domingo, octubre 29, 2006

De filias (y VII): Miscelánea final

Quizás echen de menos ciertos nombres en esta serie de filias. Considero innecesario incluirlos, porque hay bitácoras que los abordan infinitamente mejor de lo que yo lo haría. Es el caso, por ejemplo, de Philip Roth, que tiene en Portnoy un excelente exegeta, como también lo es de Roberto Bolaño.

Como tampoco comentaré de Fante a quien afortunadamente han sacado del olvido en los últimos tiempos. A pesar de ser una lectora precoz de Bukowski, hasta hace unos cuatro años no tuve conocimiento de su obra y desde entonces he ido espigándola.

Vonnegut ya dije que me apasionaba, pero no me atrevo a comentar nada sin releerlo antes. Alvy Singer informa de la aparición de un nuevo libro suyo. Aprovecharé para darle un repaso.

Tengo encima de la mesa dos libros de Heinrich Böll, un autor que me gusta mucho, pero que hace más de 20 años no he retomado. Sus “Opiniones de un payaso” y “Billar a las 9:30” me parecieron novelas maravillosas.


Siguiendo con ganadores del Nobel, también tengo en alta estima a Coetzee, de quien me enorgullezco haber leído antes de que le concedieran el galardón, gracias a un apreciado amigo que me descubrió su obra. Mi favorita es “La edad de hierro” y también me gusta mucho “Foe”, aunque me decepcionó “En medio de ninguna parte” y eso que creo que es una buena novela, pero resulta tan farragosa que fue un ejercicio de voluntad concluirla.

Y si hablo de no-ganadores-del-Nobel debo destacar entre uno de mis ídolos a Graham Green. Me cuesta encontrar algo tan desolador como “El poder y la gloria” ni nada tan conmovedor como “Nuestro hombre en La Habana”.

Sus personajes, siempre destinados al fracaso, se mueven con una ética particular. Me asombra, por ejemplo, “El americano impasible”, dónde las presuntas buenas intenciones, inspiradas en elevados ideales conducen a la destrucción. Pero son sus personajes oscuros, degradados –esos alcohólicos, los adictos al opio o a cualquier baja pasión- los que realmente son héroes.

No comenté, en su día, que su sucesor, me parecía muy digno. Como comprenderán, hablo de LeCarré.

Tampoco he abordado a Tom Sharpe, con el que he pasado unos ratos estupendos, tanto con Wilt como con algunos de sus bastardos recalcitrantes.

Los británicos me gustan, especialmente los que explotan la vena irónica. Aquí debo destacar al maestro: Evelyn Waugh, que todavía me arranca carcajadas con su “Merienda de negros” o la “Noticia bomba”.

He hablado alguna vez de Ian McEwan, así que no voy a repetirme, porque también es uno de los autores que más en boga está y que más comentarios recibe.

Volviendo al continente, rescato a Italo Calvino, un auténtico maestro. Para los incondicionales de Baricco –un autor que estimo a pesar de su reverencia al esteticismo- les diré que antes, siempre antes, estuvo el universo único de Calvino, sus ciudades invisibles, sus amores difíciles y su barones rampantes. Y siguiendo con los italianos, el impagable Leonardo Sciascia, si bien el tiempo se hace notar sobre su obra.

Sobre Lobo Antunes sólo he dejado algunos comentarios en bitácoras ajenas. Es un autor que me desconcierta, pero me seduce. No es una lectura fácil, como tampoco lo es la de -permítanme un salto atlántico- Cormac McCarthy

Tampoco me he enredado con mis favoritos nacionales: Baroja, Valle, Martín-Gaite o Mendoza.

He escrito muy brevemente sobre Murakami, Chabon, Enzensberger, Pasqal Quignard, ... Acabo descubriendo que no he leído tanto como creía ni como quería, sin embargo sigo encontrando autores que me agradan y me pregunto como he podido no haberlo hecho antes. Gracias a la sugerencia de algunos lectores he realizado algún comentario sobre Jonathan Franzen y me enorgullezco de mostrar a algún ilustre desconocido como Tristán Egolf, o he coincidido en lecturas tan perturbadoras como la de Lem.


