viernes, julio 14, 2006
Cerezas
Los primeros textos de este blog –ay, cómo me duelen estos neologismos- estaban los pobres huérfanos de todo comentario. No fue hasta el quinto o así cuando un buen amigo dejó caer la primera gota. Aparecieron algunos más, pero, a excepción de Ispahan (Kamante) fueron abandonando esta esfera personal.
A Ispahan tengo que reconocerle su constancia durante el año que viene durando la travesía.
Yo visitaba algún otro blog y, si me sentía cercana al tema que tocaban y se me ocurría algo, dejaba el rastro por allí.
De pronto todo cambió. Empezaron a aparecer comentarios de personas que no conocía. Visitaba sus espacios, unos llevaron a otros. Me dejé seducir por los enlaces, los comentarios que dejaban otros usuarios … como se suele decir, cerezas que se enredan.
Casi me siento integrante de un grupo sin estructura, cuya sede social es una pantalla de ordenador, sin reglas ni obligaciones. Un grupo del que emanan infinitas sugerencias, visiones sorprendentes, textos vertiginosos. Una fuente constante de ideas y de nuevos conocimientos. De aspectos de la vida que no había contemplado. De otras formas de vivir, de otras formas de pensar, de otras formas de abordar lo cotidiano y lo extraordinario.
Individuos que expresan sentimientos: recelo, amor, desamor, desprecio, odio, amistad, empatía …
No conozco a nadie, pero si Asmadeus tarda una semana en continuar con las aventuras de Bob, me inquieto; si Kafka promete un tema y se retrasa, tengo deseos de reprochárselo; si Alexandros desaparece en la montaña estoy por llamar a Protección Civil; si Fer deja de comentar mi aversión a la azurra presiento que le he ofendido; si Anilibis se esconde detrás del espejo miro alrededor no sea que se haya quedado atrapada (y me revienta que la apremien urgiéndole nuevos textos); me come la curiosidad por conocer la historia de la amante de Bolzano y busco sin remedio qué libro lee Sfer o qué recomienda ese niño prodigio de Alvy; Portnoy plantea enigmas y redescubre libros olvidados.
Dejo mis tonterías en sus páginas y si alguna vez fallo no es por falta de ganas, sino de ingenio.
Cuando tengo un rato libre consulto el blog para comprobar si hay nuevos comentarios. Si hay nuevos contribuyentes me llevo una alegría y me pregunto como han caído en este pozo. Compruebo los blogs enlazados o archivados en favoritos para seguir las novedades. En fin, reconozco que estoy adquiriendo una adicción estupenda que me motiva a escribir y cuidar lo que escribo.
De momento nadie ha dicho que esto sea perjudicial para la salud, engorde, provoque cáncer o sea pecado. Tampoco, de momento, paga impuestos. Así que aprovechemos este vicio.
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11 comentarios:
Aprovechemos, aprovechemos el vicio antes de que Benito XVI reconsidere como pecado capital este voyeurismo cibernético.
Y, mientras tanto, sigamos con este juego: saquemos cerezas de una bolsa sin fondo y sorprendámonos con las sorpresas que nos depare (más que cerezas, parece cosa del Huevo Kinder).
Una última cosa: ¡para nada me ofende que critiques a Italia!
Ufff, qué alivio!
Hola Alicia,te deseo buena y tranquila andura.
Un saludo (otra cereza más);-)
Parece que nos hayamos puesto de acuerdo para hacer balance.
Estoy contento de estar aquí.
Un saludo, vecina.
A pesar que no he escrito ningún post al respecto, pienso (y siento) lo mismo. Que nunca nos falten los blogs amigos!
Un saludo
Otro estupendo post. Y por cierto, el ingenio nunca te falta.
"Si la humanidad pierde algún dia a su narrador habrá perdido tambien su infancia" El cielo sobre Berlin de Win Wenders.
Que me llamen Wonder Boy y me acuerde esa novela de Michael Chabon (que tengo que conseguir ¡ya! pero pasa lo que pasa: Curtis Hanson ya me hizo verla , que no poder leerla) en un día como hoy es de las pocas cosas de las que se puede estar eternamente agradecido. Está claro que (no) estoy a semejante altura.
¡Un saludo!
Personalmente me ha gustado eso de "un grupo sin estructura, cuya sede social es una pantalla de ordenador, sin reglas ni obligaciones"
Define perfectamente lo que hacemos por aquí, tender puentes evanescentes, desmadejar ovillos para encontrar a alguien al otro lado, responder al teléfono que suena a medianoche... recuperar fuerzas para nuestra batalla con la realidad.
Un saludo
Vuelvo a ir con retraso. Por lo visto, es mi sino. Sigamos compartiendo este bol de cerezas, aunque sea delante del ordenador y no flotando en una piscina cual bruja de Eastwick.
Un abrazo :-)
A mi regreso me encuentro un hermosa dama preocupada por mis andanzas. Ya no le pido más a la vida.
Su escudero
Alexandrós
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