sábado, octubre 14, 2006

Bogart


Cuelgo aquí un par de fotos del desmontaje de la marquesina de los cines Bogart de Madrid. Da bastante pena ver como desaparecen esos cines en beneficio de las salas en los centros comerciales del extrarradio, cuya cartelera está gobernada por las grandes productora americanas.

Cada vez hay menos oportunidades de ver películas decentes, no digo ya obras maestras, películas con guión, con historias que nos sean cercanas, reconocibles.



Sí, da pena ver no ya la muerte de la sala, sino su descuartizamiento.

15 comentarios:

ventanavioleta.com dijo...

en m i ciudad al otro lado del charco , se descuartizan algo mas que salas , me gustó madrid , pero me gusta el olor añejo de los bares y teatros antiguos

Anónimo dijo...

Me sumo a tu desilusión. Cada día son menos esos lugares de la cartografía urbana de cada cual, en los que "perderse" adrede. Y hablando de lugares perdidos, te recomiendo una peli que no es una obra maestra, pero que te hará pasar un buen rato: "Todo está iluminado"

http://www.todocine.com/img115h/img00235.htm

La saqué ayer del videoclub de mi barrio (de los familiares, de toda la vida, donde te llaman por tu nombre y, supongo que también con los días contados). Saludos.

pazzos dijo...

" Habían remozado el viejo cine y donde antes estaba el patio de butacas ahora se desplegaban las mesas de juego. Los palcos, sin embargo, conservaban su antigua función de lugar para ver y ser vistos; se habían transformado en reservados donde nuevos ricos lucían mujeres caras."

Supongo que como en la canción de Serrat de "El Roxy" vagarán por estos locales los fantasmas de celuloide.
En mi ciudad el viejo cine ha dejado sitio a un Casino. Todavía más triste. A principios de año escribí un cuento "El 4 rojo" y lo ambienté en este cine. Disculpa la vanidad de autocitarme.

Alicia Liddell dijo...

Gracias por la recomendación, Cowboy.

Pazzos, lo que más me repugna de esos nuevos complejos en polígonos es la peste a palomitas.

El Miope Muñoz dijo...

Un triste the end.

pazzos dijo...

Debo confesar que durante años y, pese a que también me molesta su olor a fritanga, fui un adicto a las palomitas.

Durante el Festival de cine de mi ciudad fui en cierta ocasión con mi paquete de maíz reventón. Atravesé desafiante el pasillo (sé que comer palomitas en un festival te convierte en un proscrito y eres condenado al ostracismo por el resto del público, pero uno ha nasío para provocar).
El director el sueco Moddysson (genial en Together) en la presentación de la película clavó su mirada en mí mientras afirmaba que esa no era una pelicula para ver comiendo palomitas.(Together genial pero esta era un bodrio pseudoporno, ¡como para verla en ayunas!)

Ya no como palomitas, pero esa es otra historia.

El chicharrero terrible dijo...

En mi ciudad los antiguos y desastorosos cines han dado paso a cines mas comodos, y han permitido que los anitguos no derribados se dediquen a poner cine de autor.

Parece que esoty en jauja pero imagino que en ciudades medias, esto es lo mas frecuente.

Las cotufas (palomitas), me encantan y no adivino a pensar qeu mis peliculas favoritas no acepten ese manjar especialmente elaborado para visionar pelis.

Hoy estoy algo transgresor.

Anónimo dijo...

Yo devoro roscas (= palomitas, cotufas, pop-corn: millo estallado) cuando veo deuvedés, aparte de mis series televisivas adictivas e intrascendentes; en el cine me corto un pelo, lo que no hacen los demás. De todas formas, en mi ciudad ya no quedan antiguas salas, tooodo multicines, aunque hay uno chiquito e incómodo en que programan pelis V.O.S.E. y hasta sin S.E., de nacionalidades exóticas y a veces incluso europeas...
Pero qué digo, si yo ya no voy al cine sino con mi hija de siete años a tragarme los bodrios de dibus, qué cruz: entonces sí, devoro palomitas (las que mi hija me deja).
Con mi ex, de novios, escogía(mos) las películas en función de su exquisitez y probabilidad de durar una semana en cartelera, o menos. Ahora, confieso, tras atravesar tan largo desierto cinemátográfico/cinéfilo, jalonado sólo por esporádicos espantos de Dreamworks y la Disney, me pirraría por ver a George Clooney haciendo lo que le dé la real gana en pantalla. Blanco y negro o color, as he likes. Preferiblemente, con señor al lado que me coja la manita. Vulgar que soy.

Alicia Liddell dijo...

Jajaja, Paula, a mí también me pasa algo similar. En mi época universitaria -más o menos en el precámbrico- era asidua a cine forums y cosas de esas, así que me ví todo tipo de pelis de arte y ensayo, desde belgas a japonesas. Quedé saturada. Lo que no quiere decir que me gusten las mamarrachadas con las que habitualmente nos invaden los estudios americanos y, por extensión, los españoles

Andrés dijo...

Es doloroso ver que se descuarticen esas cosas... por qué no se autodescuartizarán entre sí...??

Me encantó el post...

Tu blog es delicioso...
A ver cuando me visitas... prepararemos algo rico.

Saludos

A.-

anilibis dijo...

Alicia, tocaya:

En realidad en Madrid ya sólo contamos con un cine donde poder ver cine clásico en condiciones: la Filmoteca.

No sé qué ocurre, no sé si seré yo, pero desde hace años me he dado cuenta de que cada vez que algo me gusta mucho, mucho (refiriéndome a un "producto", ya sea una sala de cine, un menú en un restaurante, un tipo de oferta cultural) basta con eso para que desaparezca. Debo ser yo y mi gafe...

RIP Cine Bogart.

Alicia Liddell dijo...

No es el mal fario, es la mal llamada globalización, que en realidad es uniformidad.

Andy, le visito, aunque no deje comentarios. Es que soy de natural tímido y además vanidoso. Es decir, sólo escribo cuando tengo algo medianamente inteligente que decir, cosa que ocurre cada vez que pasa el cometa Halley.

Unknown dijo...

Resulta triste ver como se desmantela un cine. Sólo de pensar que en esa sala se han vivido miles de historias te hace sentirte impotente. Pero es el discurrir de la era que vivimos. El dinero puede con casi todo.

Un saludo

Fer dijo...

Lo mismo ocurre en Charrilandia, donde los clásicos cines Bretón y Salamanca han sido cerrados. Al segundo, además, le sustituirán, cómo no, pisos y más pisos.
De ambos, de su abandono, tengo fotos. Pronto las subiré a La vaca que ríe (http://www.fotolog.com/ferdiazgil).
Tristísimo, cambiar la cultura por el ladrillo.

Cerillo dijo...

¿Será el progreso?