Les he aseteado con mis preferencias de literatura menor, es decir, novela negra y espionaje, con referencias a suecos impronunciables, la terrible madre de Ripley o las damas británicas. No me he avergonzado de que Crichton me haga gracia y piense que su literatura plana no esconda temas profundos.

Repaso el texto una y otra vez. Añado autores que no he incluído y veo que es una tarea inútil, porque uno lleva a otro ... y a otro. Cerezas, de nuevo cerezas.

Pero para aquellos que argumentaban que me centraba en mis fobias, pues va a ser que he hablado mucho de filias, aunque aparezcan más desgranadas aquí y allá sin seriar.

lunes, octubre 23, 2006

De filias (VI): Ruth Vine

No se esfuercen, dicha autora no existe. O sí, pero por partida doble: Ruth Rendell y Barbara Vine. Bueno, BV no tiene permiso de conducir ni creo que pueda votar en su distrito electoral británico.

Se trata de una novelista prolífica con sus dos firmas. La primera la suele reservar para las novelas policíacas protagonizadas por el inspector Wesford …, pero no siempre. Lo cual resulta un tanto desconcertante.

Rendell/Vine hace más disecciones que retratos. Disecciones de clases sociales, de barrios, de profesiones. Y es tan despiadada como un patólogo forense. Algunas de sus novelas son francamente desasosegantes. Es el caso de “Piedras como corazones” o “No hables con extraños”. Ahí los niños no son precisamente seres inocentes a proteger. Y, sin embargo, son aparentemente normales, que pasan desapercibidos, que no causan problemas, que son sociables …

Tampoco las madres tradicionales son de fiar, como ocurre en “El árbol de manos” (reeditada como “El hijo perdido”) y “Eterna despedida”, ni las familias son lo que parecen en la escalofriante Simísola, donde un acomodado clan, respetado, pilar de la comunidad, pero que esconde la peor naturaleza. Rendell/Vine es una experta en describir relaciones familiares insanas, caracterizadas por la dependencia, el poder, el odio y la venganza.

Sus obras parten de anécdotas insólitas: la existencia de un grupo de exploradores del metro de Londres (La alfombra de Salomón), de –ustedes perdonarán, pero no sé como se llaman- tribus urbanas cuyo objetivo es andar por las calles sin tocar el suelo (Saltamontes) , grupos de okupas que se establecen en una casa abandonada (El largo verano)… o jóvenes solidarias que deciden donar su médula ósea para salvar vidas (Las llaves de la calle) Pequeñas decisiones que llevan a descubrimientos terribles.

Los secretos familiares son una constante, secretos que escamotean la infelicidad, el dolor y la culpabilidad.

Son novelas escritas con corrección, donde los personajes principales, especialmente el habitual Wesford y su familia, tienen una personalidad marcada y reconocible. Sus protagonistas se ven arrastrados por circunstancias que no controlan, toman decisiones caprichosas que afectan a la vida de los demás. Esconden historias escabrosas.

Algunas de sus novelas han sido llevadas al cine, sin duda porque en su escritura está el germen de un guión de cine. Quizá la más celebrada fuera la versión que de “Una mujer de piedra” hizo Chabrol bajo el título “La ceremonia”.

Almodóvar también fue seducido por sus historias, aunque cualquier parecido de “Carne Trémula” con el original se reduce al título.

Su escritura es eficaz. Utiliza, como no, las argucias de los novelistas del género, da una visión parcial de los hechos, pero da igual. No se trata tanto de descubrir al culpable como de penetrar en su mente, ver las motivaciones de su crimen y, en algunas ocasiones, ponernos de su parte.

Probablemente Ruth Rendell no pase a la historia de la literatura, ni ella lo pretende. Pero dentro de ese universo que se ha dado en llamar “damas del crimen” ella detenta un puesto relevante.

Una máquina perfecta

Tiene 25 años y es un mecanismo de precisión suizo. Sencillamente, perfecto. Le veo jugar desde 1999, que yo recuerde. Entonces era un jugador correcto, correoso, pero no precisamente brillante.

