Con toda probabilidad, me sé sus números de memoria, sus gestos, sus pausas ... Pero el efecto es el mismo. Me parto de risa. Ayer volví a ver un espectáculo de Les Luthiers que, con toda propiedad, se subtitula "El refrito". Pero lo dicho, como si fuera el primer día, o mejor.
Cuando aparecen en el escenario, ellos tan formales, tan de smoking y corbata de lazo, ya se te pinta una sonrisa en la cara que sólo desaparece para convertirse en carcajada.
A la entrada del Palau observamos a la audiencia. Pues eso, más cerca de los 50 que de los 40. Algunos jovencitos, sensatamente acompañados de sus progenitores, bajan la media de edad. Que disfruten del ingenio mientras puedan.
La primera vez que asistí a uno de sus espectáculos fue -¡válgamedios!- en 1973, creo recordar. Probablemente su primera aparición en España. Me invitó mi hermana mayor, así que yo era como esos adolescentes que anoche tuvieron su primer contacto con el verbo luthiero.
Después he procurado no perderme ninguna actuación, aunque a alguna fallé. A una fuí a las 36 horas de nacer mi segunda hija, con gran escándalo de mi madre, que no se lo podía creer. Pero qué iba a hacer. Tenía las entradas desde hacía meses y la niña se retrasó casi dos semanas.
Debo tener todos los cd's editados por ellos y me suelen acompañar en los viajes en coche largos. Me animan un monton, me hacen reir, voy cantando o recitando con ellos y, si puedo, les chafo los chistes.
Que se conserven así muchos años.
9 comentarios:
A mí me han marcado. Tengo jugosas anécdotas relacionadas con ellos hasta de la mili. Obviamente, le haré gracia de éstas.
Yo también fui a verles en el 73 y aún lo recuerdo como una de las veces que más me he reído en la vida. Son sencillamente geniales.
"Yo nasí en el África y por eso mi piel es negra... ¡Mi nombre es Oblongo!, que en dialecto swahili quiere desir más largo que ancho..."
Si lo echan de menos, pueden verlo en youtube (en tres partes: aquí la primera)
Bueno, mientras usted los veía en el 73, yo aprovechaba para nacer. Pero cumplido el trámite, aproveché para verlos a principios de los 80, cuando estuvieron en dos ocasiones en La Habana. Hijo de padres divorciados (como un elevado porciento de mi generación) tuve además la ventaja de verlos dos veces en cada ocasión, una con cada progenitor. Y es que eso del divorcio tiene sus ventajas, digan lo que digan.
ME encantan aunque nunca he podido verlos en directo, sniff, sniff para compensar intento mantenerme al día con todo el material que sale de ellos.
D.
Una combinación excelente, conjunción de astros dificilmente repetible.
Estuve el jueves pasado, aun me estoy riendo
:-)
Caramba, sfer, justo lo de yo nací en el África y por eso mi piel es negra... es de mi anécdota de la mili.
Son tan brillantes que, como dice un amigo, no parecen argentinos...
Marcaron mi vida, también, estos vecinos inteligentes y fantásticos
Pcb: ¿A qué espera para amenizarnos con la anécdota de Oblongo y su tía Ganga?
Laura: ¡Cuánta maldad en ese comentario! Casi merece formar parte de uno de los episodios lutherianos.
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