lunes, junio 18, 2007

Amenaza lluvia


Corretja en el dobles de la Davis que ganamos en 2000 a Australia (la foto es mía)

Compruebo que este año no me he prodigado en entradas sobre tenis. Hay poco que añadir y pocas sorpresas. Ahí están esos dos repartiéndose los torneos: éste pa’mí; éste pa’tí. Debe ser descorazonador, porque para el resto de los tenistas sólo les quedan las convocatorias menores para obtener algún premio.

Y, sí, es descorazonador cuando cada semana la lista de mejores jugadores presenta los mismos resultados: Federes le saca 2.000 puntos a Nadal (un mundo). Pero Nadal le saca otros tantos al tercero. Para el resto, ser primero es inalcanzable, pero también lo es obtener la segunda plaza.

Así que ese resto debe conformarse, de momento, al papel de sparring con más o menos dignidad.

Ferrer y Nadal están repitiendo esas rivalidades históricas. McEnroe estuvo prácticamente en todas las salsas: Lendl/McEnroe; McEnroe/Borj; McEnroe/Connors ... Pero no hay que olvidar otras como Sampras/Agassi.

Uno de los problemas que tienen las retransmisiones de tenis en televisión es lo mortalmente aburridos que son los comentaristas. Eurosport cuenta con Manuel Poyán que de tenis sabe un rato, pero es capaz de matar de hastío a las ovejas. Canal + tiene un excelente comentarista, Miguel Angel Calleja, pero le reservan para los partidos de madrugada, mientras en los que puede haber más audiencia suelen tirar de “profesionales” como López Maeso, cuya mayor contribución a la ciencia del comentario es que ha alineado o no ha alineado (el tenista en cuestión) los hombros. Una verdadera tortura.

El nombramiento de Emilio Sánchez Vicario como capitán del equipo español de Davis nos ha privado de su trabajo como comentarista de TVE. ¡Gracias, Federación! Es más que posible que bajo su capitanía España tenga que luchar año tras año por la permanencia, pero al menos nos libera del tormento de escucharle. Es capaz de convertir un partido apasionante en un muermo. Por ello, cuando le encomendaban la tarea de hacer insufrible el tenis, yo quitaba la voz. Es la versión corregida y aumentada de su hermanita.

Afortunadamente este año TVE ha fichado a Alex Corretja quien ha demostrado tener grandes tablas en el manejo del micrófono. Para empezar, hace gala de naturalidad y mantiene una enorme complicidad con el comentarista “oficial”. La narración se hace divertida y apasionante, sobre todo porque Corretja se aleja de la terminología técnica, hace asequible el tenis y no para de bromear con su compañero.

Es habitual que las cadenas fichen a grandes figuras retiradas para estos menesteres, pero suelen fijarse en personas con carisma, con capacidad de comunicación. Es el caso del citado McEnroe o de Boris Becker (de quien descubrí que tiene su propio programa en una canal alemán), personas que además de sus conocimientos del deporte aportan intervenciones atractivas, ingeniosas y divertidas.

Así que, desde aquí, mi agradecimiento a TVE por fichar a Corretja y que sea por mucho tiempo.
Y a ver que pasa a partir de la próxima semana en Londres. Llover, lloverá, fijo. Sobre todo porque TVE no tiene los derechos de Wimbledon y habrá que soportar a Maeso.

2 comentarios:

Manuel Márquez dijo...

Qué curiosa sorpresa, compa Alicia Liddell, que también esté el tenis entre tus objetos de interés (no es mi deporte favorito, que es el baloncesto, pero también me gusta bastante). Estoy bastante de acuerdo con buena parte de lo que señalas, sobre todo en lo que se refiere a motivaciones y rivalidades; pero creo que va a haber pronto gente metiendo la cuchara entre los dos "capos" -atenta al serbio Djokovic, esa gente es de una dureza mental impresionante...-.

También tienes mucha razón en lo de Corretja como comentarista: un tipo sencillo, natural, y de narración muy agradable (el Plus no lo veo, así que no sé cómo las gasta Maeso...).

Ah, y muy curiosa la foto (¿qué habrá sido, por cierto, del "gitano" Balsells que sale ahí, sacando, al fondo...?).

Un abrazo.

Alicia Liddell dijo...

Sr. Márquez: "El Oso" colgó la raqueta hace un algunos años.