Desde febrero de 2004, va para tres años, conserva holgadamente el número 1 del ranking de tenistas. Y es que es un gustazo verle jugar.

Roger Federer es elegante, muy elegante. No es un prodigio físico, no es un jugador potente, no es un jugador de “pegar palos”. Se mueve en la pista sin aparente esfuerzo, siempre está en el lugar adecuado, es paciente. Se agazapa, se defiende, y cuando el contrario espera que simplemente pase la bola, zas, se da cuenta de que ha perdido el punto.

No tiene golpe malo. Es un sacador prodigioso, aunque no es un bombardero como Phillipousis o Rodick. Tiene una derecha letal, pero su revés no tiene mácula.

Es paciente al fondo de la pista, no arriesga en las subidas a la red, pero cuando lo hace, es inapelable. Su seguridad desarma a cualquier contricante.

Ayer, en la final del Masters de Madrid, Fernando González empezó muy serio, incluso poniendo a Federer en algún aprieto. Cuando todo indicaba que el primer set iba a terminar en la muerte súbita, llegó la ejecución.

7-5 y a partir de ahí un auténtico calvario para el chileno que jugó muy bien. 6-1 y 6-0.

Si juegas bien, si haces el mejor partido de tu vida, si eres uno de los mejores jugadores del circuito y ves ese marcador es para desesperarte. Y le ves a él, a Federer, casi sin despeinarse, serio hasta que gana el último punto y entonces esboza una sonrisa. Un jugador que no celebra sus puntos, que no expresa ninguna euforia mientras tiene la raqueta en la mano. Uno llega a preguntarse si no será un artilugio de alguna de esos prodigiosos talleres suizos de relojería.

miércoles, octubre 18, 2006

Criterios de búsqueda

El amigo Fer comentaba un día los curiosos caminos que conducen desde Google a su blog, algunos verdaderamente insólitos.

Me picó la curiosidad y no pude por menos de usar algunas de las utilidades de sitemeter para corroborar sus apreciaciones. Me temo que a mi blog no llegan con búsquedas tan sugerentes como (exagero) “potrancas extremeñas”

Por ejemplo, algún estudiante perezoso busca “resumen de la obra un yanqui en la corte del rey arturo”. No lamento nada que no haya encontrado en el blog cosa que se le parezca. Que lo lea.

Lo mismo para quien entró desde Santiago de Chile a la caza de un resumen de “Alicia en el país de la marabilla” (sic); desde Buenaventura, en Colombia y desde Lima también quieren resumen de Tom Sawyer (varias veces, debieron ponerlo como deber en las escuelas limeñas)

También desde Santiago de Chile hay quien pretende descargarse gratis “El amante de Lady Chatterley”. Le diría que es una novela un tanto coñazo, pero bueno …

Twain es un clásico. En la Córdoba argentina buscan “El billete del millón” (fenomenal cuento)

Alguien, desde Argentina, se interesa por saber quien era Alicia Liddell. Espero que haya encontrado alguna página que le informe de ello y, sobre todo, de la importancia que tuvo su persona para inspirar algunos de los libros más fascinantes.

Hugo Marcelo, desde Mendoza (Argentina) se interesa por el item novela versus cuento, así como alguien más desde la República Dominicana y Zapopan en México

Otra persona se preocupa por la forma de colocar los alimentos en el congelador.

Desde Madrid entran en busca de Ruth Rendell, a quien le debo una entrada y que será en breve. Lo prometo.

En San Mateo (Venezuela) se interesan por la definición de lector.

¡Y desde Corea por Tristán Egolf!!! Eso me resulta emocionante.

Aunque la búsqueda que no tiene precio proviene de Eindhoven, en Holanda: “Sánchez Drago jilipollas” (sic)

Desde Medellín buscan personajes de Claudio el dios o “comentarios sobre mi vida secreta de autor desconocido” (que me los pase, por favor) y desde Dallas un item como “la decepción humana en tiempo de silencio de luis martin santos” o desde Cundinamarca (precioso nombre de una ciudad colombiana) se interesan por “comentarios sobre el cuento el nuevo acelerador”. Me deja un tanto desconcertada.

