jueves, julio 06, 2006

Para Laura, la amante de Bolzano

3 comentarios:

Alexandrós dijo...

Conocí a Bolzano estudiando a Husserl. Me interesó la lógica y el tema de las proposiciones en si, independientes del sujeto que las enuncia y del contenido de verdad que posean. También sus aportaciones al problema del infinito que plantea, por ejemplo Zenón en la paradoja de Aquiles y la tortuga, esa de que hay un espacio infinito entre dos puntos sucesivos porque podemos intercalar infinitos puntos hasta demostrar la imposibilidad del movimiento. Por eso al ver sus enlaces y encontrarme repetido no sé si entender el hecho como una aportación suya al asunto de las funciones continuas de Bolzano o, tal vez, un guiño al psicoanálisis con un “acto fallido” del que yo extraigo románticas conclusiones.
Srta. Liddell sé que al final su explicación será cibernética, pero yo he sido feliz mientras me he visto, con su consentimiento, rodeando con mi nombre a “La amante de Bolzano”.
Siempre a sus pies

Laura Diaz dijo...

Alicia Liddell,

Muchas gracias. Estoy muy emocionada por este post.

Ahora bien, tomando como base el comentario de Alexandrós, debo confesar que a pesar que:

1) adoro Praga (te debo las fotografías),
2)he tenido algún amante matemático, y más de uno de los que se creen filósofos
3)he tenido una temprana inclinación hacia las matemáticas y la filosofía,

Lamento comunicarte que no he sido amante (que yo recuerde) de este tan ilustre señor.

Ahora bien, en mis vidas anteriores es muy posible. Más bien, todo es posible. Si un día me someto a un tratamiento para conocer mis vidas anteriores, prometo contarte los resultados.

La amante de Bolzano debió haber sido presentada cuando inicié mi blog, pero aún no lo he hecho. Tal vez haya llegado el momento.

Un saludo y gracias otra vez!

Alicia Liddell dijo...

Laura, otra obligación más: explicar lo de la amante de Bolzano
:)

Alexandrós: espero que la repetición de su enlace no caiga en las morbosas manos de un analista. Gracias por su advertencia.
Y no pienso despojarle de esa felicidad dándole ninguna explicación técnica. Piense lo que quiera que yo también me sentiré gratificada.