viernes, agosto 25, 2006
Feliz incongruencia
Decidímos salir a cenar toda la familia. Elegimos un local con una agradable terraza cerca de casa.
Nos dejan las cartas y como aperitivo nos sirven una sidra recién tirada desde el barril.
Hacemos la comanda y mientras esperamos nos traen chistorra.
Poco a poco la terraza se va llenando de comensales, pero afortunadamente nadie alza la voz ni se escuchan risotadas, lo que hace aún más agradable el sitio.
Llegan los platos pedidos mientras charlamos. Bueno, yo intento descifrar qué dice mi hija pequeña, porque soy incapaz de entender las palabras que se supone pronuncia.
- Vocaliza, que parece que tengas una patata caliente en la boca.
Estas salidas familiares sin motivo suelen ser relajantes. Nos sentimos orgullosos de las dos chicas que, por una vez, han dejado de gritarse y reprocharse hurtos de ropa.
Mientras esperamos la cuenta miramos hacia la parrilla donde los chuletones se asan.
El maestro asador es negro
El pinche es negro
El camarero que nos ha atendido es negro
Estamos en un asador vasco. Mi marido entre risas exclama: “Si Sabino Arana levantara la cabeza …”
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7 comentarios:
Si Sabino Arana levantase la cabeza, me ofrecería para denunciarle por apología de la violencia, racismo y por sembrar el odio en su presuntamente querida Euskadi.
Acto seguido, le llevaría a ese asador, a ver si tenía narices para escandalizarse.
Y, para rematar, le pondría a servir a todos los maketos a los que denigró y que, mira por dónde, contribuyeron al desarrollo de su región.
Y discúlpenme la mala baba, me he despertado algo biliar.
Hombre, no me negará que la cosa no tenía mucho de venganza poética.
Así puesta la entrada no me extraña que le indigne, es que omití la broma privada. Le explico, Fer.
Hace un par de años adquirí un libro de la Ed. Lengua de Trapo titulado "El factor Rh" del que es autor Carlos Eugenio López. Uno de los personajes el un presunto presidente del Atletic de Bilbao que necesita fichar urgentemente un portero y resulta que el único de garantías que puede pagar se llama Kakanka y es negro. Ya se puede imaginar que el pobre se debate en un mar de dudas: a bajan irremisiblemente a segunda (algo que no parece de ficción) o contrata a Kakanka, en contra de la política de pureza de sangre que practica el club (Una pureza de sangre un tanto relativa ya que el club amplia los límites de la Euskalherría de HB a Burgos y La Rioja si es necesario un lateral izquierdo o un centrocampista)
Las convicciones nacionalistas del presidente futbolero tiemblan también por otros acontecimientos como que su mucama Leonor -negra dominicana- hace un bacalao al pil pil como los mismos ángeles.
Así que no le extrañe que con esos antecentes -el libro lo leímos mi marido y yo, amén de prestárselo a una compañera de Bilbao, pero del mismo Bilbao- y ante esa visión nos riéramos un rato.
¡Qué casualidad! Acabo de llegar de una cena y dos de los tres camareros, amabilísimos, eran negros. Uno de los comensales me contó un chiste, viejo seguramente, de un tipo de Bilbao que llega a una librería y pregunta: ¡Oye pues! ¿Tienes un mapa mundi de Bilbao?
Hombre, el director general de migraciones del Gobierno vasco es negro. Pero, desde luego, es justicia poética.
Qué bonito estos relatos semiautobiográficos. Me recuerda al estilo de Bezmozgis deudor de Leonard Michaels, maestro de Carver y Tobias Wolff. Qué bonito y que gran anécdota.
¡Un saludo!
Esto sí que es una observación contra el racismo, verdaderamente útil.
...Si no tienen voz ni voto, es como los maketos en los viejos tiempos, ¿no?
Un beso.
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