miércoles, noviembre 15, 2006

Mitomanía (VI): Alan Rickman

Le vi por primera vez en su debut cinematográfico y se me quedó clavao. Aquel malo, malísimo, desalmado, cruel y perverso terrorista de La Jungla de Cristal y que en su última secuencia se comía vivo a Bruce Willis. Y eso que entonces ya había cumplido los 40.

Esa cara de facciones absolutamente marcadas no se me despintaría nunca más la busqué posteriormente en películas de acción. Pero Rickman es mucho más que un malo de película. Es un ACTOR que nos ha regalado interpretaciones maravillosas.

Luego compartió cartel con otro de mis favoritos, Kevin Klein, en “El asesino del calendario”, hasta ser de nuevo el prototipo de malo –que buen malo es- en el bodrio aquel de Robin Hood con Kevin Costner.


Tiene un rostro que acompaña, como tallado en piedra. Una mandíbula poderosa y una mirada que puede ser gélida o tierna. Desde luego es un actor sobrio, tanto en películas de acción, dramas o comedias, donde también da un juego increíble (cómo en la pasada de rosca “Héroes fuera de órbita” o la inclasificable “Dogma”).

Hace una pareja excelente con Emma Thompson, con quien ha coincidido ya tres veces: “Sentido y Sensibilidad”, “El beso de Judas” y “Love Actually”. Su buena conexión se ha plasmado en la única obra dirigida hasta el momento por Rickman, “El invitado de invierno”, con Thompson y su madre.

La celebridad, sin embargo, le ha venido por la serie Harry Potter. La ambigüedad de su personaje le convierte en una figura siniestra en la primera entrega, para verse revestido en las siguientes con un halo de autoridad y, al mismo tiempo, comprensión de sus revoltosos alumnos.

Hasta el momento, su última incursión en la pantalla ha sido otro secundario en “El perfume”, como padre de ese clon más carnal de Kidman que es Rachel Hurd-Wood.

Su aspecto maduro no le resta un ápice de atractivo, aunque ha rebasado los 60.

18 comentarios:

anilibis dijo...

A mí siempre me gustó. Creo que Sentido y Sensibilidad (una de mis obras y películas favoritas) no podría haber tenido a ningún otro Coronel Brandon.

Anónimo dijo...

¡Pero bueno!

Demasiadas entradas desde la última visita. Enhorabuena.

Estooo... en dos semanas me planto en Italia por primera vez. Pádova, Verona, Milán, Venecia y sus poderosas mujeres tienen la culpa.

Como casi en todo, recurro esperanzado a sus sugerencias.

Saludos.

Alicia Liddell dijo...

Mi muy apreciado Rabobank (o campari and sex, que siempre me gustó más)

Ni se imagina lo feliz que me hace su visita.

Pádova no lo conozco, así que no puedo sugerirle nada.

En Verona, callejee. Lo bueno que tienen esas ciudades pequeñas es que son asequibles. Por cierto, lo de la tumba de Julieta es un camelo y lo de la casa también. Quiero decir que la casa es auténtica, una vivienda noble de siglo xvi, pero por dentro parece como si la hubiera decorado el director artístico de Disney. No exagero.

Recorra la Arena, aunque si hay espectáculo (no creo en estas fechas), estará irreconocible con los escenarios desmontables.

No se pierda la plaza.

Milán pues el Duomo, claro, y el castillo Sforzesco. Use el metro, es destartalado, pero cómodo. Yo estuve en San Siro también, pero resulta poco histórico.

Y lo más bonito de Venecia es perderse por sus infinitas callejuelas y asombrarse en cada rincón. Si puede vaya al Palazzo Grassi, suelen tener buenas exposiciones, aunque ahora lo ha comprado el capo de LVMH para enseñar sus colecciones. Y el Peggy Gugenheim. La Academia está ahora en obras. Me quedé con las ganas de visitar el Museo Secreto, o algo así, una colección de erotismo veneciano, supongo que en honor a su ilustre vecino Giacomo.

Lo malo es que tropezará continuamente con turistas americanos y japoneses. Sea amable.

No tuve tiempo de visitar el interior del palacio del Dux ni San Marcos. Tampoco tenía demasiado interés.

Ya sabe que mis visitas italianas son siempre de trabajo, así que el turisteo resulta siempre marginal.

El Miope Muñoz dijo...

Alan Rickman es un grandísimo actor inglés del último cine contemporáneo que en mi opinión tiene su mayor talento en hacer todo lo que gran actor inglés de gran calidad como lo es él, tan british debe hacer:
pasar de adaptaciones de grandiosas novelas victorianas y demás a ser el malo de Jungla de Cristal 1 y emerger gracias a una autoparodia en la que todos los gentlemen actores (hasta el más viejo pero más tardío Ian McKellen lo descubrió) caen en la cuenta de que era así de fácil estar en Hollywood. A ligar con Jeremy Irons...

Estupenda reinvindicación.

Anónimo dijo...

"El invitado de invierno" es fantástica. Un cuento contado con una sutileza impropia de un debutante.

Siempre recuerdo el patetismo suicida del padre incestuoso (accidental, eso sí) de su personaje en "Una insólita aventura".

Un actor enorme, me encanta.

Alicia Liddell dijo...

Claro, Alvy. Recuerde que Jeremy Irons hace de malo malísimo en la tercera entrega de la Jungla de Cristal y su motivo es la venganza, ya que su personaje es hermano del de Alan Rickman de la primera!

Alicia Liddell dijo...

