lunes, octubre 15, 2007

Capítulo 4

Nico, nuestro italiano de plantilla, acaba en el servicio médico acompañando a dos expedicionarios y un asimilado -acoplado en el lenguaje de mis hijas-. Uno se ha caído y dada su avanzada edad le duelen todos los huesos desde la cadera hasta el pie. Otra ha sido víctima de la plaga de mosquitos tigre y tiene una mano como si llevara un guante de boxeo. El acoplado padece un enganchón de lumbares.
Tras explicar al médico los síntomas de los tres pacientes y esperar a que el tercero salga en taxi camino del hotel con un chute de voltarén italiano, el galeno le pregunta a Nico:
- Oye, ¿de qué empresa sois vosotros?

*****

El asimilado llega al hotel y llama a Nico para decir que está a salvo, pero muy malito.

- Pepe, te tengo dicho que a determinadas edades el salto del tigre está contraindicado.
- No me hagas reir que me duele muuuuuuuuuuucho.

*****

Esperando el vuelo de regreso. El asimilado y el lesionado en las extremidades inferiores junto con el resto de la pandilla.
Al lesionado se le cae un papel:
- No te agaches, que ya lo hace Pepe.

Y Pepe nos dirige una mirada asesina.

- Reiros, reiros. Pero he tardado más de una hora en meter la ropa en la maleta. No veas lo difícil que es doblar una camisa sin doblar el espinazo.

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