Ese es Roger Federer, que sólo tuvo palabras de reconocimiento hacia Rafael Nadal tras ganar su quinto Wimbledon consecutivo.
Y otro caballero, Rafael Nadal, que no tuvo empacho en admitir que ganó quien tenía que ganar.
Otro individuo, ayer también en Gran Bretaña, dijo que se sentía la mar de feliz por haberle recortado ¡dos puntos! a su compañero de equipo. Es un personaje de otra calaña.
Había que ver la grada de la central ayer: Bjork, Becker, Santana ... y el Macarra en la cabina de comentaristas. Deben alucinar todos con el suizo quien, por cierto, se entrenó con otro campeón, Ivanisevic, por su condición de zurdo. Ivanisevic participó en otra final épica de Wimbledon: ganó 9-7 en el quinto set a Pat Rafter, tras lo cual le dijo que no le importaba no ganar ningún partido más en su vida. De hecho se retiró poco después. Ivanisevic había perdido tres finales con anterioridad, dos contra Sampras y otra contra Agassi.
Tregua tenística de momento. Hasta que empiecen los Masters Series del otro lado del Atlántico.
7 comentarios:
Repito lo de ayer: un partidazo. Casi cuatro horas de auténtico tenis, deseando mentalmente que, por una sola vez, el premio se entregase ex aequo.
No sólo ganó Federer, sino también el tenis. Y Nadal, a su manera, demostrando que ya no hay superficie que le amedrente.
Eso sí, por muy fan de Nadal que uno sea, sigo pensando que Federer va camino de ser el más grande.
Como la Jurado, pero con raqueta.
PD: lo de Alonso es harina de otro costal, pero no merece la pena ni mentarlo.
Ejem, por eso omití el nombre.
Como dije en el posteo anterior, Alonso y sus esbirros (lease, el calvo de telecinco y demás prensa deportiva hispana) son de una calaña inexcrutable para toda mente pensante. Qué tipo tan odioso y qué repelentes aquellos que se dedican a bailarle el agua. Recuerdo, no hace mucho tiempo, como en una tertulia deportiva de una popular emisora de radio, los presentes se dedicaron a burlarse del caracter introvertido de Hamilton, calificándole de inapropiado para ejercer como líder. Rizando el rizo, uno de ellos se carcajeó de su novia (con quien mantiene una relación desde que era adolescente) llamándola fea y novia impropia para un deportista de élite.
Lo que hace a un campeón es la humildad y el respeto hacia el rival. Federer es un campeón una vez ha dejado la raqueta a un lado. Lo que tiene un gran mérito en un mundo repleto de celos y rivalidades como es el de la ATP.
Un bombardero puro y duro era Ivanisevic, por cierto. Menudo servicio el suyo.
Pues los sagaces comentaristas deportivos que cita -como suele ocurrir con los patrios- cumplen con los pronósticos. Es decir, son unos mantas. Y si Hamilton tiene una novia que supongo normal -ni guapa ni fea- en lugar de una buscafamas, eso que dice a su favor.
Ivanisevic tenía dos records (o tres) número de aces, velocidad (hasta que se la quitó creo que un canadiense reconvertido en británico) y roturas de raqueta (hasta que el record se lo quitó Safin, quien por cierto jugaba con la misma marca de raquetas ... menudo chollo tenía Head con ellos)
Sin embargo había quien era capaz de restarle, como Alberto Berasategui, sin ir más lejos.
Pues no conocía el dato de las raquetas rotas. No me sorprende, desde luego, Ivanisevic tenía una pierna en lugar de brazo. Una catapulta. De Berasategui recuerdo su curioso modo de coger la raqueta y la extraña técnica de golpeo que usaba, girando la muñeca de fuera hacia dentro como quien cierra un grifo.
El mundo de la Fórmula Uno nunca me ha gustado, lleno de tipos ególatras que para nada me caen bien.
Pero peor aún es el mundillo periodístico que, cual seta, ha surgido en torno a Fernando Alonso en España. El ya famoso "calvo de Telecinco" merece el destierro, aunque sea a Suiza a limpiarle los zapatos a lengüetazos a su ídolo.
PD: a un amigo mío lo llamábamos Ivanisevic, por el saque que tenía comiendo.
Ejem, Ivanisevic las rompía no cuando sacaba, sino cuando las tiraba con furia contra el suelo cuando fallaba un punto (lo mismito que Safin y por lo que he comprobado Djokovic)
Las cámaras de tv enfocaban siempre el lamentable estado en que dejaba a la pobre raqueta tras uno de esos ataques de furia.
Teniendo en cuenta que están fabricadas en fibra de carbono y otros materiales altamente resistentes, hay que reconocer que su furia en escala Richter debía alcanzar el 9,5
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