Alex, gracias por la visita y, sobre todo, por recordarme "Una insólita aventura", había olvidado el título de esa deliciosa película, pero no el conmovedor e incomprendido personaje de Rickman.

Prefiero no poner obviedades tipo "interesante blog". Tendrá que soportarme como habitual.

Fer dijo...

A mi querida Lucía le encanta Alan Rickman, gusto que comparto con ella.
Cierto es que hace del típico actor inglés, un gentleman perfecto para adaptar a Shakespeare o cualquier obra de la literatura victoriana, pero esos papeles -como todos- los borda.
Lamento que se le conozca, casi exclusivamente, por Harry Potter, pero bueno, nadie es perfecto.
(Lo dejo caer: ¿para cuándo lo nominarán al Oscar?).

Alicia Liddell dijo...

Me temo que nunca, Fer. A no ser que haga la tercera entrega del silencio de los corderos, de monstruo del lago ness o algo así ... Ya sabe que los oscars de interpretación se los dan más bien por los papeles -autistas, tetrapléjicos, caníbales- que por la actuación.

Anónimo dijo...

Un actor estupendo, y una película ("El invitado de invierno") sugerente e inquietante... Como inconclusa, no sé si me explico... No sabía que Rickman fuera su director, vaya...

P.D. Si los oscars se dan a los autistas, igual mi hija tiene un futuro en Hollywood, qué bien.

Alicia Liddell dijo...

Los papeles, Paula, los papeles. Me temo que Hollywood no da los papeles a los que padecen esos trastornos. Por ejemplo, si tienen un papel de mujer gorda y fea buscan a una actriz "ad hoc", como es el caso de Charlize Theron. Si precisan de una londinense pija, ahí está a mano la texana Renee Zloquesea (me niego a escribir semejante apellido)
(Para más ejemplos, consulten el blog de Fray César)

Anónimo dijo...

Pues sería un puntazo que un autista interpretara a un neurotípico. Al fin y al cabo, es lo que deben hacer cada día para sobrevivir en la jungla esta... Renunciar a su esencia y camuflarse. Ni el método stanislavsky (terapia conductual por un tubo).

Vean del emule Mozart and the Whale; como peli no es gran cosa, pero algo enseña...

Y en otro orden de cosas... siempre tendré en la memoria las imágenes de "La parada de los monstruos", qué pasada... Se ve que antes no había ONGs para freaks (o a lo mejor estaban sindicados y todo, vaya usted a saber).

Y qué me dicen de las pelis que se han hecho en nosocomios, etc. Qué pasa después con esa gente, una vez que la película se olvida.
Mejor no pensarlo.

Alicia Liddell dijo...

No tengo ni la más remota idea de patologías mentales, cerebrales o neurológicas. Supongo que hay enfermedades mentales y hay trastornos del comportamiento, o del aprendizaje o de lo que sea.

Pero parece ser que ese tipo de trastornos no son raros en la gente del espectáculo. El otro día ví "Llámame Peter", el biopic sobre Peter Sellers, y ¡vaya tela!.

Claro,que Tom Cruise no parece irle a la zaga.

Anónimo dijo...

Es que quien tuvo, retuvo

Anónimo dijo...

En serio, me chifla Rickman. Ya me comento Fer que tú compartías mi afición, así que me he pasado para ver que se cuece por tu blog (lo tienes todo muy bonito, oye, jeje).

En serio, al señor Rickman le tengo un respeto bárbaro desde "Sentido y sensibilidad", y eso que no hay muchos actores que me merezcan respeto, pero SIEMPRE he sentido debilidad por la escuela inglesa.

Si es verdad que al pobre le van más los papeles de malo -uno de los mejores malos que conozco-, pero a mí siempre me hace gracia verlo en comedia porque con esa cara que tiene es simplemente... impagable (para más señas, no hay más que verlo de remedo del doctor Spock en "Héroes fuera de órbita").

Y esa voz... Increíble.

La lástima es que la gente sólo haya empezado a fijarse en él a raíz de Harry Potter. Y no me malinterpretes, soy una pottermaniaca confesa y creo que Severus Snape ES Alan Rickman. Otros actores elegidos para otros personajes me cojean más, pero en este caso, hasta apostaría que JK tenía en su cabeza a este hombre cuando creó a Snape. Simplemente, me parece triste que no se le haya dado el protagonismo que merece hasta ahora. ¿Para cuándo Sir Rickman?

Un saludo.

Alicia Liddell dijo...

¡Señorita Lucía!!! Es un honor tenerla por aquí y un placer compartir gustos.

Y, por favor, vigile la ingesta de rosquillas hojaldradas de Fer. ¿No siente celos de esas inclinaciones hacia las medidas de felicidad?

Anónimo dijo...

Fer, por suerte, sigue vivo. Soy yo, de hecho, y no sé por qué he recurrido a la tercera persona.
Justo es reconocer que me he ventilado una docenita de rosquillas en apenas cuatro días, unidas a otra medida de felicidad como es el jamón ibérico de bellota, pero... (y aquí viene la parte sentimental)... como Lucía no estaba conmigo, de alguna manera tenía que rellenar el vacío de felicidad, ¿o no?
Snif, snif, que me he puesto sensible.
A todo esto, Alan Rickman me gustó en El Perfume. Le pongo un ocho a la película, no desmerece al libro en absoluto (con lo complicado que se me antojaba adaptarlo, lo que son las cosas).
¡Hala, adiós!

Anónimo dijo...

Le adoro... fue una agradable sorpresa verle en "El Perfume", haciendo de padre amantísimo...