; lo confieso, ni idea.

Nuestra Señora de París, Víctor Hugo. Pues tampoco lo he leído. Menudo desastre y todavía no he terminado la primera parte del folleto.

¡Por fin! Cumbres borrascosas. Pero hace tanto que la leí por última vez que debería darle un nuevo vistazo.

La dama de las camelias. No. Cuentos de amor victorianos. Enorme interrogante.

Empieza la lista de adúlteras. Anna Karenina y Madame Bovary. Falta La Regenta para completar el trío. Ann Verónica de HG Wells. ¿Cómo puedo ser tan ignorante? Empiezo a preocuparme seriamente.

Veinte poemas de amor. ¡Hombre! Puedo presumir que hasta me han recitado alguno de ellos a altas horas de la madrugada … Me gusta cuando callas porque estás como ausente …

El amante de Lady Chatterley. Eso es literatura erótica, mon petit lapin. Orlando; el caso es que Virginia Woolf me resulta un tanto repelente. No me atrevo con ella. Memorias de Africa (no tengo nada que comentar) Retorno a Brideshead. Bueno, Waugh me encanta, claro está (y Jeremy Irons). Doctor Zhivago (cero sobre cero) La espuma de los días. Adoro a Boris Vian. Incondicionalmente.

Bella del Señor. ¡Qué fiasco! Ada o el ardor. Lo reconozco, Nabokov es una enorme laguna en mis lecturas.

Maurice, de Foster … Otro postvictoriano. Carta a una desconocida, lo leí de pequeña. El amor en los tiempos del cólera y Del amor y otros demonios de García Márquez: no es santo de mi devoción.

Arráncame la vida, de Mastretta. Ni idea. Como agua para chocolate; me suena de una peli. El amante de la China del Norte. La Duras me carga. Escrito en el cuerpo. (¿Quién demonios es Winterson?) y Locura de McGrath (idem)

Por fin, algo que conozco: Seda de Baricco. Vale. Me sorprendió al principio. Ahora ya menos. Concluye la lista con Cuentos de Mujeres Solas de varios autores.

No me seduce nada. Debo estar incapacitada para la novela emocional.

4 comentarios:

Miguel Sanfeliu dijo...

Supongo que son lecturas, la mayoría, que se realizan por el puro afán de conocer, pero quedan muy lejos de lo que a un amante de Fante le suele seducir. Admito que me gustó García Márquez cuando lo leí. Y Madame Bovary es incuestionablemente una lectura obligatoria. Además, permíteme que te sugiera que le des una oportunidad a McGrath, te sorprenderá.

(Aunque mi novela de cabecera siempre será "Pregúntale al polvo".)

Un saludo.

Anónimo dijo...

Yo mismo con mi mecanismo podria haber seleccionado esas novelas puesto que he leido casi todas ella y con placer. Al margen de su siempre cuestionable calidad objetiva me quedaria con las amistades peligrosas, memorias de Africa y Doctor Zhivago.

¿Como se te ocurre decir que las amistades peligrosas es un coñazo?
Es una novela espistolar tan seductore como sus dos personajes principales (Vizconde de Valmont y marquesa de Merteuil). En pocas novelas se muestra tan descarnada y friamente el engaño del amor tanto en su vertiente de autocomplacencia como en la de sacrificio autoflagelante.

De la Duras he leido poco y todo giraba en torno al amor (Hiroshima mon amour, Emily L., el amante, etc...) De ella al igual que de otros autores franceses hay que destacar su deslumbrante claridad y un tono de pesimismo melancólico. El amor al final queda reducido a una imposibilidad de someterse al otro y en una incapacidad de admitir sin reparos la entrega sentimental del amante.

Madame Bovary es un personaje similar a Nora (casa de muñecas). No me interesa en absoluto la compasión que Ibsen y Flaubert muestran por estas ociosas mujeres. Para mi son niñatas caprichosas y egoistas que viven del cuento. Sus infidelidades me importan un pepino y desde luego sus amores interesados y trabados de mujer burguesa acomodada me parecen insufribles.

Ampliaria ese catálogo de historias de amor con "la azucena roja" de Anatole France, "Safo" de Alphonse Daudet y "Afrodita" de Pierre Louys. Seguro que hay más libros desconocidos que jamás figurarian en un catálogo de ventas y que guardan secretos y prodigios de expresión.

sfer dijo...

Pues no te pierdas a la Winterson. La descubrí con "Sexing the cherry" (que hace poco han traducido con un título que no recuerdo porque no tiene nada que ver) y luego leí "Escrito en el cuerpo". Me encantó.

Ahí falta "Del amor", de Alain de Botton. Tampoco me cansaré de recomendarlo...

Anónimo dijo...

Si es que no hay nada como vivirlas y dejarse de historias contadas por otros...salvo casi todas las citadas.