martes, julio 24, 2007

La judicatura

Dado que con mis generosos impuestos financio la nómina de los jueces, creo que tengo autoridad y gobierno suficientes –lo de la edad queda fuera de toda controversia- para opinar sobre el funcionamiento de la judicatura y más concretamente sobre las sentencias de algunos jueces.

Llevamos una temporada que un día sí y otro también los jueces nos amenizan con sus fallos. Digo amenizan por no ponerme seria y empezar a echar sapos por la boca, ya que es de dominio público que este estamento es sensible y proclive a tomar medidas perjudiciales para la libertad o el bolsillo del común de los mortales.

La cosa empezó la semana pasada con el juez Del Olmo y con el individuo ese togado de Murcia que quitó a una mujer la custodia de su hija con el argumento de que era lesbiana. Yo a este juez murciano –que creo que es el mismo que el otro día amparándose en la inspiración divina resolvió que una mujer no podía adoptar legalmente a la hija biológica de su esposa- le pediría que revisara sus conocimientos.

Alega que los niños que se crían con parejas del mismo sexo, según los más acreditados especialistas (sic) serán proclives a la homosexualidad. No cita a esos acreditados especialistas, es un genérico que el PP utiliza a menudo como “todos los españoles están en contra de ...” cualquier política que surja del gobierno, convirtiendo su postura en la de todos los españoles. Cosa que dudo, porque yo soy española de nacimiento y nunca me han consultado nada.

A lo que iba que me enredo. Le diría yo a ese juez que reflexionara sobre un hecho: todos los homosexuales –al menos todos los que yo conozco- se han criado entre parejas heterosexuales ... ergo las parejas heterosexuales son proclives de generar homosexuales. Y que conste que mi razonamiento tiene más base estadística –y por tanto científica- que la suya.

Sigo.

Leo en la edición del califato de El País que un juez ha absuelto a un individuo que dió un índice de alcoholemia cuatro veces superior al permitido, porque a pesar del doble resultado de la prueba, el atestado policial y la propia confesión del interfecto, eso no certifica que no estuviera en condiciones de conducir ... a pesar de empotrarse contra otro coche. Vamos, que se empotró contra otro coche porque le distrajo el gps o algo así.

Digo yo que habría que practicarle una prueba de alcoholemia al juez antes de que imparta justicia, porque vamos como vamos y pasa lo que pasa.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Quiero creer que el mal que afecta a muchos jueces es universal. Que no se limita a este país, vamos. El tipo de Murcia, según he leído, desaprueba el topless playero (él se lo pierde) y aborrece la ley contra la violencia doméstica (ley mal formulada, cierto, pero necesaria). Un digno sucesor de tantos como él que ya sentaron cátedra. Recuerdo a aquel elemento que absolvió a un empresario de la acusación de acoso sexual contra una de sus empleadas alegando que ella vestía minifalda. Será que algunos ven lógico que cada vez que veamos a una chica en minifalda le toquemos el culo. Mejor aún fue aquel que no consideró ensañamiento a las más de cincuenta puñaladas que asestó una mala bestia a su mujer. Por último, vergüenza me da citar a otro que no consideró violación la sufrida por parte de una mujer a costa de siete u ocho cabrones, porque consideró que ella no había ofrecido resistencia.

Y yo me pregunto: Si la ley existe para ampararnos y los jueces son su mano ejecutora... ¿quién nos protege a nosotros de los jueces?