jueves, octubre 11, 2007

Para desengrasar

Pasarela de modelitos de las fuerzas armadas italianas.
No tienen desperdicio
Fer, observe la pluma. La última son soldados rusos con platillo volante.

6 comentarios:

Fer dijo...

¡Esa moda, ese cuerpo!
Me acuerdo de que, al contar la Guerra Civil, Forges presentaba a los militares italianos como unos seres emperifollados y cubiertos de penachos. Razón no le falta, no.

pcbcarp dijo...

Tradicionalmente, el emperifollamiento militar está en proporción a la inversa a la eficacia. Es una regla que rara vez falla. Tal vez la única excepción que se me ocurre a bote pronto es esa espantosa gorra de plato soviética conocida como platillo volante.

Alicia Liddell dijo...

Actualizo las imágenes. Fer, el penacho no es un invento, le pongo un ejemplo tomado hace un par de años también en Bolonia.
Pcb: ¿son buenas muestras de platillos volantes?

Fer dijo...

Platillos volantes o plumas (gracias por la actualización, Alicia), cierto es que todo diseño militar choca con su eficacia.
Es decir, un traje militar, por desgracia, no está hecho para la pasarela de Milán, sino para (en teoría) guarrearlo en la trinchera.
Por eso mismo tiene toda la razón Pcbcarp cuando explica la relación entre emperifollamiento y eficacia. Sólo hay que recordar las grandes gestas protagonizadas por el ejército italiano en los últimos ochenta años.
Ah, ¿que no hay gestas?
Da igual, lo que importa es que el traje les sienta como un guante.
Que por algo son italianos, leñe.

pcbcarp dijo...

Doña Alicia, por un momento pensé que lo de Fer y el platillo volante era para mí y no para mi tocayo, pero claro, son cosas del anonimato virtual.

Si, si, muy buena la toma del OVNI cabecero.

La verdad es que somos un poco onjustos con los pobres italianos, porque el hecho de que perdieran siempre no quiere decir que no tuvieran alguna gesta que otra. La división Ariete en El Alamein, sin ir más lejos, o esa carga a sable del regimiento Saboya en Rusia... Pero, claro, la historia la escriben los anglosajones.

Alicia Liddell dijo...

El platillo volante era para usted, dilecto pcb, y la pluma para Fer. Con las prisas y mi proverbial incompetencia, olvidé precisar los destinatarios.