martes, octubre 30, 2007

La carretera

Estaba escribiendo una entrada sobre “La carretera”, la última novela de Cormac McCarthy publicada en España. No he ocultado nunca mi admiración por este esquivo novelista, desde que un amigo me recomendó “Meridiano de Sangre”.

César acaba de colgar en su bitácora una reflexión sobre la obra, que suscribo punto por punto. Así que no me queda mucho que añadir. Sólo las sensaciones que me ha dejado.

“La carretera” es un bisturí bien afilado que va cortando la piel hasta dejarte despellejado, con todas las vísceras al aire. “La carretera” es la desesperación máxima, la desesperación resignada, la desesperación de quien sabe que todo se ha perdido en un mundo que ha dejado de ser mundo.

“La carretera” es el apocalipsis, dónde los afortunados son los muertos.

“La carretera” es sobriedad, severidad, precisión. Es una novela sin elementos, sin acción, sin paisaje, sin pensamientos y casi sin sentimientos. Es una novela gris, cenicienta, helada.

“La carretera” es desgarradora. Pero de verdad. No hay sensiblería, por ningún lado, ni romanticismo, ni heroicidad. Hay miedo, cobardía y una lucha por la supervivencia vacía, que no lleva a ninguna parte.

“La carretera” es, sin embargo, el futuro previsible que viene de un pasado que desconocemos, pero intuímos. Pero ya da lo mismo dónde se haya originado.

“La carretera”, a pesar de todo eso, es una droga que te atrapa. Una vez lees la primera línea de la novela es imposible dejarla. Y te la crees, de principio a final.

“La carretera” te destroza, te hace humano en lo inhumano.

Es, por favor, la mejor novela que se ha escrito en decenios. Para no ser absoluta: la mejor novela que he leído en decenios.

12 comentarios:

hombredebarro dijo...

Bueno, pues habrá que acercarse a ella.

César dijo...

Como no podía ser de otra forma, querida Alcia, estamos enteramente de acuerdo. "La carretera" es, quizá, la primera gran obra maestra del siglo XXI.

César dijo...

Por cierto, "La carretera" contiene todo el horror que comentas, desde luego, pero también es una de las más bellas historias de amor que he leído. El amor de un padre por su hijo, amor en forma de falsa esperanza, amor incondicional y maravilloso.

Alicia Liddell dijo...

Sí, César. Y lo que parece un amor inútil es al final el único objetivo, la redención ante algo sobre lo que no tienen control.
En "No es un país para viejos" hay también dos historias de amor casi tan conmovedoras como ésta.

pcbcarp dijo...

¡Virgen Santa! Si Vd. Sra. Liddell, de natural tan comedido, hace el encendido elogio que hace de esa obra, no queda sino leerla.

Anónimo dijo...

Pues te díré (también a César) que con lo permeable que soy a opiniones ajenas, es muy probable que termine por comprarlo. O gorronearlo, preferiblemente. Es grande la atracción de las palabras elegidas para definir al libro de McCarthy.

Le informo, Alicia, de que tengo entradas para el Masters. Estoy en negociaciones para conseguir (de prestado) una cámara de fotos con zoom óptico decente. De conseguirla, prometo fotos del padre de la Sharapova poniendo a caldo al arbitro. Y del culo de la Ivanovic también, of course.

Alicia Liddell dijo...

Alex: ¿Y las piernas de la Hantuchova?

Anónimo dijo...

Desde luego, Alicia. Eso ni se pregunta.

pcbcarp dijo...

Y yo que vivo justo al lado... El Ayuntamiento ha descubierto la utilidad de los respiraderos del tunel de la Avenida de Portugal llenándolos de fotos de esculturales tenistas de proporciones ciclópeas que seguro que van a provocar algún porrazo entre veh´´iculos circulantes.

Alexandrós dijo...

Si a Vd le gusta no dude que a mí me encantará. Muchas gracias y un saludo

El Doctor dijo...

Tu nombre me ha llevado a éste estupendo blog cuando escribía un post sobre los cuentos de hadas.A través del espejo de tus escritos también he llegado a otro blog que me ha cautivado.
Besos.

Alicia Liddell dijo...

Bienvenido, Sr. Machuca.