viernes, julio 07, 2006

La ola y la conga. La república bananera de Valencia

A pocos días de la llegada del Pontífice, desde el obispado de Valencia consideran que "todo está dispuesto para la llegada del Papa". Como un último detalle, la organización ha invitado a los peregrinos a 'hacer la ola' cuando un pelotón de ciclistas recorra las calles de la ciudad anunciando la llegada de Benedicto XVI, un gesto que proponen repetir cuando el 'papamóvil' pase por delante de cada uno de los puntos del recorrido.

¡Que bonito! También harán la ola en el Olimpia de Berlin, no seamos nosotros menos.

"La inmensa mayoría de los valencianos, creyentes o no, están contentos con la proyección mundial que un acto de estas características supone para Valencia".

Dice el Arzobispado. Sí señor, estamos contentos, los 42 de la calle Jesús, jo, esos no. Pero no pasa nada, están en el cielo.


Más de 12.000 flores están siendo colocadas ya en el altar en que Benedicto XVI celebrará la eucaristía el domingo.

Además, tanto el Ayuntamiento como la Generalitat y el arzobispado han realizado sendos llamamientos a la población para que adorne las ventanas y balcones de la ciudad con banderas vaticanas y fotografías del Pontífice.

Si no son suficientes flores, las traerán del cementerio de Torrent, que parece que hay abundancia.
No pongamos crespones negros que restaria contento y alegría al acontecimiento.

(Todas las cita de la versión digital de El Mundo a las 13:15)

4 comentarios:

Alexandrós dijo...

¿Qué dicen las personas normales? Las de las tiendas, las que uno se cruza en la acera, las que no tienen blogs. Me interesa su opinión, porque la del arzobispo la supongo exultante que para eso es humilde y sencillo (y patriota)

- dijo...

Qué pena que Ali Agca se lo pierda.

Alexandrós dijo...

¡Genial Asmadeus! Muy bestia, pero muy bueno.

Alicia Liddell dijo...

Pues el pagano se resigna. Hoy sábado, a las 10 de la mañana, el tráfico se había cortado a unos 10 km. de la zona 0. Los municipales habían colocado vallas en una autovía de cuatro carriles.
Dado que aquí estamos acostumbrados que las minorías impongan su criterio -los falleros, sin ir más lejos- se adopta la sutil táctica de la huída.