viernes, marzo 09, 2007

Series de antaño (6): Alf

Pon un Alf en tu vida. Porque con un Alf siempre vivirías peligrosas aventuras, aunque Alf nunca salga de casa. Pero él siempre es capaz de ponerte en apuros. Su sóla presencia es garantía de emociones fuertes y diálogos más que sabrosos.

Alf es la mascota que nadie querría. Es zampón, maleducado y un peligro para la estabilidad familiar. Pero, claro, Alf no es una mascota, es un alienígena con aspecto de peluche feo hecho en una clase de manualidades –cómo se llamaba en mi época- o de expresión artística que dirían los casposos actuales.

Alf es el típico tío feo, pero simpático. Un rato feo, pero entrañable. Simpático, pero capaz de meterte o meterse en los líos más divertidos.

El pobre alienígena vive escondido entre el garage y la cocina de sus sufridos protectores, una familia típica americana de los suburbios con los no menos típicos problemas de las familias americanas típicas: estudios, novios de la hija, problemas laborales, peleas familiares … Y todo ello con las sesudas explicaciones de Alf sobre cómo en su planeta de origen se abordan esos problemas … si es que se producían.

Alf, pobre, se ha quedado sin planeta, desaparecido tras una explosión nuclear. Alf se sabe el único en su especie y su reprodución es imposible a la temprana edad de casi 300 años, casi un adolescente en Melmac.

Pero ese no es la menor de las dificultades a las que se enfrenta: la fuerza militar americana está tras él para exterminarle. Aunque con su ingenio y con la protección de la familia Tanner podrá eludirles.

Alf vive con la vaga esperanza de que algún día pueda volver a los prados de Melmac y comer gatos sin que a mamá Tanner le de un arrebato homicida.

Yo llegué a tener un muñeco de Alf de esos que se pegaban con ventosas a la ventanilla trasera del coche. Mira que era feo el jodido, pero despertaba un puntito de afecto a pesar de su bordería congénita.

4 comentarios:

Laura Diaz dijo...

Alicia,

¿puede creer que aquí, un canal abierto la pondrá al aire nuevamente, cada día a las 12 y 30, después del telediario del mediodía?

En sus épocas, solía divertirme con ese bicho feo, siempre conteniendo sus ansias de digerirse al gato de la casa.

Saludos

Tanhäuser dijo...

A pesar de lo travieso que era, cuánta ternura despertaba, ¿verdad?

Fer dijo...

¡Alf! Madre mía, qué recuerdos, qué ternura, qué risas, qué feo era el jodido, encima con su verruguilla.
Imagínate, Alicia, cómo estaríamos los chavalines del colegio que pensamos en reunir los gatos que rondaban el patio para atraer al alienígena.
Qué tiempos...

Anónimo dijo...

enternecedora esta regresión a los fines de semana de hace tantos años..
Que grande es Alf!!!!