Hay quien busca los diálogos entre Cary Grant y Katharine Hepburn en “Historias de Filadelfia” (si lo encuentra, por favor, que me lo pase)



Aunque en Estados Unidos están más interesados en comprar mantecadas de Astorga … para que luego digan de los donuts.

La cosa empieza a animarse, infructuosamente, con la consulta “posados de norma duval”

Algunos creen que Google sirve para todo, pero para todo. Desde Orihuela buscan “el número de móvil de Gisela Pulido”. Gisela, quien quiera que seas, alguien está desesperado.

Pero para desconcierto la búsqueda de un usuario de Copenhague: mesas calidad poliform. Que me lo expliquen.

Ejem, desde Lima preguntan por el uso del “ácido bórico en la belleza”. Yo, a la vista de lo que ha pasado aquí, no lo haría, forastero.

Me siento decepcionada. Ya me contará, Fer, qué pone para que le busquen con criterios tan divertidos.

martes, octubre 17, 2006

Skycrapers

El número 79 de Pasajes de Arquitectura se dedica a la nueva generación de rascacielos.

En las primeras páginas los ganadores del concurso Evolo. El primer premio es una especie de amalgama de polígonos. El segundo parece un electrocardiograma borracho y el tercero un gheri.

El segundo no tiene ni explicación. El primero, firmado por Changhak Choi, habla de nomadismo, turismo y pluralismo en Manhattan y de diálogo entre el edificio, su entorno y sus habitantes.

El tercero, de OJ Studi, se titula Peristaltismo, así que cualquiera se puede imaginar un conglomerado de tripas deglutiendo un megaterio.

La propuesta habla de una ciudad vertical, también en Manhattan, con módulos que ceran un movimiento articulado que es simbióticamente conectado a una armadura urbana (sic)

A continuación la revista recoge los premios de otra competición, esta vez canadiense, para el diseño de “una torre hito”. Nos ofrecen torres retorcidas, torres como si fueran piedra pómez y el resto es más convencional.

Las siguientes páginas se dedican a ilustrarnos sobre los grandes rascacielos en construcción: la Torre de la Libertad; el Burj Dubai o el Pearl River en China (que parece una gigantesca compresa)

Las infografías son muy sufridas. Observamos torres de imposible torsión –aunque ellos, los arquitectos, aseguran que es posible construirlas-. Me alucina una propuesta de Shanghai denominada The Peoples Building. Es como una inmensa ameba cuadrada que busca algo para fagocitar.



Pero la palma se la lleva el CCTV de Beijing, obra de Rem Koolhass y Ole Scheeren.




Es que, sencillamente, no puedo explicarlo. La geometría es imposible, de esos juegos que nos proponían de niños de escaleras que suben o bajan contranatura.

El más horroroso resulta ser un rascacielos en Pyongyang que está vacío desde 1987. Es, como dice el artículo, una cáscara de hormigón, una cáscara feísima, en el más puro estilo stalinista.



Después de casi un centenar de páginas sobre las nuevas propuestas de rascacielos sólo se me ocurre que, en realidad, lo que desearían los arquitectos es que sus obras fueran simplemente un objeto decorativo, extravagante y cuya utilidad es lo menos importante del proyecto.

Obras para mayor relumbrón de sus estudios de arquitectura, sin contemplar las necesidades de los miles de usuarios y todo ello justificado con argumentos complejos que apelan más a la poesía que al utilitarismo.

Mies, Gropius … volved

sábado, octubre 14, 2006

Bogart


Cuelgo aquí un par de fotos del desmontaje de la marquesina de los cines Bogart de Madrid. Da bastante pena ver como desaparecen esos cines en beneficio de las salas en los centros comerciales del extrarradio, cuya cartelera está gobernada por las grandes productora americanas.

Cada vez hay menos oportunidades de ver películas decentes, no digo ya obras maestras, películas con guión, con historias que nos sean cercanas, reconocibles.



