Agosto termina con una noticia triste: el fallecimiento de Glenn Ford. Claro que con 90 años era de esperar.
Ford fue de esos actores seguros que poblaron más de dos centenares de películas, entre ellas algunas que forman parte de la mitología del cine. A ver quien no conoce el célebre bofetón. Pero aunque esa sea la escena más recordada de su larguísima trayectoria artística, Ford interpretó papeles memorables.
Recientemente vi una comedia deliciosa, “Un gangster para un milagro”, con una maravillosa Bette Davis y un plantel de secundarios impresionante.
Glenn Ford no alcanzó la categoría de gran estrella, pero fue un valor seguro, que lo mismo interpretaba un drama que una comedia ligera, aunque el papel que más veces le tocó llevar a la pantalla fue el de vaquero.
Junto a la gata somnolienta de Gloria Grahame realizó dos grandísimas interpretaciones bajo la dirección de Fritz Lang: “Deseos Humanos” en 1953 y “Los sobornados” al año siguiente. Hombres buenos con malas compañías.
“Semilla de maldad” fue una de las pioneras en un subgénero que se desarrollaría más tarde: profesores que tratan de sacar partido de alumnos delincuentes.
Como comediante fue algo más que correcto, como demuestra en “La casa de té de la luna de agosto” con un escacharrante Marlon Brando. Precisamente con Brando compartiría un papel en Superman, el de padre del héroe. Ford como padre terrestre adoptivo y Brando como biológico y alienígena. Qué cosas tiene el cine.
7 comentarios:
Es curioso, pero a pesar de haberme gustado tantas películas suyas y de ser un actor capaz de no hacerse invisible al lado de la maravillosa Gilda (yo soñaba con ser como ella), cuando pienso en él me viene a la memoria una película que no pasará a la historia del cine pero con la que disfruté mucho: “La desaparición del vuelo 412”.
Te devuelvo visita, te acompaño en el sentimiento, y, con tu permiso, te "linko".
Una vez más cuando algún actor de los clasicos se nos va, rememoramos aquellas estupendas películas, que sin duda son irrepetibles, dado el panorama actual, sin menospreciar a nada ni a nadie,a mí me apasionan mucho más las de otra época, creo que disponen de otros valores que las de ahora no tienen. El cine clásico es algo que deberíamos rescatar más a menudo. Yo echo de menos en mi video club una sección más amplia de aquel viejo cine.
Muchísimas gracias, Sr. Luri. Es un honor del todo inmerecido que enlace esta bitácora de ocurrencias superficiales en la suya tan fascinante.
Todo lo importante está siempre en la superficie, doña Alicia, y usted, que tanto sabe de espejos seguro que me dará la razón.
Yo sí lo tengo por un mítico del cine, una estrella grandiosa, pero la consideración críitica y de público no van siempre de la mano, claro.
El pequeño gran clásico.: ya lo he dicho cuando pienso en él pienso en el Jubal, shakespeare apócrifo en el western. Aprende Branagh.
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