Sí, da pena ver no ya la muerte de la sala, sino su descuartizamiento.

El sindicato del miedo

Rubianes –o Gallardón o quien sea- anula la obra programada en El Español para evitar posibles algaradas por unas declaraciones hechas hace meses y sacadas de contexto.

En Berlín suspenden el Idomeneo porque el director artístico ha tenido la ocurrencia de decapitar a Buda, Jesucristo y Mahoma y se temen algaradas musulmanas.

En Barcelona se cancela una cumbre por temor a algaradas de los antisistema.

En Nueva York -debía ser con motivo de la celebración del 12 de Octubre- se programa un desfile de filaes de moros y cristianos ... sin moros. Dicen que porque eran demasiados y la procesión sería demasiado lenta. Una excusa tontísima.

Así que vivimos sumergidos en el temor a la algarada.

martes, octubre 10, 2006

Paseo nemoroso

Estoy en Madrid por, para no variar, motivos de trabajo. Algunos alabados sean. Para empezar el hotel en el que me alojo está en lo que se ha dado en llamar el "Madrid literario", estoy a una calle de la Carrera de San Jerónimo y a dos de la del Prado. Así que me fuí a mirar por las librerías de viejo. He aquí lo que encontré.


"El pie de oro" en la calle Cervantes. ¡Era manco, no cojo!

La calle está siendo remodelada y las casas también. Me temo que serán apartamentos de luxe.

Uno de los motivos del viaje era visitar la exposición "On Site" sobre arquitectura en España y que se estrenó la pasada primavera en el MOMA. Un acierto utilizar el Pabellón Villanueva del Botánico. Es increíble, pero en todos los años que viví en Madrid nunca puse los pies en esa maravilla (en mi descargo aducir que durante varios años el Botánico estuvo cerrado)

La exposición es magnífica, así como el catálogo. No así su precio: 43 euros de vellón.

A la salida tuve tiempo de pasear entre los bancales de ese parque increíble, en medio del tráfico más feroz, con sus cuadrantes plantados y en cada planta la etiqueta que la identifica.

Rincón del Botánico

Había poca gente, incomparablemente menos que en el vecino Retiro. La entrada cuesta 2 euros, lo que debe ser disuasorio.

Entre los caminos, los árboles añosos de hojas amarillentas, los parterres de forma neoclásica, algún estanque y estatuas. Un perfecto jardín melancólico en el que parecía que la siguiente glorieta fuera a aparecer el Marqués de Bradomín.

Estatua en honor al fundador del Botánico, Carlos III


Busto en honor a Linneo

Estatua a Lagasca

Estatua a Rojas Clemente


Y para terminar esta explosión otoñal de color.

lunes, octubre 09, 2006

De filias (V): P.D. James

La primera novela de P.D. James que cayó en mis manos fue “Poco digno para una mujer”. Lo compré en una liquidación de fondos de Editorial Sudamericana, un edición barata, de papel ya amarronado. Es una novela curiosa, ya que la protagonista, Cordelia Gray, es una joven que hereda un negocio inusual: una agencia de detectives. Bueno, en realidad la agencia es ella y poco más.

Cordelia, como personaje, creo recordar que sólo aparece en otra novela, ya que P.D. James se volcó con su detective poeta de Scotland Yard Adam Dagliesh.

James es una conocedora de primera línea de las técnicas forenses –cuando todavía la tecnología no había inspirado series como C.S.I.- y de hecho dos de sus obras se basan en ellas: “Muerte de un forense” y “Un impulso criminal”.

Las dos últimas novelas se hacen cada vez más repetitivas y menos interesantes, pero es que P.D. James ya ha cumplido los 80.

Sin embargo, la obra que más me ha gustado de ella no está protagonizada por Cordelia o Adam. “Sangre inocente” narra una historia escalofriante y al mismo tiempo cotidiana.


Una joven adoptada decide, a los 18 años, descubrir a sus padres biológicos. Las advertencias de sus padres –cultos y con una excelente posición- y de la asistente social no la disuaden. Phillipa fue adoptada con pocos años y apenas tiene recuerdos de aquella época.

Phillipa consigue ponerse en contacto con su madre que no parece una mujer muy acogedora. Es fría, cínica y no muestra ningún cariño hacia su hija. Pero sus esfuerzos por alejarla son infructuosos. Phillipa se acomoda en su casa.

Pronto descubre la razón de su adopción: sus padres fueron condenados por violación y asesinato de una niña poco mayor que ella. La adopción evita que caiga en los servicios públicos y permite que nunca sea señalada como la hija de un violador y una asesina, sino de un prestigioso profesor y una perfecta ama de casa.

La novela trata de esa relación madre/hija durante cinco semanas. Cinco semanas en las que la joven intenta comprender qué pasó, cómo se hereda la culpa, ponerse en el lugar de la víctima (no de la persona violada y asesinada, sino de las otras víctimas, de las personas que sobreviven a esa pérdida y todo lo que conlleva) y como reponerse de un legado tan espantoso.

Aunque entre en la categoría de novela policíaca, P.D. James siempre hace retratos bastante pesimistas de la sociedad, de la endogamia de la clase alta británica, de su esfuerzo por mantener una forma de vida agonizante, de su incapacidad para adaptarse a un tiempo vertiginoso y cambiante.

El propio Dagliesh es una especie de último romántico. Un detective poeta. Un hombre que está fuera de lugar entre delitos, que se inspira en una ética en desuso.

domingo, octubre 08, 2006

Imágenes (V)

Via Tortona (Milán)


Cartel (Trujillo)


Estatua de Marx (Karloby Vary)


Iglesia en Union City (N.J.)


Pensión Imperial (Lisboa)


Cementerio Judío (Praga)


Castillo Sforzesco (Milán)

viernes, octubre 06, 2006

Los In-Nobel

No me resisto a pegar aquí lo que acabo de leer. Premios científicos, que conste

Francis Fesmire, del Colegio de Medicina de la Universidad de Tennessee, y un equipo del Centro Médico de Haifa (Israel) se han llevado el Ignobel de Medicina por el singular método que han descubierto para curar el hipo. En su trabajo titulado Terminación del hipo mediante un masaje rectal digital, aseguran que este movimiento convulsivo puede curarse mediante la introducción de un dedo en el ano del paciente.

La noticia completa en la edición digital de hoy de El País.

Cotilleos matutinos

Mi colega Sol Solet me pasa el enlace de su blog y con esa excusa hemos cotorreado por e-mail. En uno de ellos me asegura que el portavoz del PP ya no está con la ex fallera - que hay que ver que manía tiene el tío con las falleras, debe ser una nueva perversión- lo que da pie a que Sol Solet formule una de sus obsesiones: hacer una versión fallera de Instinto Básico.

Es decir, en pleno éxtasis sexuá la Sharon Stone en lugar de un picahielos se quitaría una peineta y chan-chan-chan ….

miércoles, octubre 04, 2006

De filias (IV): Claudio Graves

Hace décadas la tele no aborregaba. Existían dos canales: TVE1 y TVE2 (o el UHF). Y, pásmense, no había programas producidos por José Luis Moreno ni “Mira quien baila” ni teleseries casposas.

Había teleseries, de producción británica, de mucho nivel. A una de ellas le debo el descubrimiento de un enorme autor: Robert Graves.

La edición que tengo está datada en 1978. Aunque este es un país seco, ya ha llovido. El precio de portada es de 300 pesetas, o lo que es lo mismo 1’8 euros. El pobrecito volumen, como pueden comprobar, está muy deteriorado, pero su contenido sigue intacto.

“Yo, Claudio” y la segunda parte “Claudio el dios y su esposa Mesalina” fueron adaptadas con una fidelidad asombrosa creo que por la BBC. Una producción televisiva de verdadero lujo, con Derek Jacobi en el papel del pobre tío claclaclaudio y una magnífica Sian Phillips –a la sazón esposa de Peter O’Toole- como la pérfida abuela Livia y un increíble John Hurt como el sanguinario Calígula.

La adaptación fue realmente maravillosa, puesto que los guionistas supieron fundir a la perfección los dos libros. “Claudio el dios” tiene una primera parte que relata hechos que debieron ser contados en la primera novela, pero que la serie integró cronológicamente en su sitio, gracias al tránsito en el tiempo.

La serie era tan magnífica que no podía esperar una semana para ver que pasaba a continuación, así que adquirí los dos libros.

Luego me enteré de que Graves era más que un notable poeta que residía en Deià desde 1929.

Graves consiguió transportarme a la Roma de Augusto, familiarizarme con Tiberio y temer a la temible Livia.

Después de Claudio vinieron a mis manos “El conde Belisario”, “El vellocino de oro”, “Las islas de la imprudencia”, “La hija de Homero” (una de mis favoritas), “Rey Jesús”, “La historia de Marie Powell” (una contrabiografía novelada de Milton) y ensayos eruditos sobre mitología celta y griega como “La diosa blanca”, “Los mitos griegos”, “Los dos nacimientos de Dioniso” o la seductora biografía de su amigo T. E. Lawrence, a quien dedica “Claudio el dios”.

“Claudio” presenta a personajes históricos poco conocidos de una forma cercana. Es fascinante la historia de Herodes Agripa o la de Póstumo, como lo son las intrincadas relaciones de la familia Claudia. Vemos como héroes a Druso y Germánico; como víctimas a Póstumo o Gemelo.

Es un manual de obras públicas romanas, de legislación y de vida cotidiana. Todo ello dentro de unos hechos históricos más o menos fabulados, pero verosímiles.

Periódicamente vuelvo a Claudio (me gusta más la primera que la segunda novela), y sigo encontrando un relato magnífico.

lunes, octubre 02, 2006

De filias (III): Mark Twain

fDije en una entrada anterior que los libros no sólo tienen lectores adecuados, sino tiempos adecuados.

De niña leí a Mark Twain. Tom Sawyer, que me pareció una divertidísima novela, y Huckleberry, que no me lo pareció tanto. Así que el pobre Finn se quedó un poco relegado.

Hace un par de años recibí un regalo estupendo, una colección de novelas de aventuras. Entre los volúmenes estaban, como no, Tom y Huck. Procedí a releerlos.

Y se produjo el efecto contrario. Tom Sawyer era una novela divertidísima sobre un trasto ingenioso, pero Huck era otra cosa, un relato más pesimista, más oscuro, más desencantado … y todo ello sin perder la frescura.

Mientras que Sawyer refleja una sociedad abierta y confiada, la madurez –Finn se publica 8 años más tarde- hace que la segunda novela tenga matices más críticos. Algo que una mente infantil no podía percibir en ese momento.

En Huckleberry, Tom ya no me pareció un pícaro simpático, sino un egoísta despiadado con las desgracias de los demás. En Finn la esclavitud ya no es algo que existe y se acepta, sino algo que ya no está bien. El padre explotador y torturador. Las vendettas vecinales sin motivo. Los pícaros son personajes siniestros que no se conmueven por nada y el populacho puede ser una turba ingobernable. Y la muerte. Todo ello visto con los ojos inocentes de Huck, que aunque sea un pillo lo es por necesidad.

Aún así, Finn me pareció, en su segunda lectura, una novela infinitamente mejor que la primera. La madurez que va adquiriendo Huck durante la travesía del río, su espíritu de supervivencia y la lealtad que demuestra hacia Jim en todo momento le convierten en todo un héroe.

Debería releer “Un yanqui en la corte del rey Arturo”, porque aunque recuerdo perfectamente el argumento no soy capaz de valorarlo ahora. También es una novela que cambia del enfoque humorístico al pesimismo y, como historia, es tremendamente original para la época.

La otra obra que destaco de Twain son los Diarios de Adán y Eva. Divertidos, agudos y tiernos. Dos visiones tan acertadas como certeras. Hay una preciosa edición de Valdemar que incluye estos relatos, así como otros de tema bíblico. Permítanme recomendárselos.